MURCIA. Una buena idea y el equipo para hacerla realidad es todo lo necesario para poder conseguir financiación en Wannased, un fondo de inversión ‘made in Murcia’ creado para apoyar proyectos de base tecnológica en estado semilla, incluso presemilla, que tengan un potencial global y escalable. Glovo, Wallapop o Blablacar son algunos de los ejemplos que han comenzado con este modelo.
“Todos empezaron como una idea con base tecnológica y un pequeño equipo dispuesto a hacerla realidad. Una empresa de este tipo puede multiplicar su valor por mil en unos años y eso es lo que buscan nuestros inversores. Asumen un riesgo extremo pero si sale bien, los beneficios son enormes”, explica Pedro García, mentor y miembro del Consejo de Administración de Wannaseed, que forma parte de la red de emprendedores e inversores MurciaBan y aporta 28 inversores en busca de proyectos de alto riesgo que estén en fase inicial.
Es una cultura financiera novedosa y arriesgada pero que puede tener un crecimiento casi infinito. Se realizan dos convocatorias al año (junio y octubre) y, desde que se puso en marcha hace dos años, ya se han presentado cerca de 90 proyectos. Lo importante, como destaca, es que “los proyectos sean tecnológicos y escalables”, es decir, que tengan el potencial de crecer a escala global. “Puede haber un flechazo con algún proyecto pero no es fácil de conseguir. Hay mucha frustración entre emprendedores e inversores“.
Todas las propuestas pasan por un comité que las analiza al detalle para ver su viabilidad y las elegidas llegan a una etapa de contacto y negociación con los posibles inversores que es “complicada y puede hacerse larga”. El proceso, advierte, “lleva su tiempo”.
Los proyectos seleccionados cuentan con una financiación de hasta 15.000 euros para comenzar, pero “el dinero no es lo más importante”, señala, sino el asesoramiento y acompañamiento en toda la creación de la empresa. “Esta financiación es lo que se denomina smart money: dinero inteligente”, subraya. “¿Cuánto vale poder tener como asesores a personas con experiencia en el mundo de las start-ups? Muchos de los inversores han sido ellos mismos emprendedores. Saben cómo ayudar y quieren hacerlo”. Eso, asegura, ahorra tiempo y esfuerzo en recorrer “caminos que no llevan a ninguna parte”.
Ese acompañamiento incluye validación del modelo de negocio, apoyo en el diseño y ejecución de test de mercado adaptado a cada empresa, comité de mentorización, apoyo en la elaboración de una estrategia que permita a la compañía aumentar su valor de mercado, y revisión plan estratégico de negocio, entre otros.
El acompañamiento se realiza a medio plazo, de 3 a 5 años, con el fin de que esa idea embrionaria pueda llegar a ser una empresa global. No sucede muchas veces. Por el camino se quedan el 90% de las ideas, por muy buenas que sean, aunque algunas de ellas “se convierten en negocios rentables, aunque no es lo que buscan nuestros inversores”.
En la última convocatoria, que se cerró el 31 de octubre, se presentaron 12 proyectos. Ingeniería electrónica, experiencias turísticas online, dispositivos para atención a personas mayores, se encuentran entre algunas de las propuestas. No hay un perfil común más allá de su base tecnológica. “Lo que busca el inversor es que el proyecto pueda ser muy grande el día de mañana”.