MURCIA. El aislamiento que implica el estar confinado está siendo muy duro para millones de personas en el mundo. Aquellos jóvenes que pasan la mayor parte de su vida cotidiana en la calle, han visto su libertad truncada debido a esta pandemia. Sus vidas normales tardarán tiempo en volver, y tanto la vida universitaria como la social tendrán que esperar unos meses.
Esta nueva situación tal vez les brinde una nueva oportunidad para plantearse qué desean en la vida, además de poder adaptarse a un nuevo clima basado en la ‘soledad social’ y en el encuentro con alguien que con quien probablemente llevaban tiempo sin hablar: su ‘yo’ interior.
- ¿Procuras llevar una rutina durante el confinamiento?
Juan Carlos: Al principio intentaba llevarla, pero con el paso de los días, he ido perdiendo el ánimo y la he dejado apartada.
Judith: A medias, la rutina que llevo es que siempre me visto, no me quedo en pijama. Todos los días dedico tiempo para limpiarme la cara, ducha y demás, todos los días hablo con amigos o familiares por videollamada para entretenerme más e intento hacer estiramientos. Lo que me faltaría para completar mi rutina es ponerme con las tareas de la universidad.
Belén: Sí, por la mañana desayuno y me conecto para dar clase virtual y por la tarde hago deporte una media hora y me pongo a estudiar hasta la hora de cenar.
Emilio: Sí porque estoy trabajando. Teletrabajo por la tarde y por las mañanas suelo intentar levantarme a la misma hora, desayuno y veo alguna serie o entreno, depende del día.
- ¿Es similar a la que llevabas antes de la pandemia?
Juan Carlos: Al tener que seguir trabajando, más o menos iba a ser similar, pero pensaba ser más productivo en mis horas libres.
Belén: No, antes de la pandemia no hacía deporte y las clases eran a distintas horas. Más o menos empleaba el mismo tiempo en estudiar.
Emilio: Sí, más o menos. El horario de mi trabajo es el mismo y trabajo las mismas horas, por lo que podría decir que sí. Entreno un poco menos que antes y no madrugo tanto pero prácticamente es similar.
- ¿Crees que ahora estás aprovechando para hacer cosas que antes no podías por falta de tiempo?
Mabelyn: Sí, ya que intento hacer deporte durante tres días a la semana viendo vídeos y clases online.
Judith: Sí, estoy aprovechando para hacer cosas que me gustan y dedicarme tiempo a mi misma, pero a mis obligaciones no les estoy dedicando tanto tiempo.
Belén: Sí, por ejemplo estoy haciendo deporte, y el fin de semana aprovecho para no hacer nada de la universidad porque ahora tengo más tiempo para los estudios entre semana.
- ¿Qué opinas de los planes de contingencia elaborados por las universidades?
Mabelyn: Creo que, con el tiempo que llevamos confinados podrían haber aclarado la situación antes, ya que es ahora cuando están poniendo en marcha exámenes parciales para conservar la evaluación continua, justo antes de los finales. Tampoco han aclarado todavía cómo van a ser dichos exámenes.
José Antonio: Pienso que los estudiantes estamos olvidados y que la docencia virtual es mucho peor que la presencial, tanto por los alumnos que se concentran menos y se distraen más como por aquellos profesores que no imparten sus clases y solo ponen ejercicios y tareas.
Belén: No me parece bien que ahora la carga de trabajo sea mayor y que los métodos de evaluación sean más diferentes y a mi parecer más difíciles. Prefiero que las clases sean presenciales, puesto que se quitaría la carga de tener que entender y razonar tú solo en casa el temario además de que las dudas se resuelven de forma más clara si son presenciales.
- ¿Cómo es ir a trabajar o teletrabajar en estos días?
Emilio: Teletrabajar es bastante cómodo en mi casa, pero a veces el sistema que usamos se queda bloqueado porque somos muchos trabajando desde la nube y consultando las bases de datos de los clientes. Eso a veces te pone un poco nervioso porque puedes no escuchar las llamadas y trabajando en atención al cliente es algo esencial. Pero estoy más tranquilo desde casa porque no tengo la presión de los jefes.
- ¿Aplazas tareas? ¿Estás procrastinando más de lo normal (no dedicar tu tiempo a las obligaciones que tienes y sí a otras labores)?
Juan Carlos: Sí.
Judith: Sí totalmente, no me siento motivada por nada relacionado a universidad, es como que para qué voy hacer algo si luego no voy a tener recompensa.
José Antonio: Un poco más sí, pero tampoco demasiado.
Emilio: Un poco sí, la verdad, porque cuando paras un poco de llevar la vida ajetreada que estamos llevando pues te relajas mas, quieres descansar. Al final sí, porque las cosas serias que tengo que hacer, como el TFG (Trabajo Final de Grado) no las hago, y paso el tiempo viendo Netflix.
- ¿Cómo está siendo tu alimentación?
Mabelyn: Estoy llevando una buena alimentación de lunes a viernes.
Juan Carlos: Mi alimentación empezó a ser muy mala, pero es cierto que con el paso de los días ha ido cambiando a mejor.
