LORCA. Los milenarios olivos del Rincón de los Carranzas, en Lorca, y su histórico lavadero, donde no hace tanto acudían con la colada las mujeres de la localidad, protagonizan el mural que acaba de finalizar sobre dos de las paredes de la Asociación de Vecinos de este pueblo el joven artista lorquino Iván Molina, quien está dejando muestras de su arte en distintos puntos del municipio.
El mural -de 4,10 x 4,50 metros y 3,50 x 4,20 metros- se ha realizado durante el pasado mes de enero, dentro del programa 'El Arte de Vivir en Pedanías', que promueve la Concejalía de Desarrollo Rural del Ayuntamiento de Lorca.
El artista ha traslada al muro, una escena que abarca ambas paredes y donde está representado el pueblo bajo la montaña de El Sordo, donde se puede ver el Tornajo, un lavadero antiguo que se encuentra en esta pedanía, y junto a este, una mujer con una cesta de ropa y una niña que juega con una tortuga mora, representando a todos aquellos niños que acompañaban a sus madres; hoy en día, solo queda un niño en el Rincón de los Carranzas, apunta en su blog.
En el otro lateral del mural está representado uno de los olivos milenarios del lugar donde dos olivareros varean sus ramas. Ana Mari, una vecina del Rincón, está a la sombra del árbol recogiendo las olivas, mientras observa a Toni, su perro, todo un personaje en esta pedanía.
Mural en el CEIP Torrecilla
Con este mural pictórico de grandes dimensiones en el CEIP Torrecilla de Lorca, que puede verse desde la carretera de Granada dirección hacia Lorca, se rinde homenaje a Rosa, exdirectora del colegio, que falleció de una enfermedad repentina. Muestra a una niña, que, acostada sobre un suelo blanco, sostiene entre sus manos un libro abierto, desde el que emerge un enorme rosal que se enrolla en los cables del tendido eléctrico situados sobre la pared. De este rosal, y como acercándose a la cara de la niña, aparece una enorme rosa que parece embriagar con su fragancia a la niña representada. Sobre el suelo blanco y junto a la niña puede verse una pizarra donde se lee "Siempre en nuestro corazón" y dos tizas en primer plano, con las que parece haberse escrito la frase. Alrededor de esta escena revolotean varias mariposas que junto al ondeante y vaporoso pañuelo azul de la niña le dan movimiento a la representación.
Es un mural sin paisaje, los mismos ladrillos de la pared hacen de fondo a la escena, teniendo, de esta forma, mas protagonismo los elementos posados sobre el gran suelo blanco. Con esta imagen, el artista ha intentado reflejar la importancia de la lectura, la naturaleza y la imaginación, tres ingredientes imprescindibles en la educación.
Mujeres esenciales
Este mural pictórico de 13 metros de longitud por 4 de alto forma parte de un proyecto global que agrupará a 30 mujeres reconocidas de la ciudad de Lorca. En esta primera fase se han plasmado a las primeras 10 mujeres y en años sucesivos se incorporarán otras, hasta completar los 40 metros de muro, contando para ello de una encuesta popular online en cuyas votaciones participaron cerca de 1.000 personas.
Este mural pretende reflejar a mujeres que han contribuido en Lorca al avance hacia la igualdad. Mujeres que proceden de diferentes ámbitos, desde el político, al cultural, pasando por el científico, deportivo, artístico, docentes o asociativo.
Es un mural pintado a pincel con pintura plástica y el proceso de trabajo a tenido una duración de 13 días.
Mural homenaje al Campo de Fútbol de San José
La escena que ilustra el artista en este mural representa una instantánea imaginada del primer partido oficial celebrado en este campo, que coincidió con la inauguración del mismo, un partido del CD Lorca contra el CD Pinosense en octubre de 1951. La perspectiva de la imagen sería la misma que se vería desde ese mismo sitio donde se encuentra el muro sobre el que está hecho este trabajo, una pared que es la única que queda en pie del popular estadio lorquino, un soporte histórico que de esta forma queda restaurado y que, con esta escena, cuenta de forma gráfica lo que el espacio al que pertenecía dicha pared simbolizaba para los lorquinos.
Se trata de un mural de 12 x 4 metros, pintado a pincel en el que el artista ha intentado expresar el máximo dinamismo y movimiento posible, un movimiento que está plasmado tanto en las figuras de los jugadores como en el balón; un elemento central que pareciera que se va a estampar contra la cara del espectador, una forma ésta de dar profundidad a la composición, una profundidad necesaria para un mural de dichas dimensiones y en una calle tan estrecha como en la que se encuentra.
"Una imagen colorida con la que he pretendido rejuvenecer esta zona de Lorca.
Muy agradecido por haber podido ilustrar una parte de la historia de mi ciudad y contribuir así al recuerdo de un Campo de Futbol en el que se vivieron tantas emociones", ha manifestado Iván Molina, quien también ha dejado su sello en diferentes establecimientos y domicilios privados de Lorca.
(Fotos: Blog de Iván Lorca)