Nos lo contaba nuestra compañera Paula Pons en un artículo publicado el pasado otoño: la peatonalización de la plaza, que por fin se deshacía de ese espantoso parking de la ORA; las nuevas pinturas que revestían de colores los muros del mercado. Por fin el entorno urbano entraba en sintonía con los placeres gastronómicos que guarda este mercado en su interior: el puesto griego de Manuela, la carnicería artesana de los Navarro; los vinos selectos de Ultravins; la parada de frutas y verduras ecológicas de Terra i Xufa… Esta semana hablamos de un puesto que llegó a Rojas Clemente tres meses después. En esta ocasión, un rincón delicatessen consagrado a los productos italianos.
La Bottega 2 está regentada por Andrea Guerra, un italiano oriundo de la pequeña ciudad italiana de Latina, situada en la región del Lazio. Esta parada tuvo su precedente en otra pequeña tienda del mismo nombre que se encontraba en las inmediaciones de la Plaza de España. Es un establecimiento pequeño, pero atiborrado hasta la bandera. Por supuesto, los fiambres y los quesos se llevan la mayor parte del protagonismo, pero queda patente la intención del dueño de abarcar un cachito de todos los aspectos de la gastronomía y las costumbres transalpinas. Desde el surtido de galletas y dulces con los que les gusta desayunar a muchos italianos -Molino Bianco, Pan di Stelle, Gocciole- a la crema de untar de pistachos, típica de Sicilia o las marcas de bebidas clásicas para el aperitivo, como Crodino. Esto explica que el 40% de la clientela de esta parada sean italianos llevados por la morriña. El 60% restante son clientes locales con ánimo de viajar con el paladar y conocer productos nuevos.