En mis años de estudios de Filosofía en el Seminario Mayor de San Fulgencio de Murcia, casi al final de los años 60 -recuerdo como si me lo hubieran explicado ayer- cómo nuestro profesor de Lógica y que, a la vez, era el rector del Seminario, nos enseñó casi al principio del curso lo que eran los ‘silogismos’ cuatro principales, a saber: ‘Bárbara, Celarent, Darií y Ferio’. De éstas, el silogismo en ‘Bárbara’ era el más simple: dos premisas (mayor y menor) afirmativas y una conclusión también afirmativa. El ejemplo que aparecía en todos los libros de Filosofía era que ‘Todos los hombres piensan, yo soy un hombre, luego pienso’.
Aun sabiendo que esto no se corresponde con la realidad ya que fueron los ‘sofistas’ griegos los primeros en manipular la filosofía a su antojo y provecho -Aristóteles consideraba la lógica como un método de relación de términos y a través de los silogismos trataban de establecer las leyes que garantizan que de la verdad de los juicios comparados, o premisas se puede obtener con garantía de verdad un nuevo juicio verdadero o conclusión, que a veces puede ser hipotética-. Partiendo de las premisas aristotélicas, hoy podríamos hacer un perfecto silogismo en ‘Bárbara’ de nuestro presidente Pedro Sánchez y de su actual gobierno y, que sin temor a equivocarnos, sería así: “Todos los componentes del gobierno de España mienten, Pedro Sánchez es el componente principal del gobierno de España, luego Pedro Sánchez miente”.
Sobre un presidente de una más que dudosa catadura moral, ética y política, y que ha convertido la mentira en el único modo estatal de sobrevivir y el engaño en ley, se podrían hacer mil y un silogismos y seguro que todas las conclusiones serían siempre las mismas y afirmativas, con independencia de sus variantes. El presidente Sánchez nos ha mentido impunemente siempre y, desde la noche de los tiempos lo ha hecho mañana, tarde y noche, antes, en y después y, mucho me temo que lo seguirá haciendo en todo lo que diga y no diga y en lo que oculte y no oculte. Según la opinión pública, que ha pasado de ser la ‘vox populi’ a ser la ‘vox dei’, Sánchez y su gobierno se han convertido en la mentira andante y personificada que llega a todas partes y a todos alcanza. En otros artículos recientes, publicados en esta misma sección, he dejado constancia manifiesta de la luctuosa y espuria cualidad patológica de nuestro presidente a mentirnos en múltiples y variopintas ocasiones, para acto seguido desmentirse de lo mentido y enseguida volver a mentirnos sobre lo desmentido una y otra vez y así hasta el infinito. Por tanto, él es el menos cualificado para acusar a Alexis Rodríguez, periodista de ABC de mentir en el llamado ‘Delcygate’, cuando la segunda del gobierno bolivariano estuvo en el aeropuerto de Barajas y violó el espacio aéreo español, pese a tener prohibida la entrada en territorio Schengen. Sin ir más lejos, el presidente Sánchez, al terminar ese encuentro ‘oficioso’ con el cabecilla del ‘procès’ catalán y ex presidente Quim Torra, se ha dirigido con actitud desafiante a la prensa, en alusión directa al caso Ábalos en la madrugada del 20 de enero, para afirmar rotundamente que lo que publica el diario ABC citando a alguna fuente militar próxima a la oposición venezolana: “es una mentira y es absolutamente falso que yo tuviera una conversación telefónica con Delcy Rodríguez, la vicepresidenta de Venezuela”.
Esto se contradice palmariamente con las información periodísticas y las citas de la oposición venezolana en las que la dirigente chavista habría lamentado la presencia de Leopoldo López en la residencia del embajador español en Caracas, habría encomendado a Sánchez que no acogiera a Juan Guaidó y, además, habría “amenazado” veladamente el futuro de Repsol en Venezuela. Volviendo al silogismo en ‘bárbara’ del inicio de este artículo, podemos aseverar una vez más y en la más estricta lógica aristotélica, que si “todos los hombres del gobierno de España nos mienten, Pedro Sánchez es un hombre de ese gobierno, luego Pedro Sánchez nos miente”.
¡Cómo echo de menos al camarada Alfredo Pérez Rubalcaba! cuando en marzo del 2004, interpeló al gobierno de José María Aznar con su histórica frase: “los españoles no se merecen un gobierno que les mienta”. Pero visto lo visto, da la impresión que se equivocó de todas, todas y, que lo que realmente quería decir es que “los españoles se merecen un gobierno que les mienta, siempre que este sea del PSOE” y claro está, Sánchez y su séquito lo han aplicado a rajatabla siguiendo la férrea disciplina del partido y por eso ¡mienten y mienten y vuelven a mentir, los miembros del gobierno para subsistir!
Pedro Manuel Hernández es licenciado en Medicina y en Periodismo y ex senador autonómico del PP por Murcia