Con esa sinceridad aplastante que tienen los niños, el otro día mi hijo me trasladó que Facebook le parecía de viejos (¿what?) comentario al que tú le devuelves una sonrisa de Joker. ¡Zas en toda la boca! Y sin anestesia. Achaqué el pensamiento a que Facebook básicamente es una red estática al contrario que Tik Tok donde todo va a una velocidad de vértigo. Está claro, mi hijo corre en Formula 1 y yo conduzco en un desfile de Rolls Royce y aún me creo moderna por el hecho de ir en coche.
Reflexioné sobre el tema y me decidí a bucear en los perfiles de mis amigos para averiguar qué motivos llevan a un preadolescente a esas conclusiones. ¿Sería por las fotos de perfil donde los hombres van con gafas de sol para parecer más interesantes y las mujeres estamos mirando al infinito como si posáramos para Mario Testino? ¿Sería por los mensajes políticos radicales verdes y morados? ¿O tal vez por los post de autoayuda que subimos pretendiendo hacer de coach cuando en realidad eres tú el que está hecho una mierda? Ciertamente nos hemos hecho mayores con esta red. Con más miedo que vergüenza nos dimos de alta hace más de una década con el único objetivo de ir de pesca y cotillear que para eso Facebook era el Tinder del momento. Pero poco a poco te vas viniendo arriba y empiezas a subir fotos, y ¡qué fotos!, que para conseguir una medio decente donde no parezcas la hermana de las Supremas de Móstoles has tenido que chantajear a tu hijo con una semana sin control parental, porque de tu marido ni hablamos, lo único que consigues que salga de su boca es: - Aunque la mona se vista de seda, mona se queda. ¡Claro, ese es el motivo por el que te casaste con un orangután!
Si quieres ir a por una de cuarenta no la busques en Instagram, nosotras somos las influencers del Facebook. Ahí es donde nos encontrarás inmortalizando el modelito de la temporada, el último aquelarre de amigas o el orgullo de ese soufflé que has cocinado y que te ha quedado más arriba que unas postizas de las buenas.
Voy más allá, si quiere saber cómo de interesante es nuestra vida, sólo tiene que tirar para arriba el timeline de Facebook. Esos algoritmos del demonio a nosotras nos envían anuncios de clínicas de estética y a las de veinte publicidad de protectores vulvares ¡hay que joderse! Por favor, que nadie le cuente a López Miras que esto existe, porque si no es capaz de colocarnos la protección en salva sea la parte.
Nosotras somos así, no sabemos posar, no sabemos poner morritos, solo sabemos trabajar y vivir por y para todo el que nos rodea. Somos generosas, ingeniosas, divertidas, sexy-lobas y un poco arpías. No lo podemos evitar está en el ADN de nuestra generación, nos debatimos entre la tradición y el reality, el gimnasio y el sofá, la dieta depurativa y los gofres de chocolate. Así que en un acto de coherencia, como todas las semanas podrá encontrar este artículo en mi muro de Facebook.
Gracias por su lectura.
Trinidad Guía Sánchez es Licenciada en Ciencias Económicas, Máster en Dirección y Administración de Empresas y Experta en Ventas.
@GuiaTrinidad Linkedin: Trinidad Guía