El 'omnipotente' y 'narcisista' presidente del gobierno de España, Pedro Sánchez I, 'el Liberal, nos ha mentido de principio a fin, en todo y a Todos -votantes, no votantes y pueblo llano en general- Ya nos mintió en la moción de censura a Mariano Rajoy; volvió a hacerlo antes, en, y después de la campaña electoral, y también durante su discurso de investidura. Nos mintió sobre la autoría de su “original” y “manufacturada” tesis y de su “afamado” y no menos “elaborado” Manual de Resistencia…y nos sigue mintiendo afirmando que “donde dijo digo, dice Diego” y viceversa. Es tan grande su altanería y tan intensa su ambición de poder, que por conseguirlo es capaz de mentir y hasta vender su propia alma al mismísimo 'Mefistófeles', como si de un “Fausto” cualquiera se tratase.
Desde su llegada al poder una aura de falsedad generalizada y patológica se ha posado y apropiado de toda su corte ministerial de 'validos', 'cortesanos' y 'besamanos' haciéndoles olvidarse de lo dicho y hecho, un día sí y el otro también y contagiándoles de su compulsivo y psicopatológico impulso a mentir. Un miembro muy destacado de su gabinete y un maestro -no solo en el “arte de Cúchares,” sino también en el oficio de la “falacia” y del “embuste” a semejanza de su jefe y señor- es el nuevo ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana y secretario de Organización del PSOE, José Luís Ábalos Meco.
Este maestro de EGB, valenciano, nieto de guardia civil, hijo del torero 'Carbonerito', lector asiduo de Mundo Obrero y miembro activo de las Juventudes Comunistas allá por los años 80, es el escudero y más fiel vasallo, donde los haya, que tiene Sánchez. Es el que, con gran desparpajo, cinismo y una cierta verborrea que casi aboca en la desvergüenza, ha ocupado en estos días las portadas de todos los periódicos nacionales y los informativos de todas las cadenas televisivas por su heroica, acertada y desinteresada beau geste diplomatique en pro del reino sanchista, en el que todos mienten, por “Real Decreto”, con el único fin de seguir “mamandurriando” de las arcas públicas.
El señor Ábalos ha respondido a la prensa con mofas, evasivas e incluso con negaciones axiomáticas no exentas de esa actitud chulesca y barriobajera que le es propia, y ha dado hasta 'cinco versiones, cinco' distintas y modificadas de su “extraño” encuentro en la T-4 del aeropuerto Adolfo Suárez con su amigo (?) el ministro venezolano de Turismo, Félix Plasencia y con Delcy Rodríguez, la número dos del gobierno narcobolivariano de Nicolás Maduro. ¿Realmente quieren hacernos creer que el gobierno desconocía la llegada de la tal Dolcy a España? ¿Por qué no informó a la prensa de este encriptado viaje fantasma? ¿Acaso intentaba que la investigación sobre la ayuda millonaria al vicepresidente comunista Iglesias no saliese oficialmente a la luz? ¿Cómo puede afirmar impertérrito que la 'madurista' Delcy no violó la prohibición de sobrevolar el espacio aéreo español al permanecer en su avión sin “pisar suelo”? ¿Quiere hacernos creer que con su nocturna visita y “a hurtadillas” de 25 minutos a “esa señora” ha prestado un gran servicio (?) a España evitando un grave conflicto diplomático? ¡Menos lobos, señor Ábalos, menos lobos! ¿De verdad, ha venido Ud. a la política para quedarse y nadie le va a echar? ¿Desde cuándo un nombramiento político es vitalicio y se consigue por oposición?
Pensábamos -y pensábamos mal- que con Zapatero I 'El Derogador' ya habíamos visto y vivido todo lo malo y nefasto del arte de la política, pero… ¡Uds. han traspasado los límites de la realidad y transgredido todos los valores fundamentales de cualquier estado democrático!
Aún recordamos con pena, dolor y rabia aquél 13 de marzo de 2004 -en la víspera de las elecciones generales que se iban a celebrar tras los atentados de Madrid- y como el entonces diputado socialista Alfredo Pérez Rubalcaba comparecía ante los medios para –mientras “violaba con legal impunidad ” el día de reflexión- leer en nombre del secretario general del PSOE, José Luís Rodríguez Zapatero, un manipulado manifiesto sobre la supuesta autoría de los atentados terroristas en cuatro trenes de Cercanías de Atocha. En aquellos días, la España gobernada por la derecha y sometida a la “férrea dictadura pepera” no se merecía un gobierno que les mintiera…Sin embargo, ésta misma España, la gobernada ahora por “la izquierda felona” ¿si se merece un gobierno que les mienta y les guíe golpe de decretazos y falsedades como ocurre en las repúblicas bananeras ? Ojalá alguien de este falsario e híbrido gobierno hubiese recobrado la memoria de golpe, como por arte de birlibirloque, y le hubiera recordado al señor y a los vasallos, la frase que el compañero Rubalcaba dejó para la historia en ese día de tan aciago recuerdo: "Los españoles se merecen un gobierno -y unos ministros, añado yo- que no les mientan".
