MADRID. El Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) ha publicado los resultados de la primera ronda del estudio 'COSMO-Spain', que coordina el ISCIII desde el Centro Nacional de Epidemiología (CNE) y que está impulsado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Según estos resultados, el 70% de los encuestados se vacunaría contra la covid-19.
Con respecto a las posibles vacunas que están en desarrollo, el 70% de las personas encuestadas señalan que se la pondrían si estuviera disponible e indicada por las autoridades sanitarias. Por otro lado, el 59% responden que se descargarían una aplicación gratuita de rastreo para el teléfono móvil que le advirtiera si puede haber sido infectado con el COVID-19.
Al preguntar, teniendo en cuenta que la encuesta se hizo hace ya casi un mes, sobre las medidas que debería tomar el Gobierno en el caso de que se produjera un segundo brote generalizado del COVID-19, las medidas con más aceptación son prohibir los eventos de masas de cualquier tipo y confinar los núcleos urbanos o las provincias más afectadas. Las medidas que más desacuerdo generan serían volver a cerrar la actividad empresarial no esencial, volver a los horarios de salida y reinstaurar un Estado de Alarma.
El trabajo, que busca contar con información sobre los conocimientos y la percepción el riesgo de la población ante el COVID-19 y que ya presentó el mes pasado sus primeros resultados preliminares, se está llevando a cabo en otros 31 países. Con él se espera que sus resultados, que se irán completando a lo largo del año con nuevas rondas, ayuden a hacer frente a la epidemia aportando información relevante y actualizada a la hora de diseñar estrategias de salud y campañas de sensibilización. Los resultados de esta primera ronda revelan nuevos datos sobre las preocupaciones, actividades, intereses y conocimientos de la población española entorno a la pandemia, el virus y la enfermedad.
En esta primera ronda, que refleja datos recabados entre el 27 de julio y el 3 de agosto, han participado 1.033 personas residentes en España, todas mayores de 18 años, con una distribución casi idéntica similar por sexos (50,1% hombres y 49,9% mujeres). El 30 por ciento de los participantes tenían entre 30 y 44 años y un tercio de la muestra, entre 45 y 60. El 45 por ciento tenían estudios universitarios o FP superior y la mayor parte (56%) de los participantes refirieron estar trabajando.
Según muestran las respuestas, la preocupación de la población respecto a la pandemia sigue siendo elevada: un 64 por ciento dice que el coronavirus le preocupa 'mucho o muchísimo' (en los resultados preliminares el porcentaje fue del 62%) y solo un 11 por ciento de los encuestados señala que le preocupa 'un poco o nada'. Las principales inquietudes de los encuestados con respecto al COVID-19 son perder a un ser querido, las personas que no utilizan mascarilla, la posible saturación de los servicios sanitarios y un nuevo confinamiento.
En general, la percepción del riesgo frente al virus y la enfermedad sigue siendo alta. Un 42 por ciento de los encuestados cree que lo peor de la pandemia está por venir; un 23 por ciento considera que ya se está viviendo lo peor y un 21 por ciento cree que es 'difícil o muy difícil' poder evitar la infección. Además, un 43 por ciento cree que la infección, de afectarles, sería 'grave o muy grave'. Ir a sitios concurridos y utilizar el transporte público son las circunstancias que se consideran más propicias para el contagio, mientras que reunirse en casas particulares, trabajar fuera de casa y hacer la compra se consideran, según las respuestas, actividades de menor riesgo.
Conocimientos y Educación en Salud
Sobre el uso de la mascarilla, el 94 por ciento piensa que sirve para evitar contagiar a los demás, mientras que el 70 por ciento señala su utilidad para protegerse de ser infectado. El 86 por ciento apunta, de manera correcta, que las mascarillas tienen que tapar la nariz y la boca, pero todavía hay algunas lagunas de conocimiento: por ejemplo, un 10 por ciento que cree que hay que quitarse la mascarilla para toser o estornudar.
La dificultad percibida por los encuestados a la hora de encontrar, comprender, evaluar y aplicar la información relativa al coronavirus es muy variable. Más del 75 por ciento de los encuestados refiere que le es fácil o muy fácil encontrar información sobre los síntomas y las restricciones, averiguar qué hacer en el caso de sospechar que tiene la enfermedad, entender y seguir las restricciones y recomendaciones que dan las autoridades o decidir cuándo quedarse en casa (y no ir al trabajo/colegio/actividades sociales). La dificultad percibida aumenta, por ejemplo, cuando deben valorar si ir al médico por un problema sin relación con el COVID-19 o cuando tratan de saber si la información que dan los medios de comunicación es fiable.
Comportamiento y fuentes de información
Teniendo en cuenta que la encuesta se realizó entre finales de julio y principios de agosto, las medidas más frecuentemente seguidas por los encuestados para evitar el contagio durante la última semana fueron usar mascarillas (91%), lavarse las manos, usar gel hidroalcohólico y guardar distancia física (84%). Además, un 32 por ciento refirió haberse quedado en casa al tener síntoma.
Telediarios, prensa (en papel y 'on line') y ruedas de prensa oficiales son las fuentes de información más consultadas por la población, mientras que la información procedente de los profesionales sanitarios, la OMS y el Ministerio de Sanidad son las que más confianza generan. Como ya señalaban los datos preliminares de mayo, las redes sociales son bastante consultadas, pero se confía poco en ellas. Por otro lado, la información ofrecida por los programas de debate de radio y televisión es la segunda que menos confianza genera.
Preguntados sobre la confianza que se tiene en distintas instituciones o colectivos para abordar los desafíos que supone el COVID-19, los encuestados confían en primer lugar en los científicos, seguidos de hospitales, centros de salud, Ministerio de Sanidad y comunidades autónomas. Al consultar sobre la opinión sobre las decisiones tomadas hasta la fecha en relación al COVID-19, los participantes consideran, casi por igual (con respuestas del 1 al 5, en las que 5 es la máxima confianza), que las decisiones tomadas en España para reducir la propagación de la COVID19 han sido adecuadas (3,9) e improvisadas (3,8).
Las decisiones que generan mayor acuerdo entre los participantes son el uso obligatorio de mascarilla, la apertura de comercios, la libertad de movimientos entre provincias y que sean las comunidades autónomas las que determinen las normativas. Las que mayor desacuerdo generan son la libertad de movimiento entre países, la apertura de gimnasios o instalaciones deportivas, la realización de eventos y espectáculos de masas y la apertura de los bares y restaurantes.
La investigación, está liderada por la investigadora M. João Forjaz, en colaboración con Carmen Rodríguez Blázquez (ambas del CNE) y María Romay-Barja (Centro Nacional de Medicina Tropical). Además, participan María Falcón, de la Universidad de Murcia, un equipo de la universidad de Cádiz, el Ministerio de Sanidad y la propia OMS.