MURCIA. "Si levantas un muro, piensa en lo que queda fuera", escribió Italo Calvino. Y sobre eso, sobre las divisiones, físicas o invisibles, que el ser humano levanta a su alrededor trata la exposición Walls, que ha abierto sus puertas en el Palacio Almudí de Murcia. Para ello, la muestra reúne obra de un total de 26 creadores, tanto italianos como murcianos en su mayor parte, que utilizan su arte como herramienta para demostrar que la cultura no tiene límites ni fronteras.
La muestra, que permanecerá abierta hasta el 25 de julio, está comisariada por Vittorio Vanacore, Salvador Torres, María Paz Pellín, María José Cárceles y Enzo Trepiccione. Este último cuenta a Murcia Plaza que Walls se mostró originariamente en la Pinacoteca de Oristano, en Cerdeña, y que para su exposición en Murcia se han sumado más artistas murcianos, entre los que se encuentran Antonio Gómez Ribelles, Antonio Vidal Máiquez, Belén Orta, Kraser, Salvador Torres, Virginia Bernal, Natalia Pérez y Pepe Yagües; también están otros españoles como Alberto Balaguer, Antonio Requena, Pau Pellín y Xavi Ferragud.
Por su parte, el arte italiano está representado por Enzo Trepiccione, Marco Pili, Vittorio Vanacore, Alessandro del Gaudio, Antonio Graziano, Carlo de Lucia, Antonio Ciraci, Gianfranco Racioppoli, Ilia Tufano, Lucio Afeltra, Francesco Giraldi, Ivo Parisi, Pasquale Simonetti y Michele Mereu. En este sentido, Trepiccione recuerda las numerosas colaboraciones que han realizado con los artistas murcianos, al tiempo que destaca los vínculos históricos e identitarios que tienen con España, especialmente en Nápoles y Cerdeña. Unas relaciones, bañadas por el Mediterráneo, que fluyen en el diálogo que establecen las obras de estos creadores en torno a los muros que suponen la inmigración, la pobreza o las diferencias con el otro.
María José Cárceles, una de las comisarias de la muestra, escribe en el catálogo que "los muros impiden escuchar los ecos de las personas" y recuerda que "en la actualidad tenemos campos de refugiados, cercados por alambradas y vigilantes armados". "Otros muros se refuerzan con alambres de espino y cuchillas para desgarrar la carne de quiénes osen llegar a la altura prohibida, el paso anterior a la libertad", añade la artista.
En este sentido, la comisaria apunta que se trata de "una muestra de muros itinerantes, donde se ve claramente el pensamiento crítico y dinamizador de los artistas a través de sus creaciones e interpretaciones, de sus propios muros críticos, oníricos, metafóricos… porque ellos son conscientes de que el arte tiene que provocar crítica y tensión, pero también diálogo". Además, María José Cárceles añade que "el arte es una herramienta esencial para fomentar una sociedad más avanzada e innovadora, que tome conciencia de la importancia de mirar y analizar cualquier obra y de cualquier artista".
También escriben Chiara Schirru y Paolo Sirena que "en el mundo continuamente se alzan muros para separar tierras, estados, incluso barrios de una misma ciudad, por los motivos más absurdos: políticos, económicos, raciales, religiosos, atribuibles siempre a la determinación de rechazar, separar pueblos, grupos étnicos, culturas, credos religiosos y estilos de vida". Muros no solo físicos, también invisible, que "por esta razón son todavía más difíciles de demoler, como aquellos de la ignorancia, de la discriminación, de la indiferencia y de la incapacidad de comunicar, muros construidos por el miedo a la diversidad o que se encierran en mundos virtuales alejados de la realidad". Concluyen diciendo que "demoler los muros alzados por el miedo y la ignorancia para convivir todos de nuevo, construir puentes de amistad, se convierte en la acción hacia la cual converge esta muestra".
Pepe Yagües participa en la exposición con dos obras. En una de ella, titulada Santiago Matamoros y Metemuros, aparece -según explica el artista- "el actual líder de la ultraderecha española Santiago Abascal, gran defensor de hacer los muros fronterizos mucho más inaccesibles, emulando a los Santiagos Matamoros que hay en muchas iglesias católicas españolas, con los que se fomenta, por cierto, un poco la xenofobia (y el odio al que no cree en el Dios católico). De hecho, esta imagen agresiva del Apóstol Santiago el Mayor fue además un emblema de la 'cruzada' del Alzamiento Nacional Franquista contra el ateísmo y laicismo Republicano".
Esta pieza tiene un marco titulado A- Mena- Zas realizado con una matriz xilográfica, en el que pueden verse "niños marroquíes huyendo a nado de un retrato, tan metafórico como porcino, del rey de Marruecos Mohamed VI y reflejo gráfico de los acontecimientos fronterizos recientes de Ceuta". "Con esta imagen hago como el niño del cuento del traje del Emperador, diciendo lo que la mayoría piensa y no se atreve a decir", afirma el artista molinense.
También expone una escultura de acero inoxidable de más de 3 metros de altura ( y 2 metros de ancha y profunda) que se titula Jaula, muralla, jauja, que el espectador no solamente podrá tocar, sino que además podrá introducirse dentro de ella y encerrarse si lo desea. "Propongo hacer una reflexión sobre hasta qué punto todo lo que nos da seguridad, como los muros , al mismo tiempo nos quita libertad", explica.