CARTAGENA. La empresa cartagenera Química del Estroncio, perteneciente al grupo Fertiberia, ha desarrollado unas sales sintéticas que son capaces de almacenar energía térmica renovable que multiplica y garantiza por tres un aumento de la capacidad con respecto a los materiales estándar.
Para ponernos en situación, hay que explicar que actualmente para almacenar energía térmica desde un generador (solar, procesos químicos, etc…) si se quiere utilizar posteriormente, hay que almacenarla. Si no se hace, ésta se pierde: es lo que se llama disponibilidad de energía. Por lo tanto, para que haya más disponibilidad, lo que se debe hacer es almacenarla. Lo más extendido es hacerlo en agua, calentándola en un depósito o caldera. Esta energía, en forma de agua caliente, se mantiene en una caldera, pero la temperatura máxima a la que puede llegar es de 100 grados en condiciones normales, porque a partir de ahí empieza a hervir.
Esta energía puede servir en una aplicación pequeña (vivienda, piscina), pero en usos industriales, que requieren mucho más consumo energético, se intenta almacenar en sistemas que sean capaces de guardarla a más temperatura. Se emplean, para conseguirlo, sales fundidas. Existen muy pocas formulaciones debido a que no pueden ser tóxicas, ni contaminantes ni causar problemas de descomposición. Dichas sales son nitratos (lo más fácil de utilizar).
Actualmente el nitrato más extendido es la mezcla de sódico y potásico. Pero el inconveniente es que la temperatura de fusión es muy alta. En una instalación industrial, en la que no importa almacenar a temperaturas muy altas, el problema de fusión es menor, pero en otras aplicaciones en las que se quiere almacenar energía desde temperaturas bajas (desde 100 grados) es un hándicap difícil de solventar.
Química del Estroncio y Fertiberia han desarrollado sales sintéticas (que superan a las que se extraen del Mar Muerto o Chile) que abarcan ese rango de temperaturas (110 grados hasta los 600 grados) para almacenar la energía térmica producida en placas de concentración solar, que están desarrolladas y se pueden producir en las instalaciones de Cartagena.
Las sales estándar van de 280 grados a 400 grados. Solo hay un margen de 100 grados de posibilidad para almacenar energía, mientras que sales sintéticas de Química del Estroncio tienen un rango de casi 400 grados, por lo que se multiplica por más de tres la disponibilidad de la energía (reduciendo significativamente el coste del kW de la energía), con una inversión más pequeña y reducida en volumen.
En estos momentos las sales sintéticas de la empresa cartagenera se están probando en dos sitios, un centro de investigación en Roma y en un distrito de una ciudad, Alcalá de Henares. Allí se abastecerá de agua caliente, calefacción y aire acondicionado con energías renovables. Pero esta energía hay que almacenarla para que, cuando no haya disponibilidad de la misma (sea de noche o nublado), pueda seguir suministrándose energía renovable a ese distrito.
"Hemos aportado nuestras sales para este proyecto, que se almacenarán en un tanque único", dice Francisca Galindo directora técnica de Química del Estroncio. "La temperatura está estratificada, arriba más calor y abajo más frío, y las sales van de la parte caliente a la parte fría o viceversa (dependiendo de si están cargando o descargando). Es un tanque único, lo que supone un ahorro importante en inversión, además de poseer un rango de temperatura tan amplio".
También han puesto en marcha el estudio de una planta de autobastecimiento solar para la factoría de Cartagena. Estas sales se pueden aplicar a distritos urbanos, como el antes mencionado, en hospitales, hoteles, donde hay más superficie para captar la energía solar.
Actualmente, Química del Estroncio tiene dos formulaciones de sales. Una, muy competitiva, es parecida a las existentes en el mercado. Tiene una temperatura más baja de fusión, pero el coste sería similar a las que se están utilizando habitualmente ahora, mientras que la que han propuesto en este nuevo proyecto tiene un coste superior, “pero se paga con creces, porque tiene una temperatura muchísimo más baja, y el rango de trabajo es mayor”, añade Francisca Galindo.
La tecnología de almacenamiento térmico en sales solares desarrollada por el Grupo Fertiberia ha sido seleccionada por el Radar de la Innovación de la Unión Europea como ‘Tecnología Radar Europea’, un reconocimiento a la excelencia y la innovación, que refuerza la estrategia de la compañía en materia de sostenibilidad y le permite seguir contribuyendo decisivamente con la transición energética. Su desarrollo forma parte del proyecto “IN-POWER” del programa Horizonte 2020, impulsado por la Comisión Europea para reducir el coste energético industrial.
El Radar de la Innovación pretende detectar qué innovaciones tienen un mayor potencial para influir positivamente en los ciudadanos y la sociedad convirtiéndose en la principal fuente de información práctica sobre los avances y desarrollos que surgen de los proyectos de investigación e innovación financiados por la Comisión Europea.