Judith: Intento cuidarme, pero es inevitable comer más y sobre todo cosas calóricas o menos saludables.
Belén: Al principio del confinamiento empeoró en comparación con antes del encierro pero ahora ya he recuperado la rutina de comida “sana”.
Emilio: Igual que siempre, como sano. Estoy comiendo menos incluso, porque tengo menos gasto energético.
- ¿Sientes que esta situación ha alterado tu ciclo del sueño?
Mabelyn: Sí, me cuesta mucho más dormir. Intento fijarme una hora para irme a dormir pero no lo consigo.
Juan Carlos: Claramente sí, lo tengo totalmente cambiado. Al estar menos agotado (incluso yendo a trabajar) por las noches me es más difícil concentrarme para dormir.
Judith: Sí totalmente. Tengo insomnio, no descanso bien y por el día me siento más cansada, con menos energía.
José Antonio: No, duermo con la misma regularidad.
- ¿Cómo estás anímicamente?
Mabelyn: Al principio un poco agobiada por la situación, pero he intentado buscar alternativas para entretenerme y llevarlo de la mejor manera posible.
Juan Carlos: Empecé bien, la verdad, con el trabajo te entretienes, pero la verdad que con el paso de los días todo empieza a decaer. Ahora mismo ya se empieza a notar la distancia con los familiares y amigos y tiendo a pensar más cosas negativas.
Judith: Me siento apática la mayoría de los días, otros alegre y otros tristes.
José Antonio: Preocupado y triste, sobretodo por la preocupación de los estudios y los exámenes, además del nuevo trabajo que he conseguido.
Belén: Depende del día, durante la semana semana con el tiempo que hay que emplear a las clases y tareas de la universidad estoy más entretenida, pero sobre todo los fines de semana siento que mi estado de ánimo está mucho más bajo.
Emilio: Muy bien, porque me siento sano.
- ¿Crees que recibir ayuda psicológica estaría bien cuando todo esto acabe?
Mabelyn: Sí, para todas aquellas personas que hayan perdido a sus familiares a causa de la enfermedad o aquellas que no han podido despedirse de sus familiares como deseaban.
Judith: Ya estoy recibiendo personalmente y es un chute de energía y reflexión. Todos deberíamos estar recibiendo porque mentalmente nos está afectando y no vamos a saber gestionar la situación después, cuando pase todo esto. Lo malo es que ni los psicólogos en este caso saben cómo afrontar un confinamiento, porque nunca se ha dado el caso y las secuelas a nivel mental se desconocen a día de hoy.
José Antonio: No creo que yo la necesite, pero para otras personas considero que es una opción muy recomendable.
- ¿Qué es lo que más te ha afectado del hecho de estar confinado
Mabelyn: No poder ver a mi familia, ya que viven lejos y solo pueden ver en vacaciones. Iba ser una Semana Santa muy bonita ya que iban a conocer al nuevo miembro de la familia.
Juan Carlos: Poder salir a tomar un café, visitar a mis abuelos.
Judith: No salir y relacionarme. Necesito el contacto social, salir con mis amigos a tomar algo y evadirme de la rutina.
José Antonio: Quedar con mis amigos, salir a cenar, darme una vuelta con el coche porque sí.
Belén: Me ha afectado mentalmente el hecho de echar de menos las relaciones sociales con amigos y familia, además de la incertidumbre de los exámenes finales y evaluaciones de la universidad, ya que esto me ha provocado bastante agobio y preocupación.
Emilio: A mis amigos.
- ¿Qué sacas en positivo de esta situación?
Mabelyn: Lo poco que valoraba antes un simple paseo por la playa o un café con amigos, porque eran momentos que siempre estaban. Ahora incluso podrían llegar a parecer significantes es increíble lo feliz que me haría en este momento poder vivirlo.
Juan Carlos: Los niveles de contaminación parece que van mejor, y que a pesar de la gran pérdida humana que está presentándose, algo bueno vendrá cuando pase todo esto.
Judith: Qué me estoy conociendo más a mí misma. A rasgos generales, diría que estoy viajando hacia mí "yo" más profundo.
José Antonio: La reducción de la contaminación y la unión de la población en contra del virus.
Belén: Que estamos teniendo mucho tiempo para pensar en nosotros mismos, en lo que queremos y en lo que no para nosotros; hemos aprendido a echar de menos a las personas que de forma natural no le hacemos tanto caso como quizá merecen, y sobre todo me ha servido para relajarme, no tener prisa y no hacerlo todo corriendo por falta de tiempo.
Emilio: Pues ya me he acostumbrado a estar así, y no me parece tan descabellada la idea como antes. Creo que lo bueno es el estado de la naturaleza y el planeta. Se ha beneficiado muchísimo el medio ambiente en sólo dos meses.
Otra vez más, la lección que tantas veces se está repitiendo estos días queda más que demostrada: aquellas pequeñas costumbres y momentos cotidianos, son los que más se valoran en el día a día. No importa la edad que se tenga. Cuando todo vuelva a la normalidad y el mundo recupere su curso habitual, hay una esperanza común de que se recupere el valor de tomar un café con un amigo, una conversación profunda, o el calor de un abrazo como nunca antes se había apreciado.