MURCIA. El Museo Ramón Gaya de Murcia celebra la Navidad con una exposición con la que rinde tributo a Pedro Serna, "uno de los grandes pintores vivos con los que cuenta Murcia". Así durante estas fechas señaladas, aquellos que visiten el centro cultural ubicado en la Plaza Santa Catalina podrán disfrutar del Belén de Salzillo pintado por el acuarelista murciano.
De entre los muchos temas que que se pueden encontrar en el Belén de Salzillo, Pedro Serna se ha centrado en uno solo, los pastores; figuras humildes y populares que vistas por el artista se convierten en seres de luz. "Los pastores representan la sencillez, el servicio, la ayuda y la alegría de los hombres que cuidan con amor y dedicación a su rebaño. A su vez fueron los encargados de dar cobijo a la Virgen María y a San José, preparando un pesebre para que pudieran traer al niño Jesús al mundo en las mejores condiciones posibles. Su papel fue decisivo y se sigue recordando cada Navidad", señalan desde el Museo Ramón Gaya.
El Belén de Francisco Salzillo es uno de los conjuntos escultóricos más destacados del arte español y se encuentra expuesto en el Museo dedicado exclusivamente al imaginero en Murcia. Precisamente allí, en las salas de este espacio expositivo tan especial, era frecuente encontrarse al pintor Pedro Serna pintando las figuras del Belén. "Durante un tiempo era habitual encontrarlo en 'el Salzillo' con su caballete y utensilios de pintura relacionándose con las obras, conviviendo entre ellas", destacan desde el Gaya.
Respecto al Belén que le ha servido de inspiración a Serna, cabe destacar que está compuesto de quinientas figuras y que representan el misterio del nacimiento de Cristo junto a los oficios y vida cotidiana de la España de aquel entonces (finales del siglo XVIII), desplegados dentro de una visión arcádica y afable de la naturaleza próxima a los ideales de la Ilustración. Sobre Salzillo dijo el propio Gaya: "¿Y no es eso el arte, convertir las cosas todas en ángeles eternos?".
La tradición de montar belenes en Murcia se remonta al siglo XVII, en comunidades religiosas como las Capuchinas, Agustinas, Carmelitas o Clarisas, proclives al encargo de obras relacionadas con la poética infancia de Jesús. Esta ciudad se convirtió así en un enclave decisivo para la historia del Belén español y para la costumbre de introducirlo en los ámbitos domésticos. Todavía hoy Murcia es un referente mundial en la producción de belenes.
