Castillo de la Concepción.CARTAGENA. Uno de los lemas con los que se 'vende' la Región de Murcia en las distintas ferias de turismo es aquello de que tendrás que elegir porque las opciones de tu viaje pueden ser muy variadas. En esta ocasión elegimos la vía medieval y destacamos tres castillos por los que puedes dar un 'viaje' medieval sin salir de la Región de Murcia
Uno de los enclaves icónicos de la trimilenaria Cartagena. Esta fortificación se encuentra en pleno casco histórico de la ciudad portuaria, sobre la colina más alta de las cinco que conformaron la ciudad durante sus primeros años de vida. Es un cerro estratégico situado al norte de la espléndida bahía natural, por lo cual desde este enclave era posible dominar tanto el puerto como buena parte de la planicie septentrional que se extiende entre las sierras de oriente y occidente. Ha sido enclave de un templo romano dedicado a Esculapio, una alcazaba musulmana, un castillo medieval o punto para colocar la sirena que avisaba a la población de los bombardeos en la Guerra Civil. Además, desde la fortaleza se obtiene la mejor vista de la ciudad y de su puerto natural. Todo al alcance gracias al Ascensor Panorámico que salva la altura del cerro.
Los restos que hoy podemos ver del castillo de la Concepción se relacionan con una serie de estructuras correspondientes a una fortificación de origen medieval. En su mayor parte parece ser una alcazaba islámica cuya construcción se podría situar en torno al siglo XII, al igual que otras existentes en su contexto geográfico e histórico.
Está fechado en el siglo XVIII, aunque sus orígenes se remontan a la época cartaginense. Tras la expulsión de los árabes de la localidad el castillo fue abandonado. Su reconstrucción se acometió en fechas posteriores sin gran éxito hasta que Carlos I (1530), por Real Cédula, lo mandó volver a edificar con el objetivo de vigilar la franja del litoral comprendida entre Vera y Mazarrón, que tenía la amenaza de las incursiones de turcos y argelinos. En 1579, bajo el mandato de Felipe II, se volvieron a llevar a cabo las obras de este castillo, construyéndose en esta época la Torre de las Águilas, en honor a San Juan Bautista, convirtiéndose en una fortaleza de gran prestigio por su seguridad.
La última remodelación fue bajo el mandato de Carlos III ( en el siglo XVIII), que decide ampliar la fortaleza debido al aumento del número de habitantes del municipio y a los sucesivos ataques berberiscos a los que estaba sometido el puerto y su población. Esta nueva 'cara' lo convirtió en uno de los castillos mejor fortificados del momento.
En estos momentos son escasos los restos del esplendor de esta fortaleza. En una de las fachadas que se conservan, el visitante puede observar un escudo donde están dibujados los leones de Castilla. En recientes excavaciones realizadas se han descubierto en sus alrededores pasadizos subterráneos que, según leyendas populares, unían este enclave con otro castillo del municipio, el castillo de Tébar.
El Castillo de Lorca es una antigua Fortaleza Medieval de los siglos XI al XIII. Fue usada a lo largo del tiempo para la defensa de la frontera entre los reinos de Murcia y de Granada. En uso hasta muy entrado el siglo XVI, durante la Guerra de la Independencia (1808-1814) se volvió a utilizar como lugar de refugio y defensa. Hoy en día acoge una recreación y exposición de la Edad Media.
El llamado castillo de Lorca comprende una serie de estructuras defensivas que, durante la Edad Media, convirtieron a la ciudad y su fortaleza en un punto inexpugnable del sureste peninsular. Su valor estratégico viene dado por ser la auténtica atalaya de control de las principales rutas que circulan desde el sur al levante hispánico desde la más remota antigüedad.
En líneas generales, las murallas lorquinas, de fundación islámica, fueron aprovechadas por la Corona de Castilla para constituir el lugar como el principal dique de resistencia cristiano en la frontera murciana frente al emirato de Granada. Para reforzar esta condición, a finales del siglo XIII comenzó la construcción de las dos maravillosas torres del homenaje existentes en lo más alto del castillo: la del Espolón y la Alfonsina.
