MADRID. Uno de los mejores inversores de todos los tiempos, Warren Buffett, publicó su cartera la semana del 13 de noviembre. Como es lógico, los inversores de todo el mundo estuvieron atentos a lo que desvelaba su rebalanceo trimestral. Y su cartera nos trajo sorpresas, ya que liquidó hasta siete posiciones completas, entre las que se encuentran General Motors o Mondelez. También ajustó el peso de otras seis como
Hewlett-Packard (HP) o Amazon.
De estos movimientos podemos destacar que la mayoría de las ventas han sido de compañías muy ligadas al ciclo económico. ¿Qué interpretación podemos darle a esto? ¿Cambio de tendencia en la economía americana? ¿Espera Warren Buffett una recesión en Estados Unidos? En principio, los últimos datos de la economía americana no apuntan a una recesión, más bien ofrecen una imagen de fortaleza. Muy especialmente si tenemos en cuenta que en el tercer trimestre de este año el PIB real subió un 4,9% anualizado y que la mitad del crecimiento estuvo impulsado por el consumo.
Sin embargo, pese a que el mercado laboral sigue siendo fuerte, parece que los altos tipos de interés están empezando a hacer mella. En octubre, la tasa de desempleo aumentó una décima hasta el 3,9% y las nóminas no agrícolas -uno de los principales indicadores para medir el mercado laboral- fueron de 150.000 frente a las 180.000 que se esperaban y las 336.000 reportadas en el mes anterior. Además, el crecimiento de los salarios fue del 0,2% con respecto a septiembre, mientras que se esperaba un aumento del 0,3%. No son cifras catastróficas, pero es una pequeña grieta en la economía americana.
Otro de los indicadores a los que hay que estar atentos para saber si deberíamos esperar una recesión es la curva de tipos. Cuando esta se invierte, la probabilidad de recesión en los próximos doce meses se dispara. Una de las principales razones por las que puede ocurrir esto es que la demanda de financiación a corto plazo es mucho mayor que la de largo plazo. Ello debido a necesidades de liquidez, ya sea por una mala situación económica o porque las empresas necesitan un extra de liquidez para terminar proyectos no acabados y que no les serán tan rentables como preveían.
Recientemente, la diferencia entre el bono a 10 años y la letra a 3 meses se invirtió de manera considerable. Este movimiento estuvo en parte provocado por los problemas del techo de deuda, pero pese a que esto se ha resuelto -al menos temporalmente- la curva sigue invertida. Además, la probabilidad de recesión para los próximos 12 meses se ubica en el 46%, y ha llegado a tener picos del 70%.
Por otro lado, si le preguntamos a los consumidores las expectativas de recesión sí que aumentan. En concreto, están próximas al 70% y han subido desde agosto. Pese a que este indicador no siempre acierta, un incremento de las expectativas de recesión por parte de los consumidores puede hacer que estos decidan postergar la compra de determinados bienes, lo que sería el comienzo de la tan temida corrección.
¿Ha cambiado Buffett su procedimiento?
Pese a que Buffett se caracteriza por ser un inversor fundamental, que estudia las cuentas y sobre todo las ventajas competitivas de una empresa, en esta ocasión parece que sí que se está fijando la macroeconomía. Si observamos las empresas que ha vendido, no siguen un patrón claro. En el caso de Mondelez, las acciones han tenido un buen desempeño en bolsa y sus crecimientos son de doble dígito. Por otro lado tenemos a HP, cuyos resultados han sido malos pero no se puede aseverar que se haya deteriorado su posición competitiva. Lo que sí tienen en común es su fuerte componente cíclico.
Veremos qué nos depara el 2024, dado que cabe esperar un aterrizaje suave de la economía o como mucho una ligera recesión, pero como vemos en su cartera, el oráculo de Omaha -apelativo con afecto que le dan a Buffett- podría estar viendo algo más.
Javier Cabrera es analista de XTB