En plena invasión de culebrones turcos, Netflix está distribuyendo una mini-serie de este país que lo que emula son las grandes producciones de HBO. Historias muy psicológicas en las que todos los personajes sufren. El añadido que presenta esta es que refleja la división que existe en Estambul entre las clases laicas y adineradas y los trabajadores, más religiosos. Sin embargo, una escena en la que un hombre se masturba oliendo un hiyab ha desencadenado reacciones pidiendo su prohibición
El creador de Glee, American Crime Story y Feud, entre otras series, se imagina un Hollywood de la segunda mitad de los años 40 en el que la multiculturalidad y la diversidad sexual son representadas con éxito en la meca del cine. Una idílica utopía, que, sin embargo, refuerza otros clichés.
La incursión de Netflix en otra producción española, en el ambiente de la Barcelona de 1960, se aleja de los mimbres típicos de las series de las televisiones lineales convencionales. Un riesgo que da un paso más allá en la ficción de nuestro país en cuanto a las plataformas bajo demanda. La industria va madurando a pasos agigantados.