El proyecto ‘Naturaleza encendida’ lleva a Valencia su nueva propuesta inmersiva
MURCIA. Luces, luces, luces… y acción. Y más luces. La Ciudad de las Artes y las Ciencias recibe uno de los espectáculos más sugerentes de la temporada, un trabajo en el que, a través de la luz y las proyecciones, se genera un espacio casi mágico, en el que la fantasía termina por fundirse con la propia arquitectura del gigante blanco de Santiago Calatrava. Tras su éxito en el Real Jardín Botánico de Madrid durante dos temporadas, el proyecto ‘Naturaleza encendida’ llega al Oceanogràfic con una propuesta de arte inmersivo en el que millones de puntos de luz y vídeo proyecciones construirán una nueva piel en los distintos espacios exteriores del mayor acuario de Europa.
Si en Madrid plantearon un paseo nocturno entre esculturas lumínicas de flores a gran tamaño o un singular jardín de luciérnagas, en Valencia se sumergen en las profundidades del mar mediterráneo para ofrecer el espectáculo en su versión ‘Aquatic’, un paseo que se puede visitar hasta el 16 de enero de 2022. El proyecto empezó a tomar forma hace algo más de medio año, un trabajo minucioso que partió de numerosas visitas del equipo creativo a Valencia para empaparse de la arquitectura de la Ciutat de les Arts. “Me impactó mucho verla por la noche. Fue muy especial”, explica Felype de Lima, responsable de la dirección creativa, en conversación con Plaza.
Fue su visita a Valencia lo que le dio las claves para el desarrollo del proyecto, un viaje tras el que acabó tomando como punto de partida el agua, un elemento que sirve para conectar un recorrido que suma una veintena de instalaciones y que, a su vez, también lo conecta con el propio contexto, una arquitectura icónica –y el espacio más visitado de la ciudad por los turistas- que no se puede obviar. “El espectáculo es un complemento al espacio, no le quita su propia luz. Lo que queremos es que la gente lo vea desde otro punto de vista. Todos los proyectos de ‘Naturaleza encendida’ quieren hacer una convivencia, no solo espacial, sino también conceptual. Igual que Calatrava se inspiró en las olas del mar, nosotros nos hemos inspirado en el agua”, relata Felype de Lima.
En ese proceso de convivencia también entra, por supuesto, un aspecto vital, el hecho de que es un espacio para la conservación de animales, por lo que los impulsores del proyecto han llevado a cabo distintos estudios sobre qué tipo de luces y ritmos pueden usar para no alterar el ecosistema del parque. El objetivo es, a través del agua, generar un recorrido en el que la base sea la emoción, un recorrido “mágico” que toma de la Navidad, fechas en las que estará a pleno rendimiento, esa idea de “renovarse, de cerrar un ciclo e iniciar otro”.
Una parte clave del proyecto, evidentemente, es el aspecto técnico. El espectáculo, impulsado por la productora LETSGO, responsable de obras como Ghost, Dirty Dancing o The Hole, plantea un recorrido de aproximadamente un kilómetro iluminado por un millón de luces LED y videomapping. La exposición contará con 300 focos móviles unidos por más de treinta kilómetros de cableado a lo que se sumarán veinte proyectores de video, dos túneles, una banda sonora que acompañará las instalaciones y hasta los edificios de Calatrava serán iluminados. Todos estos elementos con un único objetivo: emocionar. “Es un sitio donde experimentar nuevas experiencias a través de la música o la luz, es como entrar al País de las Maravillas de Alicia, ese momento en el que se topa con un universo que hace despertar sentidos. Este es el objetivo, volver a disfrutar de esa magia”.