MURCIA. Chasquidos de dedos. La música de Bernstein y Sondheim. Un barrio marginal de Nueva York. Dos bandas callejeras: los Jets (los estadounidenses) y los Sharks (los puertorriqueños). Las coreografías de Jerome Robbins. Una joven inmigrante recién llegada a la gran ciudad. Romeo y Julieta en la gran manzana. Violencia en las calles,… West Side Story es, 62 años más tarde, una historia completamente actual, ya que habla de discriminación, inmigración, machismo y violencia de género; problemas completamente vigentes. Cuenta una historia que podría suceder en un barrio actual”, asegura Federico Barrios, el director artístico de este musical, clásico entre los clásicos, que este jueves llegará a al Auditorio Víctor Villegas de Murcia, dentro de la programación de la Semana Grande de Cajamurcia, donde permanecerá hasta el 17 de noviembre.
En este sentido, Barrios señala que hay una escena en la que un grupo de los Jets agrede sexualmente al personaje de Anita (en el guión se contempla como una vejación, aunque en la película se da a entender que existe violación). El director destaca la agresividad y violencia de la escena y apunta que puede recordar “a los casos de violación grupal que se han producido en los últimos tiempos, como es el de La Manada”.
“Cuando me encargaron la dirección del musical fue una gran alegría, pero al rato me asusté porque se trata de un musical que se estrenó en el 57 y del que todo el mundo tiene referencias. La película obtuvo diez premios Oscar. La música, las canciones, son sobradamente conocidas, al igual que las coreografías originales. Me pregunté cómo podía dejar mi sello en este trabajo y decidí que sería en cómo quería contar la historia. Hemos querido potenciar el carácter interpretativo. Para ello, hemos realizado un trabajo de investigación sobre Romeo y Julieta y hemos buscado que la historia tuviera realismo, verdad y despertara las emociones del público”, cuenta el director argentino.
Federico Barrios siente debilidad por el personaje de Schrank, confiesa, porque “refleja el nivel social de las segundas generaciones de inmigrantes que llegaron a Estados Unidos y las situaciones que les podían llevar a acabar inmersos en la violencia”. Respecto a su escena favorita, el director se decanta por la de la discusión entre María y Anita (previa a la agresión que ésta última sufre) y en la que predomina la defensa del gran amor que la protagonista siente por Toni. En el musical está incluido el Ballet de la conciliación, que no aparece en la película y que representa a los jóvenes protagonistas en un escenario en el que viven en paz.
“Cada noche es un estreno continuo”, asegura Federico Barrios, quien explica que todos los escenarios en los que representan West Side Story “son diferentes” aunque “siempre podemos sentir la emoción que experimenta el público”. En este sentido, el director del musical apunta que “España se ha convertido en el país número uno para representar musicales en español. El público ha aprendido a ver musicales y es cada vez más exigente”.
Federico Barrios nació en Argentina y se ha formado en escuelas de danza de Buenos Aire, New York y Madrid. Comenzó su carrera profesional con el musical David, el Rey y El Jorobado de Paris y formó parte del elenco de My Fair Lady en el Teatro Nacional de Buenos Aires. En 2001 se trasladó a España, donde ha participado en Hoy no me puedo levantar, En tu fiesta me cole, 40, el musical, La isla del tesoro y Nine, el musical. Como coreógrafo ha estrenado ocho musicales en la Gran Vía Madrileña, entre los que destacan Sonrisas y Lágrimas (Premio Teatro Musical, mejor coreografía), Cabaret, Grandes Éxitos, Hoy no me puedo levantar o Más de 100 Mentiras (Premios mejor coreografía: Premio Teatro Musical, Premio ACE y Premio Hugo Midón).
Con West Side Story ha asumido la responsabilidad de dirigir uno de los musicales más importantes y representativos del teatro universal. La partitura a cargo de Leonard Bernstein y Stephen Sondheim es reconocida como una de las mejores en la historia de los musicales, el texto de Arthur Laurens continúa siendo conmovedor y actual como el primer día, y las coreografías originales de Jerome Robbins ocupan un lugar de honor en la leyenda del baile contemporáneo. Bajo su dirección llega a la Región de Murcia uno de los hitos del teatro musical de todos los tiempos.