Una alternativa en momentos de necesidad: los Montes de Piedad cobran fuerza con la pandemia

14/09/2020 - 

MURCIA. En otro tiempo resultaba habitual poner en prenda los objetos de valor a la hora de recibir un préstamo, una práctica que parece haberse quedado obsoleta en la época en la que vivimos. No obstante, la realidad es que esta actividad está en auge desde hace unos cuatro años, cuando empezaron a extenderse los conocidos como Montes de Piedad.

Es el caso de la ciudad de Murcia, que acoge desde hace tres años a este negocio dedicado a realizar créditos con pulseras, collares, relojes o cualquier tipo de joya como garantía.

¿Cómo funcionan los Montes de Piedad?

El funcionamiento de este negocio es simple. El cliente acude al Monte de Piedad con sus joyas para que los empleados, gemólogos profesionales, las tasen. Entonces, le ofrecen al cliente un crédito del 60% del valor de las piezas a cambio de guardarlas en custodia como garantía, aunque el cliente no pierde la propiedad del objeto. Pasado un año el cliente puede devolver el crédito más los intereses, con lo que recuperaría la joya, prorrogar el préstamo pagando los intereses o renunciar a la propiedad del objeto para que este salga a subasta pública.

 No obstante, el Monte de Piedad no se beneficia con la subasta, pues si consiguen más dinero del prestado con la venta de la joya, la diferencia es devuelta al cliente. "El monte solo se resarce del préstamo, no se queda nada más", explica Ana Soto, directora de los Montes de Piedad de Bancaja.

Monte de Piedad de Murcia 

Asimismo, asegura que cada caso es tratado de manera personalizada, de modo que en el supuesto de que un cliente necesite pedir prestado más dinero del que cubre el 60% del valor de la joya es posible que llegue a un acuerdo con la entidad. Esto se debe a que los Montes de Piedad pretenden cumplir una función social.

En concreto, los intereses oscilan entre el 6 y el 8 por ciento anual según la cantidad de dinero prestada y el crédito puede cancelarse en cualquier momento sin coste adicional. Asimismo, el cliente puede prorrogar el préstamo cuantas veces sea necesario, así como abonar el dinero acordado hasta mismo día de la subasta.

De esta forma, un 70% de los clientes renuevan los créditos cuando vence el plazo, ya es algo habitual que algunos clientes tarden unos años en recuperar la joya pues solo el 3% la pierden en subasta pública.

El negocio se ha visto reforzado por la pandemia

Como es de esperar, la pandemia también ha afectado a este negocio, aunque de manera positiva, pues ha visto aumentada su actividad debido a las consecuencias económicas de la crisis del coronavirus. Asimismo, el perfil estándar de clientes ha evolucionado de mujeres de entre 40 y 60 años que deben hacerse cargo de la economía familiar a personas de todo tipo que buscan un préstamo para hacer frente a los pagos en su empresa o que necesitan liquidez por encontrarse en un ERTE.

En este sentido, la brecha digital de cara a la vuelta al cole es otro motivo para que los parientes decidan recurrir a este sistema, como el caso de un señor mayor que depositó un reloj de oro con la intención de comprarle a su nieta un ordenador.

Además, el préstamo medio ha aumentado un diez por ciento como consecuencia de la pandemia, pues ha pasado de unos 750 euros a 820 euros.

El valor de los objetos

Entre los objetos que suelen traer los creados con oro son los más populares, pues el 95% de las piezas que hay guardadas en este establecimiento están confeccionadas con este material. Asimismo, se trata de un valor seguro que aumenta su precio en tiempos de crisis, como es el caso en los últimos meses. Por otro lado, los objetos de plata tienen un valor muy inferior y no se admiten en los Montes de Piedad.

Después del oro, las piezas de ajuar adornadas con piedras preciosas son las más habituales. En concreto, rubís, zafiros y esmeraldas son tasados habitualmente en este establecimiento con un valor muy similar, pues su precio varía más en función de otros aspectos como el quilataje o si la gema es natural o sintética. El resto de piedras, como el ópalo, son consideradas semipreciosas y tienen un valor muy inferior.

No obstante, "el rey de las piedras preciosas es el diamante", con un valor superior al resto. Además, los gemólogos que trabajan en el Monte de Piedad son expertos en diamantes, por lo que pueden realizar tasaciones exactas sobre este tipo de materiales.

Gemóloga del Monte de Piedad tasando una joya 

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