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TRIBUNA LIBRE / OPINIÓN

Pedro Sánchez cruza el Rubicón

23/01/2020 - 

La noche del 11 al 12 de enero de 49 a. C., Julio César, tras su triunfo en las Galias, se detuvo un instante ante el río Rubicón, el límite fronterizo natural entre la Galia Cisalpina e Italia y, que según la 'ley romana', ningún general podía- sino ilegalmente- atravesarlo al frente de su ejército en armas, debiendo “desbandarlo” antes de entrar en Italia. Atormentado por las dudas: cruzarlo significaba cometer una ilegalidad castigada con la pena capital, convertirse en criminal y enemigo de la República e iniciar la Segunda Guerra civil contra el Senado y Pompeyo. Pese a todo, lo cruzó, plenamente consciente de las consecuencias que tendría el hecho de atravesar el río con sus legiones, y puso su destino en manos de la 'Fortuna' con una frase que ha quedado grabada y para siempre en el libro de la historia: ¡Alea iacta est! ("la suerte está echada" o "los dados están echados") sentenciando así que ya no había vuelta atrás y que solo le restaba afrontar las inevitables consecuencias de su acción.

Este relato que puede leerse en cualquier libro de  historia presenta cierto paralelismo con la cronología actual del rápido ascenso de Pedro Sánchez a la presidencia del Gobierno de España. Él regresaba victorioso, al igual que César, de una “moción de censura” al Gobierno de España en la persona de  Mariano Rajoy y, poco o nada le ha importado 'cruzar el Rubicón', pactando con  partidos anticonstitucionalistas, bilduetarras y comunistas que solo ansían dinamitar el orden sociopolítico legal y constitucionalmente elegido de una España cuyo gobierno es “la Monarquía Parlamentaria” y su norma fundamental la Constitución de 1978 de la que dimanan todos los  poderes encaminados a preservar por igual la defensa , la unidad, y la libertad de todos los españoles, con independencia de su creencias religiosas, políticas y de la comunidad donde residan.  

Por el bien de nuestra nación, anhelo que esta 'rubicónida' y 'sanchísta' decisión no le acarree a España 'la Segunda Guerra Civil', como le ocurrió a Roma, tras ser violada manifiestamente la legalidad vigente de la  República, ya de por sí  debilitada. Las tensiones militares, sociales, laborales y éticas que ésta arrastraba, la habían convertido en el teatro de toda clase de ambiciones personales elitistas y colectivas. ¿No nos recuerda todo esto a la España, debilitada y herida desde el gobierno de Zapatero y, “apuntillada” con la llegada al poder del narcisista Sánchez? ¿Ha pensado en las funestas consecuencias para España de su indebida y  anticonstitucional alianza con esos compadres de  un viaje a ninguna parte?

 Tal vez como en su famosa y manufacturada tesis doctoral, de dudosa autoría, no le citaban a César, ni a Pompeyo, ni al Rubicón, ni a la Galia, ni a “lex romana”…etc., ¿cómo iba a conocer la famosa e histórica frase “alea iacta est”, su significado y aciagas consecuencias? Si el “desconocimiento de la Ley no exime de su cumplimento” –como dicen los juristas- ergo su natural ignorancia  de la Historia y casi de todo, no le exonera de sus obligaciones y responsabilidades políticas, legales y morales, como presidente, ante el conjunto de españoles, votantes o no. ¿De verdad en España han sido echados los dados por Sánchez y sus compinches y no hay posibilidad de retorno a la cordura política que nos brinda nuestra “Monarquía Parlamentaria”?

El gran historiador griego, Polibio (Megalópolis, Grecia 200 a. C.) afirmaba que: “cuando el pueblo es manipulado y decide sin información ni formación es gobernado por el peor de los sistemas políticos, llamado “oclocracia”, pues es el último estado de la degradación del poder o sea la degeneración de la democracia y que se nutre del rencor y la ignorancia”. ¿Qué futuro le espera a una nación que pone su destino en manos de un presidente ególatra y narcisista que ha pactado con  quienes la quieren destruir?

