Un agente entrega una mascarilla en Alcantarilla, en una imagen tomada este lunes. Foto: MARCIAL GUILLÉN (EFE) MURCIA. En la Región de Murcia, cerca de 43.000 personas reciben a diario tratamiento médico por coronavirus. Esa cantidad engloba a los 900 casos confirmados que padecen la enfermedad (unos 200 se encuentran en la UCI), a los 20.000 pacientes con síntomas del Covid-19 pero sin un diagnóstico oficial a falta de una prueba y a los 22.000 ciudadanos que han mantenido un contacto con un infectado. Con independencia de su situación clínica, todos ellos tienen un obligación en común: deben permanecer en cuarentena; deben permanecer aislados en sus domicilios para no poner en riesgo al resto de la población. Pero no todos cumplen la orden: el Servicio Murciano de Salud tiene contabilizado unos 900 pacientes que se han saltado el confinamiento.
Los datos de estos presuntos infractores ya han sido comunicados a las autoridades policiales. Con todo, la cifra de 900 incumplimientos, revelada por el consejero de Salud, apenas representa un 2% del total, lo que significa que la gran mayoría respeta estrictamente las indicaciones sanitarias. El confinamiento es la medida más poderosa, hasta la fecha, para romper las cadenas de contagio, de ahí la importancia de quedarse en casa.
Desde finales de marzo, los médicos de la Atención Primaria, que hacen seguimiento individual a todos los posibles casos y contactos estrechos, tienen la obligación de avisar a las autoridades si detectan incumplimientos que pongan en riesgo la salud de la población. A principios de abril, el delegado de Gobierno anunciaba que la Policía denunciará y propondrá multas a los pacientes de coronavirus o personas con síntomas que se salten la obligación de permanecer en aislamiento.
Así, todas las personas advertidas por el SMS como posibles infractores son examinados por los agentes policiales, que vigilan mediante llamadas telefónicas o incluso de forma presencial si siguen las instrucciones de sus médicos. El 3 de abril, la Consejería indicaba que había casi 400 enfermos vigilados que habían roto la cuarentena; diez días después, la cifra se ha duplicado, hasta alcanzar los 900.
