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Deuda española: de 16.000 millones de euros en 1980 a 1,35 billones en 2020

Foto: ÓSCAR J. BARROSO/EP
2/04/2021 - 

MADRID (EFE). La deuda pública española cerró 2020 en 1,35 billones de euros, una cantidad récord y desorbitada si se compara con la que acumulaba España hace 40 años, en 1980, apenas 16.000 millones de euros, sólo el 17 % de su PIB, frente al 120 % que supone en la actualidad.

El último repunte del endeudamiento responde al aumento de gasto público derivado de la pandemia de la covid-19 y a la incorporación de unos 34.000 millones de la Sareb, la sociedad en la que se aglutinaron los activos inmobiliarios problemáticos de la banca tras la crisis de 2008.

Esta es la evolución histórica de la deuda española durante el periodo democrático:

Transición: etapa de incremento de deuda (1976-1986)

A la muerte del dictador Francisco Franco en 1975, el endeudamiento público español alcanzaba mínimos históricos, debido a la reducción del gasto público provocado por las políticas de austeridad.

Durante la Transición, el país padecía las consecuencias de la primera crisis del petróleo, que puso fin al crecimiento iniciado en los 60 con los planes de desarrollo para salir de la autarquía.

Para hacer frente a este escenario se firmaron los Pactos de la Moncloa y se implantaron medidas recaudatorias como el IRPF.

El estancamiento de la actividad, bajo los efectos de la segunda crisis energética (1979-1980), sumado a la deuda exterior, duplicó el pasivo, que pasó del 7,3 % en 1975 al 16,6 % en 1980.

El crecimiento del déficit, resultado del elevado gasto público para reestructurar la Administración, la situaron en 1986 en los 89.000 millones de euros, el 41,06 % del PIB.

Etapa de estabilidad (1987-1992)

Tras la entrada en la Comunidad Económica Europea y la implantación del IVA como hechos significativos, la deuda pasó por una etapa de estabilidad sin grandes variaciones.

El pasivo se movió entre el 43,1 % del PIB de 1987, cuando alcanzó los 98.900 millones y el 45,4 % de 1992, cuando se situó en 174.000 millones.

La deuda se mantuvo gracias al crecimiento de la economía, favorecida por un fuerte incremento de la inversión extranjera, el gasto público en infraestructuras y el aumento el consumo.

Crisis económica: alza de la deuda (1993-1996)

Tras un periodo de relativa estabilidad, la deuda se resintió por el impacto de la Guerra del Golfo en el precio del petróleo y la burbuja inmobiliaria de Japón, que provocaron una recesión con altas tasas de paro y de morosidad.

La deuda pública, impulsada por la inversión en 1992 y el deterioro económico, aumentó en 145.000 millones, hasta alcanzar los 320.000 millones. El ratio de deuda también se elevó del 45,4 % de 1992 al 67,5 % de 1996.

Crecimiento económico: tendencia bajista (1996-2008)

A partir de 1996 la deuda comenzó a descender a causa del entorno de prosperidad económica creciente y a una política fiscal de control del déficit público.

La deuda pasó del 67,4 % en 1996 al 59,4 % en 2000, lo que permitió la incorporación de España a la eurozona, que favoreció una etapa de expansión prolongada marcada por los bajos tipos de interés.

La tendencia bajista continuó con moderados niveles de déficit y el incremento de ingresos derivados de la fuerte expansión económica, favorecida por la entrada masiva de inmigrantes y su impacto en consumo e impuestos.

El superávit presupuestario produjo un descenso paulatino del endeudamiento a la mitad en quince años, hasta situarlo en marzo de 2008 en el 35 % del PIB, la tasa más baja del siglo XXI.

La crisis financiera: regreso al desequilibrio fiscal (2008-2016)

El comportamiento de las finanzas públicas se modificó drásticamente en 2008 debido al colapso financiero internacional derivado de la crisis de las hipotecas de alto riesgo en EEUU y el estallido de la burbuja inmobiliaria.

Con la caída de la actividad económica y las altas tasas de desempleo, los ingresos fiscales disminuyeron y el gasto público se incrementó por las políticas de estímulo.

El pasivo, que se duplicó hasta el 70,5 % en 2011 por la crisis de deuda soberana, continuó al alza pese a la austeridad fiscal exigida por la UE, insuficiente para equilibrar las cuentas.

La asistencia económica para garantizar la estabilidad del sistema financiero elevó la deuda hasta superar por primera vez el billón de euros en junio de 2014 y la barrera psicológica del 100 % del PIB en el tercer trimestre.

La deuda, que desde el comienzo de la crisis se había triplicado, alcanzó niveles no registrados desde los pasivos descontrolados tras la Guerra de Cuba, Filipinas o la crisis en Marruecos.

Deuda pública en torno al 100 % (2017-2019)

La deuda pública se resistió a bajar del 100 % en términos interanuales hasta 2017, año que cerró en 1.144.298 millones, una cifra equivalente al 98,3 % del PIB.

Fue el primer descenso desde el inicio de la crisis en 2008, gracias a la intensa consolidación fiscal favorecida por la rebaja en los costes de financiación por los bajos tipos de interés y las notables tasas de crecimiento de los últimos años.

La deuda, que había cerrado 2019 con un ratio del 95,5 % del PIB, 1,18 billones, se reducía por tercer año consecutivo y se alejaba del umbral del 100 % rebasado en 2014.

El bajo ritmo de reducción, apenas cinco puntos menos que los máximos, fue debido a un gasto público todavía elevado.

Crisis sanitaria (2020)

Si bien la deuda había iniciado una ligera senda descendente, en 2020 alcanzó máximos históricos debido al incremento de gasto público para combatir la covid-19 y a la reducción de ingresos fiscales por la paralización de la actividad económica derivada del estado de alarma.

La deuda del conjunto de las administraciones públicas registró 1.345.570 millones, según el Banco de España, lo que supone en torno al 120 % del PIB.

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