La reciente historia política de la España postconstitucional, hasta la llegada al poder de Pedro Sánchez, no había vivido uno período tan intensamente convulso e inestable como el actual; la respuesta radica en que  los enemigos de España –el PSOE 'sanchista' y sus socios de gobierno-  nunca habían tenido tan cerca la consecución de sus insaciables pretensiones ni alcanzado el casi omnímodo poder en todas las Instituciones del Estado.

Aunque ya en la Francia de la Ilustración, Françoise-Marie Arouet, alias Voltaire, tenía toda la razón al escribir que : “La política es el camino para que los hombres sin principios puedan dirigir a los nombres sin memoria”, -yo me atrevo añadir - que esto le está ocurriendo al reino más antiguo de la vieja Europa,  a la nación, que al igual que el Ave Fénix, supo resurgir de las cenizas de una cruenta y cainita guerra civil enterrando, “casi” para siempre, la aberrante y estéril división  de las dos Españas con la promulgación de la Monarquía Parlamentaria y la sanción de nuestra Carta Magna con la elección del primer gobierno democrático hace ya 40 años.

En  la vida hay momentos, como el actual, en que la realidad supera a la ficción más fatalista: la felonía del presuntuoso Pedro Sánchez, se ha consumado en la sesión de investidura; durante el debate hemos podido observar, no sin cierto sonrojo, estupor, vergüenza y rabia contenida, como los líderes del PNV, BilduETA y REC insultaban y ajaban al Rey a la vez que se burlaban de todos los españoles. Su “pírrica victoria” la vamos a pagar y muy cara todos los que creemos en un estado democrático y constitucional.

¿Qué decir de las patrañas y conjuras pergeñadas a sus incondicionales sectarios idiotizados por las quimeras bolivaristas y prosoviéticos para arrojarse con voluptuosidad  en los brazos de un plañidero Pablo Iglesias, ese de quien llegó a decir, pública y manifiestamente, en todos los medios “que con él en el gobierno de España, el 95% de los españoles no podrían dormir tranquilos y él tampoco “. ¿Y qué no decir de esos otros partidos nacionalistas y separatistas que han cambiado patria, libertad, igualdad y justicia por pingües escaños y subvenciones millonarias a sus minoritarias y elitistas Comunidades Autónomas? ¿Dónde está el tríadico lema carlista “Dios, Patria, Rey” que sintetiza  la aspiración de una monarquía católica y tradicional o la posterior invocación de “Dios, Patria, Fueros, Rey” de los vascos y navarros de otras zonas forales de Aragón y Cataluña?

Como 'los dados han sido echados' -con la investidura de Sánchez como nuevo presidente del Gobierno-  y esto ya no tiene vuelta de hoja ni marcha atrás, no tiene sentido ni sirve de nada seguir rememorando, una y otra vez,  las mentiras con las que se ha burlado de todos los españoles e incluso de sus votantes, negando rotundamente la alianza con los separatistas, proetarras y comunistas.

La  olvidada y arrinconada idea de “la división de las dos Españas”, “la roja y azul”, “la franquista y republicana”, “la de derechas e izquierdas y la de borrón y cuenta nueva…” reaparece amenazante en la vida real de los españoles de a pie que luchan día a día por mejorar sus entornos familiares, sociales y laborales, a la espera del desarrollo y resultados de este inestable e inseguro nuevo gobierno social-comunista -el primero de la UE- formado por variopintas coaliciones partidistas que, no solo reniegan de los pilares democráticos de nuestro Gobierno, sino que además, quieren destruir la Constitución, los poderes del Estado y la unidad de España.

Pata terminar, no me resisto a citar textualmente y hacer mías unas palabras del ex Presidente de Gobierno, José María Aznar, pronunciadas con motivo del Debate de Investidura de Pedro Sánchez: "¿Qué futuro le espera a una nación que pone su destino en manos de quienes la quieren destruir?” Si construimos un Gobierno en el cual por primera vez, desde finales de la Guerra Civil, entran los comunistas chavistas a favor de Venezuela y consentido por el independentismo, estamos en una situación de máximo riesgo porque un Gobierno como el que se está intentando formar con alguien que está condenado por sedición y con alguien como un terrorista convicto y confeso, son palabras mayores que no deseo que ocurra?".



Pedro Manuel Hernández es licenciado en Medicina y en Periodismo y ex Senador autonómico del PP por Murcia

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