MURCIA. Desde botellines de agua hasta unas huevas de salmón refrigeradas para preparar unos makis, pasando por todo tipo de productos como huevos, vídeos, arroz, joyas, cepillos de dientes, papel higiénico y hasta flores. Prácticamente cualquier cosa se puede encontrar en las máquinas expendedoras de Japón, unos elementos que forman parte del paisaje del país, donde se calcula que hay uno de estos coloridos artefactos por cada treinta habitantes. Ellas, las Japanese Vending Machines, son las protagonistas de un proyecto fotográfico del oriolano Pedro Díaz Molins, quien dice desarrollar tanto su creatividad con la cámara como en su trabajo como tecnólogo de los alimentos en la empresa molinense Zukán y como profesor de esta materia en la Universidad de Murcia.
Japanese Vending Machines, que está compuesto por más de 40 imágenes, ya ha recibido un reconocimiento internacional. Y es que una serie formada por cinco de estas fotografías ha obtenido una mención honorífica en los galardones ND Awards 2024, en la categoría de Fotoperiodismo. Su autor considera que esta pequeña parte del proyecto ha sido premiada por su originalidad, aunque señala que es imposible que represente todo lo que ha querido transmitir en un trabajo tan extenso. Es por ello, que también le ha dado formato de fotolibro (se puede adquirir en la plataforma Blurb con opción también a descarga en pdf).
Porque lo que muestra Pedro Díaz en estas imágenes es mucho más que una colección de curiosas y decoradas máquinas expendedoras, que se pueden encontrar en cualquier rincón del país. Lo que el fotógrafo revela es una cultura y la forma de entender la vida de los japoneses, motivo por el cual en la mayoría de las imágenes se representan escenas cotidianas protagonizadas por los habitantes de esas ciudades que visitó el autor durante su viaje. En definitiva, Japanese Vending Machines es el retrato de un país a través de uno de los elementos urbanos que está más presente en el paisaje de las ciudades y en la vida cotidiana (como bien se refleja en la película Perfect days, de Wim Wenders).
Escribe Pedro Díaz, para contextualizar su proyecto, que Japón es el país del mundo donde hay una mayor cantidad de vending machines, se estima que más de cuatro millones. De hecho, "hoy en día, no puedes caminar más de dos calles en cualquier ciudad japonesa, o conducir unos minutos en las regiones del interior, sin ver una máquina vendiendo algo", asegura el fotógrafo, quien apunta que cada ciudad personaliza sus máquinas expendedora: con Gheisas en el caso de Kioto, con ciervos en el de Nara o con Pikachu en Tokio.
"Para entender este fenómeno tenemos que remontarnos al año 1888 cuando Koshichi Tawaraya patentó en Japón la primera 'máquina expendedora'. Su primera versión vendía tabaco, pero luego registró otras modalidades, incluida una máquina que vendía sellos y tarjetas, ésta es la más antigua de Japón, expuesta actualmente en el Museo Postal de Tokio", explica Pedro Díaz. Y añade que "a partir de entonces, las vending machines, conocidas en Japón como jidōhanbaiki (自動 販 売 機), se convirtieron en un símbolo del país".
Pedro Díaz Molins ha recibido otros muchos galardones por sus trabajos fotográficos, destacando que fue ganador en la categoría Mejorada y Premio Nacional de España en Sony World Photography Awards 2016. Además, sus imágenes han sido publicadas en diferentes revistas y su fotografía titulada Game over fue portada del libro Fool's Mate escrito por J. D. Frodsham.