MURCIA. El 5 de junio Naciones Unidas estableció el día mundial del medio ambiente con el objetivo de concienciar sobre la necesidad de adoptar hábitos de vida más sostenibles. Este año el lema escogido Una sola Tierra repite el de la 1ª Conferencia de Naciones Unidas por el Medio Ambiente, celebrada hace cincuenta años, con objeto de reiterar la necesidad de continuar fomentado prácticas de vida sostenible.
La recuperación de los ecosistemas terrestres y acuáticos degradados permite compensar una gran parte de las emisiones derivadas de la actividad humana. La restauración de 350 millones de hectáreas de ecosistemas dañados podría ayudar a eliminar de 13 a 26 giga toneladas de gases de efectos invernadero.
"la degradación de los suelos y la escasez de agua limpia son Los desafíos para alcanzar el equilibrio ambiental con el progreso humano"
La regeneración de nuestros ecosistemas puede permitir conseguir una biodiversidad mucho más rica, suelos más fértiles y con mayor capacidad productiva para hacer frente a la creciente demanda de alimentos, gestionar adecuadamente el agua dulce y promover la generación de trabajo para todos.
Los principales desafíos para alcanzar el equilibrio medioambiental con el progreso humano son la degradación de los suelos y la escasez de agua limpia. El desarrollo socioeconómico necesita agua para beber y cultivar, suelos fértiles para la producción agropecuaria y un medio ambiente limpio y estable que permita mantener y mejorar las condiciones de vida.
El acceso a un agua limpia es fundamental para corregir los desequilibrios territoriales y las desigualdades, favorecer el acceso a los alimentos, generar trabajo, conseguir incrementar la calidad de vida de la población e incrementar las acciones para preservar nuestro planeta. Más de 2,2 millones de personas, en su mayoría en países en desarrollo, mueren cada año a causa de enfermedades relacionadas con la baja calidad del agua y las malas condiciones de saneamiento.
Los ecosistemas de agua dulce se encuentran fuertemente degradados, estimándose que casi la mitad de los humedales de la tierra se han perdido y más del 20% de las 10.000 especies conocidas de agua dulce en el mundo se han extinguido o están en peligro de extinción.
No es falta de agua, sino una deficiente gestión de la misma. El déficit de infraestructuras hidráulicas provoca que no se regulen los ríos y almacene el agua de lluvia que permita controlar las inundaciones o los períodos de sequía.
"Aprovechar sosteniblemente hasta la última gota nos permitirá cuidar de nuestro planeta"
Las escorrentías procedentes de las lluvias torrenciales son los principales agentes contaminantes de los sistemas acuáticos debido a la gran cantidad de materiales que aportan por arrastre y que finalmente se depositan en ellos. El deterioro del Mar Menor es un claro ejemplo del efecto perverso de las lluvias torrenciales que provocan el incremento de los sedimentos y las conocidas anoxias derivadas del aporte de agua dulce.
El agua es esencial para la vida. El extraordinario desarrollo de la humanidad no puede entenderse sin la capacidad de suministrar agua donde de forma natural no había. La gestión hidráulica de los ríos ha permitido incrementar la superficie cultivable y por tanto la producción agropecuaria destinada a satisfacer la cada vez mayor necesidad de alimentos de una población mundial que no cesa de crecer.
El agua también es fundamental para combatir la desertificación y degradación de los suelos (uno de los retos ambientales más importantes para la producción de alimentos de este siglo), ya que permite crear mantos verdes con los nutrientes adecuados para reducir la erosión y favorecer la fertilidad del suelos.
Sin agua no hay alimentos ni vida. Aprovechar sosteniblemente hasta la última gota nos permitirá cuidar de nuestro planeta y asegurar un futuro en armonía con la naturaleza a las siguientes generaciones. Agua para la vida, agua para el planeta, agua para todos.
Miguel Ángel Cámara Botía
Catedrático de Química Agrícola
Director Cátedra de Ecoeficiencia Hídrica
Universidad de Murcia