MADRID. Un equipo de investigadores del Mount Sinai Health System de Nueva York y del City of Hope de Los Ángeles (EEUU) ha informado sobre nuevos hallazgos de una combinación terapéutica que regenera las células beta productoras de insulina humana, lo que ofrece un posible nuevo tratamiento para la diabetes.
Para el estudio, publicado en 'Science Translational Medicine', se combinó el producto natural harmina, que se encuentra en algunas plantas, con una clase de terapia para la diabetes de tipo 2 muy utilizada, denominada agonistas de los receptores GLP1.
Los investigadores trasplantaron un pequeño número de células beta humanas a ratones que carecían de sistema inmunitario y que también servían como modelo estándar de diabetes de tipo 1 y 2; estos ratones fueron tratados con la terapia combinada y su diabetes se revirtió rápidamente. Sorprendentemente, el número de células beta humanas aumentó un 700 por ciento en tres meses con esta combinación de fármacos.
"Es la primera vez que los científicos desarrollan un tratamiento farmacológico que aumenta el número de células beta humanas adultas 'in vivo'. Esta investigación permite albergar esperanzas sobre el uso de futuras terapias regenerativas para tratar potencialmente a los cientos de millones de personas con diabetes", ha declarado el doctor García-Ocaña, autor del artículo.
"Ha sido notable ver esta historia desarrollarse en los últimos 15 años. La progresión constante desde la biología más básica de las células beta humanas, pasando por el cribado robótico de fármacos y llegando ahora a los estudios en humanos, ilustra el papel esencial de los médicos-científicos en el mundo académico y farmacéutico", ha destacado el doctor Andrew F. Stewart.
Este trabajo, dirigido por Andrew F. Stewart, Irene y Arthur M. Fishberg profesor de Medicina y director del Monte Sinaí Diabetes, Obesidad y Metabolismo Instituto, comenzó en la Escuela Icahn de Medicina en el Monte Sinaí (EEUU) en 2015.
Más del 10 por ciento de la población adulta mundial padece diabetes, una enfermedad que se caracteriza por altos niveles de azúcar en sangre. Tanto en la diabetes de tipo 1 como en la de tipo 2, la reducción tanto de la cantidad como de la calidad de las células beta productoras de insulina provoca niveles elevados de azúcar en sangre. Por desgracia, ninguna de las muchas terapias para la diabetes que se utilizan habitualmente es capaz de aumentar el número de células beta humanas y, por lo tanto, no pueden revertir completamente la diabetes.
Afortunadamente, la mayoría de los diabéticos tienen algunas células beta residuales, que es lo que inspiró al equipo de investigación a buscar formas de restablecer su número. El equipo ya había demostrado que varios inhibidores diferentes de una enzima de las células beta llamada DYRK1A pueden inducir la proliferación de células beta humanas adultas en una placa de cultivo de tejidos durante unos días. Pero antes de este estudio, nadie había demostrado la capacidad de ampliar el número de células beta humanas in vivo en injertos de islotes humanos utilizados en un modelo animal durante muchos meses.
Para medir con precisión la masa de células beta humanas en los injertos de islotes, el equipo utilizó una herramienta avanzada de microscopía láser denominada 'iDISCO+', que hace transparente el tejido biológico. Observaron que la masa de células beta aumentaba drásticamente a través de mecanismos que incluían una mayor proliferación, función y supervivencia de las células beta humanas. La tecnología permitió por primera vez una evaluación cuantitativa precisa y rigurosa de las células beta humanas injertadas.