En sus manos estamos, don Alberto. Guste más o menos, sólo usted tiene la llave para acabar con la pesadilla de este Gobierno aterrador. Pero recuerde a Virgilio: la fortuna sólo favorece a los osados.
Da que pensar la unanimidad con que la prensa conservadora ha recibido el advenimiento del discreto Alberto a la presidencia del PP. Nos cuesta verlo como el hombre providencial que necesita la pobre y malgastada España. El gallego confía en la crisis para llegar a la Moncloa sin mancharse las manos
"Es una decisión meditada, pero precipitada por los acontecimientos", admite a falta de horas para que oficialice su anuncio ante los suyos
"Siempre estuve ahí, donde se me ha pedido... mientras los mismos decían por lo bajo: le queda poco para caer'", manifiesta