TRIBUNA LIBRE / OPINIÓN

Un buen libro bien vale un esfuerzo

13/07/2020 - 

“Anuladas todas las rutas del Bibliobús, incluidas las de verano, hasta nuevo aviso, disculpen las molestias”. Así se anuncia que este año tendremos un “verano de poco libro” por culpa de la nefasta organización de la Red de Bibliotecas Públicas de la Región de Murcia.

Según indica este organismo, no van a realizar las tradicionales rutas del Bibliobús durante los meses de julio y agosto por falta de planificación a la hora de aplicar los protocolos sanitarios, lo que impedirá que muchos de nuestros jóvenes y no tan jóvenes vayan a poder tener acceso al préstamo de libros ni de material multimedia. Y casualidad o no, el año pasado también fallaron en una de las rutas más de cinco meses por la baja de un trabajador y su no sustitución.

Según recoge el Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros 2019, elaborado por la Federación de Gremios de Editores, un 31,5% de la población no lee libros. Sin embargo, según la consultora que ha elaborado el estudio, el índice de lectura ha aumentado durante el confinamiento un 4% y el tiempo dedicado a la lectura en casi 24 minutos diarios: ¿por qué no aprovechar este cambio de tendencia para sumar nuevos lectores?  El porcentaje de ciudadanos que utiliza ebook, tablet, etc., también se ha incrementado un 10% pero hay que tener en cuenta que se trata de un tipo de lectura limitada a un pequeño número de títulos pues no todos los libros están digitalizados, además de la consabida brecha digital que ocasiona que no todos los lectores puedan tener acceso a su contenido.

También hay que tener en cuenta que el desarrollo de plataformas televisivas, redes sociales, uso de móvil… ha ampliado la oferta de ocio y debemos hacer un mayor esfuerzo por hacer accesible el libro. Por ello, es muy importante que el casi 30% de personas que dice que no lee porque “no le interesa” tenga cerca un servicio que le ayude a encontrar su nueva vocación. Se trata por tanto de “llevar la montaña a Mahoma”. Si el usuario no es capaz de comprar un libro por diversas causas: no tener dinero, no hay tiempo para hacerlo, no tengo espacio… será necesario que se pongan facilidades para ello.

Si el servicio de Bibliobús funciona desde mediados de los años ochenta, más de 37 años ¿por algo será? Se nos llena la boca diciendo que hay que mejorar los servicios de la España vaciada y se nos olvida que existe una población rural que no tiene una librería en la puerta de casa. Está población también lee.

Parece que está de moda desmontar los servicios públicos. Una vez más se cumple que en tiempos de crisis lo más fácil de recortar son los programas culturales lo cual es un error, el hábito de lectura como los grandes árboles han de plantarse y mimarse pensando en el largo plazo. Si dejamos aunque sea un año de acercar la lectura a la población de zonas pequeñas y rurales quizá se pasen a otro tipo de ofertas y entonces el daño será irreparable.

Manuela Écija González es profesora de Física y Química