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muestra 'Lindes, camino, memoria '

Sonia Navarro conquista la sala Verónicas: “Esta exposición es el resultado de vivir por y para el arte”

7/02/2020 - 

MURCIA. Desde el año 2001 ninguna artista murciana había expuesto en la sala Verónicas de Murcia. Hasta ahora. Sonia Navarro ha sido la encargada de romper este silencio con sus composiciones, sus patrones, sus puntadas y su reflexión sobre el género, sobre el entorno rural y sobre una artesanía en la que reside la identidad. El reto no era fácil, porque la iglesia conventual desacralizada ofrece "un espacio que si te descuidas te domina a ti", señalan las comisarias de la exposición Lindes, camino, memoria, María de Corral y Lorena Martínez de Corral, otras dos mujeres que han acompañado a la artista en esta conquista del espacio monumental, del que Sonia Navarro ha salido airosa. "Esta exposición no se puede preparar en unos meses, ni siquiera en unos años; es el resultado de toda una trayectoria, de vivir por y para el arte", comenta Sonia Navarro.

La obras -con la que la artista viste el espacio y establece un diálogo con la arquitectura de una sala que es 'buque insignia' de los espacio expositivos de Murcia- se inspiran en las labores del hogar de las mujeres del entorno rural y ponen en valor el trabajo artesano porque, como sostiene la artista, "un país sin artesanía es un país sin identidad". Son el fruto de veinte años de trabajar en una misma dirección, que no es otra que "la de mi verdad, de lo que quería de contar, al margen de las modas; he hecho siempre lo que tenía necesidad de hacer", según explica Navarro, quien destaca el trabajo con el esparto de mujeres de Blanca, sin el cual hubiera sido imposible la elaboración de algunas de las piezas. El esparto, además, simboliza el respeto y el cuidado de la tierra. 

'Hilo de luz' en el altar

   

Así, mediante la utilización de esparto, telas, cuerdas, fieltro y luces -suspendidas en las paredes o colgadas de los balcones de la sala-, Sonia Navarro crea composiciones hilvanadas, volúmenes, contrastes de colores y atmósferas envolventes. Así, por ejemplo, destaca el Hilo de luz que dibujas patrones en el espacio del altar, solucionándose de forma brillante -nunca mejor dicho- el reto que presenta esta zona de la sala. Al mismo tiempo, además de la obra de pared, la artista ha vestido los balcones con otras piezas de fieltro cosido, con las que vuelve a demostrar quien es la que manda en el espacio.

Mención aparte merece la obra Palmete (esparto y armazón de hierro) encerrada en la celosía donde antiguamente escuchaban misa las monjas del convento durante el único momento que tenían de contacto con la realidad. Iluminada desde dentro, la figura, que pudiera ser femenina, recuerda que puede que no todas aquellas mujeres quisieran estar detrás de aquella reja. La obra, que data de 2010, "esperaba un lugar como éste y es un regalo que me ha hecho Verónicas", asegura Sonia Navarro.

Las comisarias, María de Corral y Lorena Martínez de Corral, sostienen por su parte que "nosotras sólo hemos acompañado a Sonia en un camino que ella ha tenido muy claro desde un principio, en cuanto que es la memoria de su infancia, de su casa, de su historia". Destacan además la elaboración de un catálogo en el que se ha sabido reflejar la esencia de la exposición, desde cómo está cosido, la hendidura de la portada a modo de patrón y los colores utilizados, negros, ocres y un dorado que se repite en la obra expuesta.

La exposición, que inauguró este viernes la consejera de Educación y Cultura, Esperanza Moreno, y que permanecerá abierta hasta el 19 de abril, muestra la madurez de una artista después de dos décadas de crecimiento y evolución. Así lo indicó el director general del Instituto de las Industrias Culturales y las Artes (ICA), Juan Antonio Lorca, quien destacó que la reflexión sobre el género y las labores domésticas que realiza Sonia Navarro va un paso más allá. “La artista rescata el pasado, cosiéndolo, tejiendo la historia. En este diálogo entretejido entre su obra y la Sala Verónicas, Sonia Navarro ha salido victoriosa. La potente arquitectura es el gran soporte, el camino para que el espectador entre en la instalación y disfrute de los distintos recorridos y discursos que nos ofrece”, añadió.

Un camino de dos décadas y una sola dirección

 

Sonia Navarro (Puerto Lumbreras, 1975) estudió Bellas Artes en la Universidad de Granada y al terminar se trasladó a Madrid para realizar un máster en Fotografía en Efti. A partir de 1999 realiza diversos talleres de artes plásticas y desde el año 2000 participa en Arco y en numerosas ferias nacionales e internacionales como Next Chicago, Volta Basilea, Maco México, Artisima Torino, SP Arte, Sao Paulo o Pulse Miami.

Ha protagonizado exposiciones individuales en galerías nacionales como T20 (Murcia), Mas Art (Barcelona), Ad Hoc (Vigo); en salas institucionales como Espacio AV de Murcia y en galerías internacionales como Ybakatu de Curitiba, Brasil, y Galería Pedro Oliveira de Oporto, además de la muestra individual en la Cité de Paris. Asimismo, ha desarrollado proyectos especiales para Manifesta 08 (Murcia), Open Studio (Madrid) y los más recientes Estirar las costuras para la Fundación Cerezales (León) y Lumen en Genalguacil (Jaén)

Sus obras forman parte de las colecciones de organismos públicos y fundaciones privadas. En la actualidad forma parte del proyecto Nave Oporto. Vive y trabaja entre Madrid y Puerto Lumbreras.

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