MADRID (EFE). ¿Qué material hay en la Tierra que sea capaz de emplearse en alta cocina, arte contemporáneo, en tratamientos contra el cáncer o en reconstruir o regenerar piel, córneas, tendones, ligamentos, tejido óseo o nervioso? La respuesta la tienen en un instituto científico murciano.
Lo que hace un siglo era una estación dedicada a la cría del gusano de seda surgida tras la prebina, una enfermedad epidémica que casi esquilma esta especie en Europa, es hoy un centro de referencia en "ingeniería de tejidos" obtenidos de ese insecto.
Los investigadores Antonio Abel Lozano, Ana Pagán y Salvador Aznar explican, en una entrevista a EFE, cómo su trabajo en el Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Medioambiental (IMIDA) pasa por obtener un material conocido como fibroína que se extrae del capullo de seda, lograda tras años de investigación y del que han desarrollado últimamente varias formas a la hora de su aplicación práctica, que van desde una película transparente, a mallas, pasando por estructuras tubulares y esponja.
El paso de Salvador Aznar en el Instituto de Nanotecnología del Ejército Americano durante una estancia en el Massachusetts Institute of Technology (MIT) "con infinitud de equipos de última generación" le llevó a experimentar con otra forma más de esa fibroína, la de nanopartículas para lo que se conoce como nanomedicina.
El doctor Antonio Abel Lozano ha logrado producir nanopartículas biodegradables que transportan y liberan moléculas terapéuticas, y ha demostrado que las partículas de seda tienen efecto antiinflamatorio y cicatrizante. Una de los proyectos está dirigido a mejorar los tratamientos de quimioterapia para tratar el cáncer de mama, en colaboración con la Universidad Nacional de Irlanda.
Este material de origen biológico, la fibroína, está destacando en la investigación médica porque en contacto directo con tejidos humanos no es tóxico ni genera rechazo, como es el caso de la sutura de una herida con seda.
A diferencia de otros materiales empleados en este campo, este material extraído del capullo del gusano de seda tiene grandes propiedades mecánicas.
Los doctores Aznar y Pagán han conseguido avances en el campo de la medicina regenerativa y, en concreto, llegaron a experimentar su potencial aplicación con unas estructuras de fibroína y grafeno que podrían ser empleadas en lesiones de tejido nervioso.
Asimismo, con fibroína y grafeno estos investigadores murcianos trabajan con el doctor Francisco Rodríguez Lozano para regenerar tejido dental en el Instituto Murciano de Investigación Biosanitaria (IMIB), explica Pagán.
Han logrado incluso regenerar el radio de un conejo y la mandíbula de una oveja en estudios experimentales de fibroína en forma de esponja muy porosa.
En los últimos años han colaborado con el Instituto Oftalmológico Fernández-Vega de Oviedo ensayando con fibroína en formato de film transparente que permitió la regeneración de córneas dañadas en conejos, y con la universidad Politécnica de Madrid colaboran sembrando células de epitelio pigmentario para intentar hacer un sustituto de la retina, comenta Salvador Aznar.
Además, trabajan con el doctor del IMIB José Nicolás Villaescusa en un proyecto de regeneración de grandes úlceras empleando un material muy parecido estructuralmente al colágeno humano, "generando unas mallas de nanofibras mediante una técnica denominada electrohilatura" explica.
Otro proyecto de colaboración con las universidades UCAM y UPM obtuvo resultados prometedores tras crear un armazón tridimensional trenzado que se siembra con células madre de médula ósea en un intento de reparar tendones y ligamentos.
Con el Instituto de Microelectrónica de Barcelona han diseñado biosensores de lactato o glucosa, cuya vida útil es prolongada por la fibroína, hasta un año a temperatura ambiente, mucho mas tiempo de lo que duran actualmente los sensores comerciales que emplean las personas con diabetes.
En colaboración con el Centro de Cirugía de Mínima Invasión Jesús Usón (CCMIJU) y el Instituto Ramón y Cajal de Investigación Sanitaria (IRYCIS) lograron un avance en el tratamiento de cáncer de tracto urinario superior.
Se trata de un trenzado en forma de 'stent' provisto de una cobertura de fibroína de seda que contiene quimioterapia que favorece la actuación localizada del fármaco, de otro modo sería de difícil aplicación puesto que sería lavado rápidamente hacia la vejiga por el continuo flujo de orina, pero al llevar esa cobertura de 'fibroína' se sortea ese problema. Por primera vez se ha implantado exitosamente en modelo animal porcino.
Además trabajan en colaboración con la farmacéutica Inves Biofarm en la producción de proteínas humanas en gusanos para reparar úlceras de piel.
En el campo de la gastronomía destaca la colaboración con el chef 2 estrellas Michelín Pablo González, con quien presentaron en Madrid Fusión los primeros crujientes elaborados con film de fibroína de seda con distintos sabores, así como estructuras fibrilares que contenían callos a la madrileña.
En el arte también la fibroína está comenzando a aplicarse como es el caso de la artista alicantina Maloles Antignac para una serie artística que estaba diseñando y el murciano Eduardo Balanza, que se interesó también por la tradición sedera y sus implicaciones en la arquitectura industrial.
El investigador responsable del Equipo de Biotecnología del IMIDA Salvador Aznar confiesa a EFE que no paran de establecer lazos y colaboraciones “maravillosas” con un abanico “brutal” de gran potencial.
Por desgracia, hay vías de investigación que se quedan en 'stand-by' por falta de financiación, pero de lo que se trata es de compartir conocimiento con su trabajo plasmado en decenas de artículos constantemente citados por otros colegas de varios campos científicos.