CARTAGENA. El área de Patrimonio Arqueológico del Ayuntamiento de Cartagena, dirigido por Pablo Braquehais ha decidido llevar a cabo una intervención de urgencia en la Domus Salvius, una casa romana de mil metros cuadrados situada en el Barrio Universitario, concretamente entre las calles Cruces y Alto. La casa se construyó hacia el cambio de era, coincidiendo con los años de bonanza económica de Cartagho Nova, en un nuevo barrio residencial, muy próximo a la muralla y al Anfiteatro. En un momento avanzado del siglo II se abandonó y consecuentemente se arruinó, perdiéndose su recuerdo.
La intervención, a través de un contrato menor de algo más de 47.000 euros que llevará a cabo la constructora Marcasar, consistirá en limpiar y consolidar la estructura y el pavimento, además de extraer el mosaico del triclinum que será restaurado. Por otro lado, se hará también una limpieza del revestimiento de los murales.
Mientras tanto, el departamento de ayudas europeas, busca la manera de encajar la importante inyección económica que necesita este yacimiento para su completa recuperación y puesta en valor. Recordemos que el presupuesto es de dos millones de euros. Noelia Arroyo explicaba meses atrás que se iba a presentar una propuesta de algo más de 1,8 millones de euros al programa de mejora de la competitividad y de dinamización del Patrimonio Histórico con uso turístico. "Estos fondos reservan hasta 3 millones de euros por destino y eso nos va a permitir ofrecer a nuestros visitantes otro gran yacimiento arqueológico, como la Domus Salvius, la casa romana que conservamos en el Barrio Universitario y, sobre todo, nos dan la oportunidad de asegurar el proyecto arqueológico de mayor calado de los últimos años en Cartagena que es el de nuestro Teatro Romano", dijo el pasado mes de enero.
Este proyecto permitirá recuperar la vivienda, que se excavó en el año 2003, dentro de las intervenciones arqueológicas realizadas para la construcción del Barrio Universitario, y que se conserva en el sótano y la planta baja del edificio que se construyó para su musealización.
La Domus Salvius es una casa romana de unos mil metros cuadrados de superficie, cuya arquitectura gira en torno a un espacio ajardinado central, presidido por un estanque conectado a una cisterna. Este espacio ajardinado está rodeado de un curioso pórtico donde se combinan columnas jónicas y corintias de diferentes alturas, creando un efecto muy dinámico y nada usual en la arquitectura doméstica de Carthago Nova.
Alrededor de este espacio y protegido por el pórtico, la familia Salvius disponía de un pasillo que permite el acceso a las habitaciones y demás dependencias de la casa. En uno de sus salones se recuperó un mosaico geométrico compuesto por teselas blancas y negras, donde se lee con claridad el término 'Salvius', que podría identificar a la familia o, más improbable, al autor del mosaico. En esta área, se ha documentado una caja de escalera que permitiría acceder a la planta superior.
Esta zona más pública de la domus se combina con varias habitaciones situadas en la zona de levante, donde se han documentado dos dormitorios precedidos de una pequeña antesala a modo de distribuidor. Junto a ellas, muy próximo al actual acceso, se conserva también una dependencia de grandes dimensiones, abierta al pórtico, presidida por un gran mosaico polícromo. Gracias a este mosaico se ha podido determinar que esta sala era el comedor de la casa, donde se agasajaba a los comensales invitados por el señor.
El proyecto busca el protagonismo absoluto de los restos arqueológicos de la domus. De esta manera, se reubicará el mosaico de Salvius y proporcionar al visitante una lectura comprensiva del recorrido, para lo que se van a incorporar tecnologías más actuales como el vídeo mapping. Atravesando el túnel del tiempo se pasaría de la época actual al siglo I. Se podrán ver las estructuras, pinturas y mosaicos al mismo nivel y también desde una altura de tres metros, para poder apreciarlo en toda su magnitud. Se incorporará una imagen del cielo de Cartagena retro iluminado para dar la sensación de estar en el exterior y a colgar todos los capiteles del falso techo, tal y como estaban en su época.