VALENCIA. Millonarios extranjeros y empresarios con alto poder adquisitivo alimentan el nicho privilegiado de la construcción de lujo. Viviendas que suponen auténticos caprichos para sus dueños y que podemos encontrar por precios desde 300.000 euros hasta más de diez millones. Y las compran para vivir, no para especular, aunque el tiempo las revaloriza.
"Empezamos hace cuatro años. Cuando todos estaban escondidos. Decían que la construcción estaba acabada, pero yo tuve la idea de comprar parcelas en Xàbia. Era el momento de invertir", afirma el gerente de la promotora Miralbo Urbana, Juan Manuel Pérez. El arquitecto Ramón Esteve discrepa porque a su juicio ese tipo de cliente "no ha parado nunca", aunque reconoce que hay un cambio sustancial respecto a antes de la crisis: "Las promotoras antes eran artificiales. No se buscaba la calidad. Ahora sí, porque el cliente compra la casa para vivir en ella». En esa edificación destinada a élites hay espacio también para las reformas. Juan Carlos Server, administrador de Tecnihomes, apunta que "el extranjero quiere las cosas bien hechas, con mucha calidad. Y no quiere que le engañes". Además encontramos inmobiliarias como Rimontgó o Engel &Volkërs, con un amplio surtido de propiedades.
Extensa lista de clientes
La lista de clientes valencianos es extensa. El chaletazo de Carlos Fabra (expresidente de la Diputación de Castellón) en Platgetes, Oropesa, cuatro millones de euros; Casa Sardinera, en Xàbia, propiedad de Rosa Castellví (exesposa de Antonio Pellicer, fundador del IVI), seis millones; Villa Monasterios, en Puçol, de Carlos Bertomeu (dueño de Air Nostrum), más de seis millones, y calificada por medios internacionales como «una de las siete casas más bonitas del mundo». Y por encima de esas cifras la casa de los Serratosa (propietarios de Nefinsa, entre otras sociedades), en la elitista urbanización Santa Bárbara, en Rocafort, 10 millones. Cifras y nombres a los que accede la revista Plaza de fuentes del sector inmobiliario, ya que los autores de los proyectos declinan facilitarlos por exigencias del contrato de confidencialidad que firman con el comprador.
Son precios de vértigo que, sin embargo, el arquitecto Ramón Esteve minimiza, ya que en Ibiza por estas mismas viviendas de lujo, pueden pagarse más de 14 millones, asegura. Esteve es un arquitecto de prestigio nacido en Ontinyent, autor del diseño del Hospital Universitario La Fe de Valencia, pero también muy conocido por sus espectaculares casas. Reconoce que su estudio sufrió la crisis (quedaron siete trabajadores, aunque en estos momentos ya son veinte) pero el lujo siempre estuvo ahí. «Las casas unifamiliares, de gente que puede pagarlas, de calidad, las hemos hecho siempre. No es que haya más ahora y menos antes. ¡Eso no ha parado nunca! Nunca ha sido un volumen importante. Era constante».