MURCIA. "Día 1. 10:33 h. Comienza el ritual. La tradición". Esta es la leyenda escrita a mano que acompaña la primera de las 40 imágenes que conforman la exposición de José Fernando Vázquez Casillas Procesados culturales, un recorrido argumentado, plástico y conceptual a lo largo de las 48 horas que suele durar una tradición ancestral y sangrienta en las Islas Feroe (Dinamarca): la matanza de ballenas piloto. La muestra fotográfica se puede contemplar hasta el 21 de junio en la Facultad de Veterinaria de Murcia. Si se quiere. Porque el formato elegido por el autor es de 8 x 8 centímetros, como el de las fotografías de las antiguas cámaras Polaroid, con la intención de que el espectador tenga que aproximarse a la imagen para ver y, al mismo tiempo, para sumergirse en la narración que le rodea.
Dice Vázquez Casillas que de esta forma se hace voluntaria la aproximación a unas escenas que resultan duras de ver y que son el resultado de una acción violenta que es legitimada socialmente, amparada por los parámetros de la alimentación, el ritual, la memoria y la tradición. Son acciones que han sido procesadas culturalmente y de ahí el título de la muestra, enmarcada en el programa ODSesiones de la Universidad de Murcia.
Procesados culturales forma parte de los estudios teórico-plásticos que realiza el fotógrafo y curador de arte sobre el tema de la muerte, en los que ahonda en la fusión entre creación y sociedad. En esta ocasión, el artista no fue testigo directo del hecho, ya que, como indica, nunca se sabe cuándo va a suceder; acontece de forma azarosa. Un barco avista una manada de ballenas y alerta al resto de embarcaciones, que acorralan a los mamíferos y los direccionan hacia la costa (antiguamente se golpeaba el agua para asustarlos, pero actualmente basta con los motores). Cuando lleguen, los estarán esperando numerosos vecinos que se han congregado en un acto desorganizado y sin previa preparación -algunos van en vaqueros, hay niños en bicicleta o con las mochilas del colegio y se pueden ver hasta carritos de bebé-, ya que además de la tradición están en juego los ingresos que proporciona la carne de las ballenas.
Es por ello, que Vázquez Casillas ha llevado a cabo una labor "apropiacionista" y de investigación, capturando imágenes de distintos documentales e interviniéndolas. Algunas ni siquiera pertenecen al mismo año, aunque sí al mismo ritual sangriento que hace que el mar se tiña de rojo y que se remonta a hace varios siglos, cuando la comunidad dependía de la carne que obtenían de esta caza. Desde entonces, se han establecido algunas medidas "humanitarias", como que ya no se arrastran los animales con arpones, sino con unos garfios que no tienen punta, pero sí una bola que se introduce en el orificio por el que respira la ballena y le impide sumergirse (lo que le convertiría en un animal potencialmente peligroso para la vida de los cazadores).
Ruido y desconcierto; Soledad e incertidumbre; Confusión; El depredador; No hay tregua; El vencido. El destino; El majestuoso rendido; El toque final del ignorante; El verdugo. Las normas; La muerte del inocente; Los honestos difuntos; El reto. Del azul al rojo; El interior de la vida; La despersonalización... son algunas de las leyendas que acompañan a las imágenes, que van fechada con el momento exacto para ofrecer una narración cronológica. "El tiempo ha sido muy importante en este trabajo", señala el artista, quien ha escuchado los argumentos de quienes se muestran contrarios a esta práctica -argumentando que se trata de un acto salvaje y que ya no es necesario para la subsistencia- y de quienes la defienden -señalando que no hay más sangre que en cualquier matadero-. Estos últimos aluden al ritual como algo íntimo, lo que también da sentido al formato Polaroid de las fotografías, de álbum de familia, que le ha dado el investigador.
Fernando Vázquez Casillas es doctor en Historia del Arte por la Universidad de Murcia, fotógrafo, crítico, comisario de exposiciones y profesor titular del departamento de Historia del Arte de la UMU. Entre el 2002 y 2007 ha sido miembro del equipo de producción del festival fotográfico fotoencuentros. Del 2007 al 2010 dirigió el Centro Histórico Fotográfico de la Región de Murcia, CEHIFORM. Desde el 2008 dirige el Laboratorio de investigación Fotográfica del Departamento de Historia del Arte; y desde el 2018, la revista científica Imafronte.