MURCIA. Todo fracaso lleva dentro de sí la semilla del éxito. Es lo que defiende la abogada Macarena Perona en su libro 'El éxito de mi fracaso', una historia personal en la que desgrana su experiencia en el mundo empresarial, los obstáculos que encontró y las lecciones que extrajo de todos los altos y bajos por lo que pasó. El próximo lunes 2 de diciembre, a partir de las 19.30 horas, presentará el libro en el aula cultural de Las Claras de la Fundación Cajamurcia acompañada del empresario Tomás Fuertes y la directora de Bankia en la Región, Olga García.
Licenciada en Derecho por la Universidad de Murcia, con un Máster en Urbanismo y un curso en Escuela de Gestores de Inforges, entre otros, Perona sostiene que lo más importante es ponerle pasión a lo que hagas. “Yo lo olvidé y no quiero que me vuelva a pasar”, subraya. Su apuesta huele a éxito: ya le han propuesto escribir un segundo libro.
-¿El fracaso es necesario para el éxito?
-Sí, solamente cuando he fracasado me he dado cuenta de cuales son las claves del éxito. La palabra clave para mí es aprendibilidad. Es imprescindible. Solo aprendemos cuando nos damos un golpe gordo.
-Usted cuenta una vivencia en primera persona que no debió ser fácil.
-Yo me he abierto para escribir este libro, es muy personal. Es un café con el lector. Te cuento en primera persona lo que me pasó. Yo no soy escritora, pero lo que relato es sinceramente. Es la realidad de cada día, cualquiera se puede sentir reflejado. Yo me lanzo al mundo profesional y poco a poco fui viendo señales del declive pero no quería darme cuenta. Y en un viaje para poder reflexionar tomé la decisión de cerrar mi empresa. Estuve 10 años y era como un hijo.
-En su libro habla de un no transformador.
-Para mí ese no transformador fue el que me dieron en la empresa Garrigues después de hacer prácticas con ellos y de un proceso de selección largo. Pensé, si esto que era emocionante para mí es que no, es porque lo que tiene que venir es mucho mejor. Y lo que ha pasado en estos 10 años ha sido mucho mejor. Tuve la oportunidad de conocer a Antonio Garrigues Walker y contárselo, y me dijo “espero que al menos haya sido una oportunidad”. Y eso es lo que veo yo. Hay gente de estrella en la frente y otra de senda estrecha. Mi vida ha estado marcada por noes. Hay gente que lo tiene todo fácil y otras personas no. Yo soy de esas personas. Pero de un no, puedes crear un sí.
-¿Cuáles son los errores que cree que ha cometido?
-Hay un capítulo entero dedicado a eso. El mayor error es cómo gestionar el tiempo. Es complicado, no hay más tiempo y todos tenemos el mismo. Hay que saber que es lo más importante en cada momento para no malgastarlo. Para mí, la gran lección de vida fue cuando nació mi segundo hijo antes de tiempo y con muchos problemas. Tuve que replantearme muchas cosas. Quizás también debí marcharme antes de mi empresa, hablar claro para no dejar que personas tóxicas estropearán un proyecto importante. Hay muchas cosas de las que me día cuenta.
-¿Y los mejores aciertos?
-Mi mayor acierto fue seguir el masterplan que hicimos, definir roles, tareas, y gestionar mi marca personal.
-Ser mujer, ¿ha sido un hándicap?
-¡Es el hándicap! (risas) Hay hombres con perfiles similares que hacen carrera mucho más rápido. Hay clientes que prefieren trabajar con hombres. Lo he notado jodidamente. Lo experimentas cada día. Por suerte, también cada vez encuentro a más hombres que creen en la mujer y nos apoyan. Que quieren talento y les da igual de donde venga. Pero depende únicamente de nosotras, que creamos que podemos hacerlo.
-¿Y cómo se lucha contra los prejuicios?
-Para mí hubo una reunión muy importante con un empresario que me marcó. Cuando lo conocí supe que quería trabajar con él. Fue la primera vez en mi vida que hablé de mí como un gran valor y le dije por qué necesitaba trabajar conmigo. Pensaba que me diría ya veremos, pero al acabar me dijo que sí, un sí sin condiciones. Cuando salí pensé, ¿qué ha pasado? Tenía tatuado en la cara un sí por primera vez en mi vida. Y me di cuenta de que el sí lo creas tú. Debes saber qué eres, cuanto vales y por qué te necesitan. Es fundamental. Desde entonces he conocido a muchos hombres que no miran si eres hombre o mujer y a los que admiro profundamente.
-¿Qué aconsejaría a una persona que comience ahora ese camino?
-Hay un término que he lo define: flowlove, fluir con amor. Busca lo que te nace vibrar de verdad y ponlo en práctica. Nunca pierdas de vista lo que te guía. Todos los que comienzan tienen pasión por lo que hacen pero con el tiempo la vas perdiendo. Si no amamos lo que hacemos, no seremos los mejores, y si no lo somos, el mercado en algún momento te va a echar fuera. Yo lo olvidé y no quiero que me vuelva a pasar.