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resultado de la tesis de Virginia Balanza en la UPCT

Un arma para la agricultura sostenible: enemigos naturales de las plagas resistentes a los insecticidas

28/12/2021 - 

CARTAGENA. No es sencillo encontrar el equilibrio entre economía y medio ambiente. La agricultura, uno de los pilares económicos de la Región, a menudo se topa con el respeto al medio ambiente. Se aprecia en el deterioro del Mar Menor, en el que regadíos ilegales han contribuido al deterioro de la laguna salada. Sin embargo, desde la UPCT investigan como lograr ese ansiado equilibrio.

Para ello, la tesis de Virginia Balanza ha buceado en la agricultura sostenible para encontrar un nuevo recurso con el que lograr una agricultura responsable. Este reside en los llamado 'enemigos naturales' de las plagas resistentes a los insecticidas. La mejora genética de estos depredadores naturales facilita el control biológico en esos cultivos que requieren de aplicaciones putuales de compuestos químicos.

La investigadora, cuyo doctorado ha dirigido Pablo Bielza, responsable del grupo especializado en protección de cultivos, demuestra con sus ensayos en poblaciones silvestres y comerciales del depredador Orius laevigatus que existe una variación genética con tolerancia a insecticidas. "La selección de individuos con esta variación refuerza las estrategia de gestión integrada de plagas", remarca la nueva doctora por la UPCT. "El objetivo es un uso racional de los productos fitosanitarios orientado a la producción de cultivos saludables con bajo impacto en los agroecosistemas", señala Bielza, que señala la posibilidad de mejorar el control biológico permitiendo "aplicaciones puntuales de compuestos sintéticos o naturales para controlar plagas principales y secundarias".

"Aunque las principales plagas generalmente se controlan por medios no químicos, incluido el control biológico, en ocasiones pueden volverse incontrolables y los agentes de control biológico no son suficientes", explica la nueva doctora por la UPCT. "En estos casos se necesita algún tipo de compuesto químico, pero el problema es su compatibilidad con los depredadores naturales de plagas para no interrumpir la estrategia de biocontrol", añade.

Los investigadores han conseguido poblaciones de chinche resistentes a diversos insecticidas, como los neonicotinoides, el lambda-cihalotrín y spinosad, logrando también resistencia a spinetoram y garantizando la supervivencia de adultos y ninfas de Orius laevigatus durante toda la temporada de cultivo. Además, esta selección genética consigue mejores rendimientos en la eliminación de larvas de trips. "En cultivos de invernadero de hortalizas, los neonicotinoides se pueden utilizar para el control de brotes de pulgones o de plagas secundarias como las cochinillas o los mosquitos verdes y estos plaguicidas no afectarían a nuestras razas seleccionadas de agentes de control biológico", muestra como ejemplo la autora de la tesis. "La población resistente a piretroides permitirá la aplicación puntual de piretroides sintéticos y piretrinas naturales, por lo que podrá ser usada en cultivos ecológicos, apunta la joven investigadora. "En el caso de la población resistente a spinosad, se puede realizar una rotación de insecticidas en cultivos ecológicos, utilizando el spinosad", concluye.

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