MURCIA. Otra jornada. Llego a casa después de otra jornada de trabajo en un centro educativo de la Región de Murcia. Son las 16:00 y aún no he comido. Otra vez. Me doy prisa y ya estoy sentada frente a cientos de folios. Veré más tarde a mi hijo y a mi pareja. Ellos no tienen culpa. Qué buenos son. Soy maestra interina, con catorce años de experiencia y oposiciones aprobadas. Año de oposición, otra vez. Ganas, motivación, esperanza, vaivenes, esfuerzo, sacrificio, ilusión. Dar lo mejor de mí misma, como siempre. Respiro hondo.
Estas son mis circunstancias, entre otras cosas, y las de cientos de compañeros y compañeras. Es duro, es ilusionante, es lo que hemos elegido. Vendrán tiempos mejores. Estabilidad. Disfrutar de la familia.
Pero no voy a contar mi historia, sino la de otra persona. La vida siempre sorprende y, sin buscarlo, te vuelve a dar un baño de realidad, de temperatura gélida y sabor metálico en la boca, presentando ante ti el caso de una compañera que merece ser leído. Por solidaridad, por empatía. Porque nos puede pasar a todos y a todas. En un instante que cambia tu vida, poniéndola del revés.
Ella es interina. Coincidí con ella hace 12 años y lleva desempeñando su trabajo como docente en el mismo centro educativo desde hace 16. En el mismo. Un curso tras otro. Le siguen llamando interina, temporal. Ha aprobado oposiciones en 5 ocasiones, 2 en Andalucía, 3 en la Región. Se quedó a 8 centésimas de lograrlo. No tiene que demostrar nada más.
"Lleva desempeñando su trabajo como docente en el mismo centro educativo desde hace 16. En el mismo"
Pensaréis que este es su momento, que teniendo todo tan bien estudiado como para aprobar cinco veces y llevando tantísimos años trabajando, le ha llegado el momento de gloria, de celebración y descanso, de orgullo y reconocimiento. Estabilidad. Al fin.
Podría ser…pero no. Un día te levantas y te llevas una bofetada contundente, de las que te dejan con un pitido en la cabeza y completamente aturdida. Hay que concentrarse para poder respirar y mantenerse en pie.
A mi querida compañera le han diagnosticado un cáncer. Ya está recibiendo la temida quimioterapia y en septiembre se someterá a una intervención quirúrgica delicada. Una de las sesiones de quimio le toca justo el día anterior a la oposición.
¿Sabéis cuál ha sido su única preocupación? Si va a quedarse sin trabajo por no acudir al maldito examen a causa de los efectos secundarios de la quimioterapia. Ni teniendo su vida pendiente de un hilo puede dejar de preocuparse por un examen que puede decidir su futuro laboral. Tras dieciséis años de experiencia.
Mi amiga y compañera, como entenderéis, este año no puede estudiar. Su cuerpo y su mente están centrados en sobrevivir; pero su cabeza, y la mía, no pueden dejar de lado la pregunta de qué más tiene que hacer, qué más tiene que demostrar para que ese puesto de trabajo le sea adjudicado en propiedad. Lleva 16 años mimando su trabajo. La administración la sigue llamando "interina".
Mucho ánimo, bonita, fuerza y temple. Pronto celebrarás, y nosotros contigo, que tu salud vuelve a ser de hierro. En cuanto a tu plaza, si no la ganas en oposiciones o concursos de méritos, vamos a luchar para que la consigas en los juzgados. No te rindas. Nosotros no lo vamos a hacer.
"qué más tiene que demostrar para que ese puesto de trabajo le sea adjudicado en propiedad"
La Asociación de Interinos de Murcia (Aidmur) lleva luchando por la estabilización de los docentes interinos de la Región de Murcia desde su creación. Hemos luchado mucho y los tribunales de justicia y las instituciones de la UE ya han censurado el maltrato y el abuso de ley cometido por las administraciones educativas españolas. Y la Región de Murcia ha sido ariete en ese maltrato contra miles de docentes. Lo sabemos bien.
Recientemente, en diciembre del año pasado, se aprobó la Ley 20/2021 de 28 de diciembre de medidas urgentes para la reducción de la temporalidad en el empleo público donde miles de interinos en fraude de ley veíamos una luz al final del túnel, pues todas las plazas que estuvieran cubiertas por interinos desde el año 2016 serían ofertadas a concurso de méritos. Por fin se nos haría justicia. Y es que somos trabajadores temporales y precarios, aunque llevemos prestando servicios para la misma administración durante años y año. Un sinsentido.
Pues bien, la Consejería de Educación de la Región de Murcia, con Mabel Campuzano a la cabeza, continúa con la inquina persecutoria, un clásico que perpetúa al igual que sus nefastos predecesores, perjudicando al colectivo interino intencionadamente, como si los maestros y maestras fuéramos un enemigo a batir, planteando un número de plazas irrisorio y aprobando una oferta de empleo pública que ha sido recurrida ante los tribunales por Aidmur, por absoluta falta de rigor y buena fe en la conducta de la Consejería de Educación, ya que se abre la duda razonable sobre la posibilidad de que la tasa de reposición de 2022, para el cuerpo de Maestros, se haya inflado más allá de las 123 plazas que dicen haber cogido.
Estos son los antecedentes y el contexto, que es crucial para entender la historia de una compañera. Hay que explicarlo y denunciarlo porque determinadas actitudes tienen consecuencias. A veces terribles.
Sara Henarejos
Secretaria de Aidmur