MURCIA. Billy Wilder escribió junto con I.A.L Diamond el que probablemente es el mejor guion de la historia del cine. Cuenta la historia de un pobre hombre que se humilla en pos de un ascenso, dejando su apartamento a los infieles de sus jefes.
C .C. Baxter (alias Buddy) trabaja en una empresa como contable. Es un tipo humilde, pero durante el metraje vemos que es capaz de enfermar, con tal de mejorar en el ámbito laboral. La llave que cede noche tras noche, representa su dignidad.
Jack Lemmon era un actor brillante. El mejor. Pero tú no. Y la autenticidad junto al buen hacer diario será suficiente. El contexto que nos muestra la película no ha variado mucho en el siglo XXI. Pero tú eliges si quieres estar en el equipo de C. C. Baxter o en el otro.
Hoy día el éxito es aparecer en las redes sociales. Vemos fotos de gente sonriendo en la oficina. Unos fingen, otros no. Hemos copiado un modelo que viene de EE.UU. Los jefes ahora son CEO, a pesar de no dirigir una multinacional. Y los trabajadores anhelan como Baxter mejorar sus vidas. Pero la foto, en ocasiones, es la llave.
El conocido crítico Carlos Boyero dijo de El apartamento: "No conozco ninguna película tan romántica, realista, soñadora, triste, mordaz, sensata, cabrona y bonita como esta".
¿Acaso no tratamos de vender que una empresa es un parque de atracciones diario? Y si le sumamos esas frases azucaradas que han llegado hasta las redes sociales, más.
Cuanto antes seamos conscientes de que la apatía, el fracaso y lo mediocre forma parte de este juego, con más sensatez afrontaremos los golpes.
Baxter no se respeta. Vende su alma y su apartamento a sus jefes. Y ellos juegan con él. Un día, el ascenso está claro y seguro. Al siguiente, lo han olvidado y el bueno de Buddy de nuevo se encuentra en la casilla de salida.
Al igual que los padres no son amigos de sus hijos, los jefes tampoco. ¿Quién pilota el avión si nos contamos nuestras vidas? No hay nada de malo en ser un líder. Y no todos los líderes son malos como en este ejemplo. ¡Es obvio!
Cuando Buddy despierta y se ve en un espejo roto, ve mucho más allá (no quiero contar más). La imagen que le devuelve es la de un hombre que ha vendido su alma al diablo.
Tiene un buen despacho. Y otra llave. ¿Pero a costa de qué? De estar rodeado de personas que piensan que ningunear a otros es válido. Al fin y al cabo, el poder en cualquier escala, da vía libre para humillar. ¿O no?
2021. ¿Es sensato decir 'no' a un trabajo? ¿Decir a un tipo que le satisface poner en duda tu valía que te vas? Buddy lo hace, pero por muy realista que sea no deja de ser una película. Afortunadamente, muchos líderes valoran a mujeres y hombres que son capaces de poner límites. ¿No somos acaso empresas modernas?
Joana Sánchez González
Redactora, especializada en Marketing de Contenidos