El Almería llegó a Primera División en 2007 y en 2013. Foto: UDAMURCIA. La entrada en escena de Alfonso García Gabarrón en el Real Murcia como mandamás trae motivos para la ilusión en el murcianismo, castigado por una situación económica caótica y un status deportivo deficiente desde hace años, ya demasiados años. Si la pregunta es ¿qué consiguió Alfonso García en Almería?, la respuesta alimenta las ansias de la parroquia grana: Dos ascensos a Primera, unas semifinales de la Copa del Rey, seis temporadas en la máxima categoría y otras 10 en Segunda en 16 años de gestión.
La aparición del empresario aguileño, máximo responsable de la empresa hortofrutícola Grupo Urcisol, apuntando a la propiedad del centenario club grana lleva directamente a analizar lo que con él hizo y consiguió la Unión Deportiva Almería, entidad de la que fue dueño y presidente hasta el mes de agosto del pasado año, cuando lo vendió al jeque árabe Turki Al-Sheikh por 20 millones de euros.
García Gabarrón, de 62 años -nació el 22 de marzo de 1958 en Águilas-, presidió la UD Almería durante 16 años -desde 2003 y hasta hace 10 meses-.
En ese club entró al adquirir la mayoría de las acciones que tenía Guillermo Blanes y con él al frente los rojiblancos han vivido su mejor época, con dos ascensos a Primera División -esos logros llegaron en los cursos 2006/2007 como segundo clasificado de Segunda y Unai Emery en el banquillo y 2012/2013 como tercer clasificado dirigido por Xavi Gracia-.
En las 16 campañas del aguileño en la presidencia de la Unión Deportiva el equipo estuvo entre Primera y Segunda División, con seis temporadas en la élite y diez en el segundo escalón nacional, por lo que el club estuvo siempre durante ese largo periodo en la Liga de Fútbol Profesional (LFP), de la que el Murcia lleva fuera desde 2014.
De la mano de García Gabarrón el cuadro almeriense llegó a lograr una muy meritoria octava posición en el ejercicio 2007/2008, lo que le reportó su clasificación para la Copa Intertoto de la UEFA, aunque no llegó a disputar esta competición europea al decidir no inscribirse en ella.
Además, en el haber del murciano como presidente del Almería hay que incluir unas semifinales de la Copa del Rey en la temporada 2010/2011, ronda en la que el conjunto entrenado por José Luis Oltra fue superando eliminatorias hasta caer frente al Fútbol Club Barcelona.
Eso es codearse con la élite del fútbol español, que es justamente a lo que aspira un Murcia que, por historia, ciudad y afición no debería estar tan lejos de esa pretensión. Seguro que con esa finalidad desembarcaría en la capital del Segura sin tener que moverse de la Región Alfonso García Gabarrón, un hombre de negocios muy bien relacionado. No en vano, fue directivo de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y es un apasionado de este deporte al que podría volver activamente menos de un año después de su adiós en el Almería.
