con las gafas de cerca / OPINIÓN

Un repaso a las elecciones europeas

5/06/2024 - 

MURCIA. Estamos, aunque no lo parezca, en una campaña electoral que no determina si Sánchez es un traidor, si Abascal es un fascista o Puigdemont un antisistema.

La composición del Parlamento Europeo es más relevante de lo que parece en asuntos que nos afectan individualmente, aunque sí es cierto que se nos presenta demasiado distanciado de cada uno de nosotros.

Me parece interesante el estudio que ha realizado Euronews sobre las expectativas de resultados de cada país en estas elecciones. Dejo el enlace y una hoja excel con los resultados para quien quiera profundizar en él:

"no es votar a Chiquilecuatre en Eurovisión; Ya mandamos a Ruiz Mateos en su día y estamos dispuestos a mandar a Alvise ahora"

Si comparamos la composición actual del Parlamento de 705 diputados con la proyección realizada en este análisis que puede surgir tras las elecciones, que tendrá 720 diputados, nos encontramos con un núcleo duro moderado tradicional que puede seguir ostentando una mayoría para acuerdos sin necesidad de forzar con tendencias más extremas. Pero perdiendo fuelle. La suma de las agrupaciones socialdemócratas, liberales y conservadores populares en la actual composición supone un 59% del total de parlamentarios (418 de 705) y en la previsión realizada se reduciría a un 55% (398 de 720). Podemos incluir también a los verdes, involucrado en muchos acuerdos de este periodo que termina. En este caso, pasaríamos de un 69,50% a un 63% (de 490 a 452 diputados).

Desde esta perspectiva, debemos estar de acuerdo con Charles Michel que en una reciente entrevista quería quitar hierro al crecimiento de los extremistas. Aunque este auge sí que es cierto. Las mayores subidas de intención de voto se producen, sobre todo, en los partidos englobados en el grupo europeo de Identidad y Democracia (+24), de los no adscritos (con un variopinto grupo donde abundan extremistas +14) y el de Conservadores y Reformistas (+12). Y los que más pierden son precisamente los minoritarios moderados que han trabajado en la construcción de acuerdos: los verdes y liberales que bajan 18 diputados cada uno.

Hasta aquí una mera transcripción de datos que nos deja más o menos tranquilos.

Pero vamos con los asuntos preocupantes:

  • La extrema derecha (o mejor dicho, los que se sitúan a la derecha de EPP) no es un conglomerado, sino múltiples afecciones más que ver con sensibilidades en sus países de origen que con una política común. No podemos encontrar muchas similitudes entre Los Fratelli de Meloni en Italia con los Alternative für Deutschland en Alemania o el Fidesz (Unión Cívica) de Orban. Hay partidos más posibilistas y otros que son directamente antisistema. Las coaliciones en grupos parlamentarios puede variar con respecto a la actual. Es posible que Rassemblement National de Le Pain pretenda aliarse más con los Fratelli que con Alternativa alemana, con quienes comparte grupo en esta legislatura. Es una incógnita que grupos y con qué dimensiones se formarán.
  • Considero muy relevante el hecho de este tipo de formaciones puedan ser las más votadas en países como Francia, Italia, Hungría Países Bajos, Austria y Bélgica y que sean la segunda en países como Alemania, Polonia o Suecia. El apoyo no es testimonial, no es votar a Chiquilecuatre en Eurovisión. Ya mandamos a Ruiz Mateos en su día y estamos dispuestos a mandar a Alvise ahora. Y en Hungría, el "partido del perro de dos colas" puede llegar a dos representantes. Pero no estamos hablando de eso. Las opciones extremas en Europa continúan subiendo y no sabemos cuándo alcanzarán su techo.
  • La política de bloques no es exclusiva de nuestro país. Esto nos lleva a una mayor dificultad en la próxima legislatura de acuerdos entre socialdemócratas y populares que siempre han sido muy habituales en Europa. La posibilidad de bloqueos es más real que antes.
  •  También la política del fango es cada vez más visible en toda Europa. Y los fangos nacionales se trasladan al Parlamento con gran facilidad y con dos consecuencias: por un lado, promueve el envío de múltiples chorradas que no son de ámbito europeo con la finalidad de que "se retraten" (término que me produce un rechazo total) y que colapsa un trabajo serio y productivo. Por otro lado, las diferencias nacionales se trasladan a la homogeneidad de los grupos siendo más difícil alcanzar acuerdos y siendo necesario no solo trabajar con el grupo parlamentario sino con los componentes nacionales de cada grupo parlamentario.

Personalmente, me parece injusto el castigo que parece que se va a infligir a los liberales europeos, grupo que se ha comprometido con mucho esfuerzo en políticas de acuerdos y que resulta fundamental en el actual panorama para que los bloques no se radicalicen. No deja de ser una consecuencia precisamente de este problema. En medio de todos, entre la crispación y sin graneros, es normal que sean los que más resientan este ambiente político. Por mi parte, tendrán mi reconocimiento y mi voto.

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