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análisis / OPINIÓN

¿Puede un gerente de felicidad desarrollar su trabajo en una pyme?

22/07/2024 - 

MURCIA. En la última década, el concepto de Chief Happiness Officer o gerente de felicidad ha ganado relevancia en el mundo empresarial. Su trabajo se enfoca principalmente en fomentar el bienestar, la satisfacción y la felicidad de los empleados, para ello busca crear un entorno de trabajo positivo que aumente la productividad y la retención del talento. Esta figura también se preocupa por detectar cuáles son las necesidades o expectativas de los empleados en el entorno laboral y de satisfacerlas, siempre que sea posible. Centrado en el bienestar físico, mental y emocional de los trabajadores, aporta su expertis para crear o transformar la cultura de la empresa, cuidando que la empresa no deshumanice los procesos. Ya que el gerente de felicidad no solo es responsable de dar el trato que merecen los seres humanos, sino de velar por el correcto funcionamiento de la empresa en su plantilla, con la ayuda de políticas de bienestar en las distintas áreas. Por lo tanto, podemos afirmar que el valor añadido que esta figura ofrece a las grandes empresas está más que justificado, dada las grandes plantillas que suelen tener este tipo de compañías, pero hasta qué punto puede ser interesante para una pyme contratar a un gerente de felicidad.

Por lo general, las pymes tienen una estructura organizativa más pequeña y flexible que las grandes corporaciones. Esta flexibilidad les facilita adaptarse con rapidez a las necesidades de sus clientes y cambios del mercado. Sin embargo, las pymes tienen recursos más limitados que las grandes empresas, lo que podría hacer que les resultara más difícil implementar nuevos roles o perfiles profesionales. En este sentido, es esencial preguntarse si los beneficios de un gerente de felicidad son suficientes para compensar los desafíos y costes que implica. Entre los beneficios cabe destacar en primer lugar, que un gerente de felicidad puede hacer mucho por mejorar el ambiente laboral. Un ambiente de trabajo positivo no solo hace que los empleados sean más felices y estén más satisfechos con su vida, sino que también incrementa su productividad. Por otro lado, los empleados que son felices están más comprometidos y motivados, lo que reduce la rotación de personal y los costes engorrosos de contratar y formar a nuevos empleados. Además, una empresa saludable y que promueva este tipo de ambiente laboral, reduce el absentismo. En los últimos datos de la Asociación Española de Especialistas en Medicina del Trabajo se refleja que en España el 25 % de las bajas laborales son por motivos de estrés, un 10% anual más que el promedio en el resto de la Unión Europea. En segundo lugar, un gerente de felicidad fortalecerá la cultura organizativa de la empresa. Por un lado, propagará valores agradables como la colaboración, el respeto, la empatía, y desarrollará un sentido de comunidad amable y acogedor. Esto reforzará la cohesión del equipo y facilitará la comunicación interna. Por último, y no necesariamente menos importante, otro beneficio es para la imagen corporativa. Las pymes que se preocupan y se ocupan por el bienestar de sus empleados suelen ser percibidas de manera más positiva por clientes, socios, proveedores y el público en general.

A pesar de estos beneficios, las pymes tienen que enfrentarse a varios desafíos a la hora de incorporar un gerente de felicidad. Para empezar, el presupuesto es un problema. A diferencia de las grandes empresas, las pymes tienen menos fondos para contratar nuevos roles y desarrollar programas de bienestar. Además, contratar a un gerente de felicidad significa alterar la cultura organizativa habitual de la compañía. Por ello, algunos trabajadores y directivos probablemente se resistirán a comprometerse con el cambio. Por último, las pymes a menudo carecen de un departamento de recursos humanos robusto que pueda implementar una estrategia de felicidad y bienestar. Esto significa que el gerente de felicidad puede llegar a estar sobrecargado de trabajo y no puede ser todo lo eficaz que el desearía.

Una vez analizados los beneficios y los desafíos, podemos concluir que, aunque las pymes se enfrentan a retos importantes para incorporar un gerente de felicidad, también pueden obtener beneficios significativos en el medio y largo plazo. Para poder obtener estos beneficios, es fundamental contar con la implicación de la alta dirección, una adecuada formación del personal y la integración del nuevo rol en la estrategia corporativa. Si estos factores claves se alcanzan, entonces la pyme puede estar preparada para la contratación de este cualificado profesional, y así poder comprobar la mejora en los niveles de bienestar y desempeño de sus empleados. Favoreciendo que la experiencia de ir a trabajar pueda llegar a convertirse en algo placentero y satisfactorio, tal como propone Goleman en su último libro Óptimo (2024).


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