Podemos coge aire en la Región

MURCIA. Después de la tormenta desatada a finales de septiembre, Podemos encuentra la calma en la Región de Murcia. El partido, en manos de una gestora, vive al fin días tranquilos y esperanzadores tras las turbulencias que trajo la salida del secretario general de los últimos cuatro años, Óscar Urralburu, y de la número dos, María Giménez. Ahora, una serie de noticias optimistas se han concatenado en la calle Cartagena, donde se ubica la sede de Podemos en Murcia. El escaño revalidado en los comicios vino acompañado del preacuerdo de Pablo Iglesias con Pedro Sánchez, mientras que en clave autonómica sus dos nuevos diputados ya comienzan a trabajar a pleno rendimiento en la Asamblea Regional. Y entretanto, la crisis que provocó la marcha de Urralburu a Más País–y los temores a los daños electorales de “la escisión”, como así la definen- se da por cerrada: todas las organizaciones locales se mantuvieron leales a Podemos y la formación morada conservó su suelo electoral en los municipios de la Región en los comicios del 10-N.

"La campaña ha sido durísima”, describe Ángel Luis Hernández, el coordinador y encargado de la organización de la gestora. “Hemos tenido que multiplicar todos nuestros esfuerzos”, asegura. La gestora se puso en marcha el 27 de septiembre, la misma mañana en la que la cúpula anunciaba su renuncia, dejando al partido descabezado en plena precampaña. La formación morada se vio abocada a remar a contracorriente en la carrera electoral. “Muchos medios nos daban por desaparecidos, y eso no era así; por eso hemos tenido que hacer mucho trabajo y además teníamos poco tiempo de reacción”, comenta Ángel Hernández. 

Hernández es uno de los seis miembros de la gestora, encabezada por el diputado electo Javier Sánchez Serna como portavoz y por la diputada regional María Marín. Otro integrante es Antonio Urbina. El exparlamentario autonómico (2015 y 2017), que se había distanciado del día a día del partido, se reincorporó al proyecto, echando una mano diaria en la gestora. “Fue una gran alegría recuperarle”, dice Hernández. Las concejalas Leli Garcia, de Cartagena, y Elia Olgoso, de Águilas, completan el equipo.

Durante la campaña, la gestora ha lidiado también con la puesta en marcha del grupo parlamentario en la Asamblea, que ha tenido que ser reajustado. A mediados de octubre, María Marín se estrenaba en la tribuna con una sesión exigente: el pleno monográfico del Mar Menor. Y recientemente se ha incorporado Rafael Esteban, que ya intervino el pasado miércoles en la sesión que abordó el techo de gasto.

El partido tendrá que convocar una asamblea ciudadana para elegir una nueva dirección regional y un nuevo líder en la Región. Pero esa cita aún no tiene una fecha fijada, ya que “ese paso todavía no se ha planteado”, como así señalan desde la gestora. "La convocatoria de una nueva asamblea no va a ser algo inmediato", explica Javier Sánchez Serna, quien considera que "seguramente habrá que abordarla después de la próxima asamblea estatal". El diputado electo asegura a Murcia Plaza que todavía no ha decidido si optará a la Secretaría General regional. "Por ahora, seguiré de portavoz de la gestora, que tiene un trabajo importante por delante", señala. 

Por el momento, el equipo organizativo está elaborando un informe con todos los datos de los resultados de las elecciones del 10-N, que se analizarán con las organizaciones municipales del partido. Podemos conservó el escaño del Congreso, que siempre ha mantenido desde 2015, y su lectura de la cita electoral es "positiva" a pesar de que se han dejado 17.000 votos con respecto al 28 de abril, cuando obtuvieron 80.053 apoyos. En los comicios del 10-N, Unidas Podemos reunió 62.898 sufragios mientras que Más País cosechó 13.287 papeletas.

El politólogo Salvador Moreno considera que Podemos se ha sobrepuesto a las bajas expectativas con las que afrontaban las elecciones. Porque, argumenta, "por el tamaño de la circunscripción de Murcia y por los resultados de Más Madrid, lo esperable era que la entrada de Más País provocase la división del electorado de Podemos y que Sánchez Serna perdiera el escaño, y más con Urralburu enfrente". No obstante, el voto de Podemos "se ha fidelizado dentro de lo posible" debido a un contexto polarizado por el auge de Vox y el "relato incoherente del PSOE en las negociaciones de gobierno", agrega Moreno.

La caída de Podemos en las generales, dicen desde el partido, es "similar a la media de todo el país". Hacen hincapié en que han ganado apoyos desde las autonómicas del 26-M “aun con todas las dificultades sufridas”, como así apuntan. Podemos recibió 36.486 votos en mayo, equivalentes al 5,5% y que supieron el peor resultado electoral hasta la fecha. Si a esta cifra se suman los 13.179 sufragios (2%) que logró Izquierda Unida el 26-M -bajo las siglas de Cambiar la Región-, el número total de votantes, casi 50.000 (un 7,2%), es inferior a los 62.900 (8,8%) que consiguió Unidas Podemos el 10-N. 

"Hemos recuperado votos en una situación difícil, habiendo tenido una escisión en el partido", afirma Hernández, que recuerda que la abstención -que creció un 3,5%- también ha influido en el resultado. La militancia se ha volcado, añade el coordinador. Hasta 115 voluntarios se han dejado la piel cada día de la campaña y el partido exhibió músculo en el día de las urnas, con 1.500 apoderados, "más que en las pasadas elecciones".

La relación de Podemos con Izquierda Unida, tensa con la anterior ejecutiva, "ha mejorado", según valora Hernández. "Ha habido buena sintonía con ellos en el trabajo diario de la campaña". Unidas Podemos ha confluido en las urnas nacionales con el morado Sánchez Serna como número uno y con la veterana dirigente de IU Esther Herguedas como número dos. Uno de los retos que tendrá que afrontar la nueva dirección de Podemos es la confluencia con Izquierda Unida. Este objetivo, votado por las bases en junio del año pasado, no se consiguió en la Comunidad en la pasada legislatura y tampoco en algunos municipios, como Murcia, pero sí hubo éxito en ciudades como Cartagena, donde sí confluyeron localmente.

Podemos ya no vive los tiempos de esplendor de hace cuatro años, cuando acaparó el voto de 110.000 murcianos en las generales de 2015 y logró seis representantes en la Asamblea Regional. El partido todavía se duele del batacazo en las urnas del pasado mes de mayo y acaba de pasar su peor momento interno; pero Podemos sigue vivo, cogiendo aire en la Región, reivindicativo y dispuesto a no tirar la toalla.