MURCIA (EFE).- Huevos de emu, leche de camella y café de kopi luwak son tres productos difíciles de encontrar en los supermercados bien sea por las dimensiones del primero, lo novedoso del segundo, lo exótico del último o por lo caros que son todos ellos.
"Con martillo y cincel o con una radial" son los dos métodos con los que el responsable de la tienda murciana Galillo Fino, Javier Sotomayor, explica que puede abrir un huevo de emu."El tamaño sorprende", recalca.
Desde una granja de Alicante les llegan los huevos que luego venden por más de 30 euros la unidad, aunque reconoce que "no es un producto que se suele consumir mucho".
Además, el tamaño, aunque a veces "echa para atrás a la gente", también encarece su valor, indica. La clara de estos huevos puede llegar a pesar "más de un litro" y, por ello, para conocinarlo hace falta, bromea Sotomayor, "una paella".
Por otro lado, una vez vaciado el huevo este puede servir como decoración "he visto barbaridades en internet", confiesa cuando habla la gente que lo compra una vez usado.
Otro alimento "desconocido", la leche de camella, se ha dado a conocer esta semana durante la feria gastronómica internacional Madrid Fusión y se presenta como un "alimento del futuro", debido a la capacidad de adaptación del animal a los fenómenos atmosféricos del cambio climático.
La leche, que proviene de la primera granja de camellas de España, ubicada en las Islas Canarias, Dromemilk Camel Bio Farm, tiene un "gran valor proteico", según detalló en una entrevista a Efe la directora gerente de la empresa creadora, Guacamira Cabrera.
Es "muy baja en grasa", no tiene lactosa y por lo tanto es buena para las personas intolerantes a dicho componente y también para diabéticos, siempre según Cabrera.
En el mercado, la leche es cara. Su precio ronda los ochenta euros y se presenta como un producto "gourmet", característica que, precisamente, esta nueva empresa quiere evitar para así llegar a más consumidores.
Comparte los dos dígitos en el precio con los anteriores, el ser considerado "gourmet" y además, ser –hasta hace poco– desconocido.
Es el café de Kopi Luwak –o de civeta–, un animal que se alimenta de los granos rojos del café cuando están maduros y, tras defecarlos, el producto se convierte más tarde, tras procesarlo, en uno de los cafés para venta en tiendas como la de Felix Cisneros.
Cisneros, socio fundador de Café Té Arte en Madrid, explica que esta bebida hace unos años era "prácticamente desconocida" pero, ahora se puede encontrar en tiendas con cierta facilidad.
Lo importa desde Indonesia, donde ahora la producción ha cambiado.
"Antiguamente los animales se criaban salvajes en las fincas de café pero, con el aumento de la demanda, se han metido en jaulas para que sean más productivos, a raíz de ahí el precio ha bajado, aunque aún así, sigue siendo caro", indica.
Con la experiencia en la comercialización de este producto, Cisneros ha ido advirtiendo de que más allá de los "chascarrillos" que pueda provocar este café, hay gente que se sorprende mucho al consumirlo.
Hay clientes que lo han probado y han vuelto a la tienda para preguntar si había algún problema con el café que se habían llevado, porque "se quema pronto". Es la consecuencia de la suavidad de este café.
Tiendas como la de Felix Cisneros, con el café de Kopi Luwak, la de Javier Sotomayor y los huevos de emu o la empresa de leche de camella se encuentran entre esos lugares en los que, buscando, se termina por encontrar productos raros, caros y desconocidos.