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OPINIÓN

Alargar la política expansiva, clave para salir de esta crisis

Una retirada temprana de los estímulos podría ser muy perjudicial e impedir una recuperación total de la economía como señala el analista

5/10/2020 - 

MADRID. Que los bancos centrales de todo el mundo están solventando las últimas crisis a través de medidas de estímulo monetario no es una sorpresa para nadie y es por todos conocido. Las avalanchas de ayudas por parte de los correspondientes organismos económicos de cada área geográfica se han sucedido de manera global cuando la economía se ha visto en dificultades.

Si nos remontamos a la crisis de 2007, las ayudas y las políticas de estímulo monetario fueron clave para salir de la recesión en la que se sumió la economía; pero esa crisis la tenemos que tomar como referencia a la hora de valorar el impacto de una retirada temprana de los estímulos, error que no se puede cometer de nuevo. Las consecuencias no visibles en el corto plazo tuvieron un impacto en el largo plazo, que aún hoy en día podemos sentir. 

Dejar de lado variables como el desempleo -tratándolo como el dato de la última parte de la cadena donde se verían los resultados al final del asentamiento de las políticas monetarias- provocaron consecuencias dentro del gasto y la inversión que han acelerado el proceso hacia una nueva crisis. De hecho nunca hemos llegado a recuperar niveles del PIB en términos anualizados, lo que provoca un ensanchamiento del incremento de la deuda respecto al PIB por dos vías como son el aumento de la misma y la disminución del PIB. Resumiendo: generas menos y te endeudas más. Si a este panorama no se le suman unos niveles de empleo óptimos con unas condiciones que incentiven consumo e inversión, entramos en un círculo vicioso de difícil solución.

Caldo de cultivo perfecto

Por todo lo comentado anteriormente son muchas las voces que se alzan a la hora de advertir que una retirada temprana de los estímulos podría ser muy perjudicial e impedir una recuperación total de la economía. A todo ello hay que sumar que las perspectivas de reactivación económica están bajando y se está viendo el profundo impacto que puede ocasionar esta crisis; y si a los maltrechos datos, a la bajada de las expectativas y a un futuro incierto le añadimos las optimistas valoraciones que hacen los bancos centrales de las políticas económicas que llevan a cabo, nos encontramos ante el caldo de cultivo perfecto para aventurarnos a un futuro más que incierto.

Está comprobado que las políticas de estímulo monetario tienen un efecto positivo respecto a inflación y crecimiento, pero es cierto que algunos estudios demuestran que las previsiones del impacto de dichas medidas son superiores a la trascendencia real que las actuaciones de los bancos centrales tienen sobre la economía. La importancia que se le da a este tipo de medidas por parte de los entes   encargados de garantizar la estabilidad económica y solventar los posibles problemas cíclicos que se pueden dar supera con creces el efecto real según demuestran diferentes estudios.

Si dentro de la crisis en la que estamos sumidos los organismos competentes pudieran propiciar una nueva contracción con las actuaciones que decidan ejecutar -o mejor dicho que no lleguen a ejecutar-, esto nos podría llevar a un colapso económico de magnitudes difíciles de vaticinar. Por estos motivos es importante que el apoyo de los bancos centrales y políticos continúe para garantizar un futuro menos incierto, que si todo el plan de ayudas llega a su fin.

Jorge López es analista de XTB

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