El gobierno de Sánchez nos miente tan capciosamente o más como lo hacían los fanáticos jerarcas del Tercer Reich cuando mandaron colocar en la entrada de los campos de concentración de Auschwitz, Dachau y Flossenbour …aquel infame, cruel y cínico cartel forjado en hierro y formado por tres palabras en alemán: 'Arbeit macht freí' (El trabajo hace libre). El gobierno nazi del megalómano Adolf Hitler mintió y engaño a Europa y al mundo entero: con sus falsos campos de 'reeducación y reinserción' (campos de concentración y exterminio) para las peores personas de la sociedad alemana, con los juegos olímpicos del 36 y con toda la maquinaria propagandística para mostrarse como un régimen humanitario que solo buscaba la paz y la concordia entre todas las naciones.
Sánchez hace lo mismo: mentir y engañar a propios y extraños, a la UE y al resto del mundo, defendiendo que este gobierno socialcomunista y progresista es el mejor y el único que necesita España. Anhelo vehementemente que este gobierno nunca instaure esos falsos campos de reeducación y reinserción en donde un cartel forjado en hierro y formado por tres palabras --desconozco si en vasco, catalán o gallego-- también nos recuerde que “El trabajo nos hace libres”.
Basta con recordar algunas de sus burdas y vergonzantes mentiras y que pasarán a la historia de España, cuando con cara de “meapilas” y mandíbula encajada dogmatizaba así: “No podemos permitir que la gobernabilidad de España descanse en partidos independentistas”. “No es no, nunca es nunca, falso es falso”, decía sobre su pacto con separatistas y comunistas. Y ahí están formando parte del gobierno monclovita y copando despachos en los ministerios.
El orden de los factores claro que altera el producto, primero ley y luego diálogo. No puede haber diálogo sin respeto a la ley.... Hoy ya dice todo lo contrario, pero será distinto de lo que diga mañana y…vuelta a mentir.
“El PSOE no va a pactar ni antes, ni durante, ni después con el populismo de Podemos. Con Iglesias a ningún lado”: Y ahí están los 'Picapiedra' Pedro y Pablo aplaudiéndose de pie y fundiéndose en un largo y cálido abrazo que en nada tiene que envidiar al famoso de Vergara (en Oñate, agosto de 1839) entre el isabelino Espartero y el carlista Maroto.
“Sería incapaz de pactar con el populismo que nos lleva a la Venezuela de la cartilla de racionamiento” : Y ahí lo tienen negándose a recibir en Madrid a Juan Guaidó como presidente encargado de Venezuela, cuando hace un año, siendo ya presidente del gobierno, y a dos meses de que se celebrasen las elecciones generales, lo reconocía como tal.
"Le exijo a Pablo Iglesias que explique su pacto con Bildu en Navarra”. Claro, esto fue antes de que usted, señor Sánchez, pactase con ellos en secreto, y Pablo Iglesias le sonreía desde su escaño mientras le escuchaba proclamarlo a los cuatro vientos y sus diputados le aplaudían.
“No llame presos políticos a los asesinos de Isaías Carrasco": Eso fue lo que espetó Sánchez a su futuro vicepresidente Pablo Iglesias y al final todo un matrimonio bien avenido y en plena luna de miel-
“Hay que echar a un Gobierno de un partido condenado por corrupción”: Claro está, salvo si ese gobierno es socialista, pues entonces, como el dinero “público no es de nadie”, se lo pueden gastar felizmente en pantagruélicas mariscadas, en selectos prostíbulos y en deliciosas drogas de diseño (en franca referencia al escándalo y corrupción de los ERES en Andalucía).
El presidente Sánchez y su corte ministerial nos han mentido tanto y tantas veces, que Pablo Casado, en el debate de la pasada investidura, se vio obligado a preguntarle ”si conseguía conciliar el sueño, o si mentía cuando decía a los españoles, en el debate electoral, que haría todo lo posible por atajar el independentismo catalán”. Para finalizar le recordó la famosa frase del “camarada” Rubalcaba sobre que “los españoles se merecen un Gobierno que no les mienta” --ya sea de izquierdas, de derechas o de centro-- a la vez que le exigía: ¡“Aplíquese el cuento, señor Sánchez, que predicar no es dar trigo”!
Pedro Manuel Hernández es licenciado en Medicina y en Periodismo y ex senador autonómico del PP por Murcia