MADRID (EP). Los altos niveles de sedentarismo e inactividad física desde la infancia sobrecargan el corazón en la adolescencia, según un reciente estudio finlandés. Una elevada carga de trabajo cardíaco predice la insuficiencia cardíaca y otras cardiopatías.
A la vista de los resultados, aumentar la actividad física moderada y vigorosa desde la infancia es especialmente importante para prevenir las cardiopatías.
Se trata de un estudio realizado en colaboración por la Facultad de Ciencias del Deporte de la Universidad de Jyväskylä y el Instituto de Biomedicina de la Universidad de Finlandia Oriental, y en él se realizó un seguimiento del comportamiento sedentario y la actividad física desde la infancia hasta la adolescencia durante ocho años.
El estudio demostró que los adolescentes que acumulaban altos niveles de comportamiento sedentario y bajos niveles de actividad física de moderada a vigorosa desde la infancia presentaban una mayor carga de trabajo cardiaco en la adolescencia. La carga de trabajo cardiaco era especialmente elevada en los adolescentes que acumulaban bajos niveles de actividad física vigorosa.
Además, los altos niveles de sedentarismo y los bajos niveles de actividad física se asociaron con un mayor porcentaje de grasa corporal total. El porcentaje de grasa corporal explicaba en parte las asociaciones entre el comportamiento sedentario, la actividad física y la carga de trabajo cardiaca. La actividad física ligera no se asoció con la carga de trabajo cardiaco.
Los resultados subrayan la importancia de aumentar la actividad física, especialmente la moderada y la vigorosa, reducir el comportamiento sedentario y prevenir el sobrepeso desde la infancia para prevenir las enfermedades cardiacas.
"Los jóvenes pasan entre nueve y diez horas al día siendo sedentarios", afirma el doctor Eero Haapala, de la Facultad de Ciencias del Deporte y la Salud de la Universidad de Jyväskylä, "y solo uno de cada diez adolescentes acumula 60 minutos diarios de actividad física entre moderada y vigorosa". Para el investigador, son "cifras preocupantes".
"Altos niveles de actividad física diaria de moderada a vigorosa deberían ser una parte normal de la infancia y la adolescencia, ya que mejora la salud cardiaca, pero también el bienestar general", subraya Haapala.
La investigación se basa en el estudio en curso Actividad Física y Nutrición en la Infancia (PANIC), realizado en el Instituto de Biomedicina de la Universidad de Finlandia Oriental. Se realizó un seguimiento del comportamiento sedentario y los niveles de actividad física durante ocho años, desde la infancia hasta la adolescencia, en 153 adolescentes. En la adolescencia se midieron la función y la tensión cardiacas. El estudio se publicó en la revista Journal of the American Heart Association.