El Rincón de pensar… en la Empresa / OPINIÓN

Una necesidad siempre urgente

19/10/2020 - 

MURCIA. Espero no decepcionar si después de este título no hablo de la pandemia…, y de la triste batalla –más política que sanitaria- de la que somos testigos todos los días últimamente.

Pero por otra parte me parece que, precisamente en estos momentos, necesitamos tomar conciencia de que nuestra vida no puede ser "todo pandemia". Y esforzarnos activamente por evitar ese bombardeo, esa "sobreinformación" que nos puede traer incluso consecuencias físicas y emocionales negativas. Y que además en buena medida es desinformación.

El caso es que entre cosas por eso –por evitar enredarme en la madeja de la desinformación sobre la covid-, hace unos meses decidí dedicar habitualmente un tiempo a pensar y a escribir. Es algo que me gusta, y tuve además la suerte de que en seguida me publicaron en Murcia Plaza.

"Desde este 'Rincón de Pensar… en la Empresa' me gustaría transmitir ideas sobre ese maravilloso mundo"

La semana pasada fui a la sede a felicitar al nuevo director, y aproveché para plantearle la posibilidad de convertir estas colaboraciones en una especie de blog sobre un tema que me apasiona, y sobre el que ya he escrito alguna colaboración: el mundo de la empresa.

Como le gustó la idea, sirvan estas letras como presentación. Desde este Rincón de pensar… en la Empresa me gustaría transmitir ideas sobre ese maravilloso mundo. Ideas adquiridas durante años de estudio, que he procurado ir actualizando con cursos y lecturas frecuentes, y sobre todo desde mi experiencia de más de treinta años en el mundo empresarial.

Pero ¿y la necesidad siempre urgente anunciada en el título? Pues es precisamente la primera idea que quiero transmitir en esta nueva sección: considero que siempre es necesario y urgente proteger y apoyar a la empresa, y en especial a la PYME (incluyendo a los autónomos que desarrollan una actividad empresarial o profesional).

¿Por qué? Quisiera destacar varias razones:

  • Al igual que la familia es la célula básica y principal de la sociedad, la empresa (e insisto, en especial la PYME) es la célula principal de la actividad económica.
  • Si la familia "sufre", estamos experimentando cómo la sociedad se desmorona. Y lo mismo sucede con la empresa y la economía.
  • La PYME es la principal generadora de empleo en nuestro país –y empleo productivo-. No nos engañemos: ni son las grandes empresas, ni lo es el conjunto de las Administraciones.
  • La PYME tiene también una serie de características que podríamos considerar "intrínsecas y exclusivas", que hacen de ella un instrumento especialmente interesante para la economía: cercanía a sus clientes, mayor facilidad para detectar y aprovechar pequeños nichos de mercado, flexibilidad, rapidez en la toma de decisiones, mayor consideración de las relaciones personales que facilitan los acuerdos y la resolución de conflictos, etc.

No pretendo hacer un elenco pormenorizado de las ventajas y de la necesidad que tiene nuestra economía de contar con empresarios y empresas que "empujen" siempre, y en especial en estos momentos. Sólo hacer ese llamamiento a que todos (y lógicamente aquí las Administraciones sí son actores principales) apoyemos a las PYMES.

Hace ya casi diez años tuve la ocasión de seguir con detalle el nacimiento de una PYME creada por alguien muy cercano a mí. Partiendo exclusivamente de una idea, al poco tiempo dio empleo a varias familias, y ahí sigue funcionando. Y recuerdo su sufrimiento durante los dos primeros años. Sin ninguna necesidad "económica", arriesgaba parte de su patrimonio. Pero las dificultades no vinieron de la falta de financiación, o de un crecimiento lento, de la dificultad por conseguir nuevos clientes, nuevos productos, etc.

El principal obstáculo fueron las trabas administrativas: además de los innumerables trámites iniciales (constitución, altas, inscripción en diferentes registros, etc.) en seguida llegaron las inspecciones desde el Ayuntamiento y la Comunidad Autónoma por los motivos más "ridículos" (hasta porque la sede estaba en un edificio residencial…). Y -como acostumbra a actuar la Administración- saltándose el principio de presunción de inocencia: ante la denuncia, es el denunciado quien debe demostrar su inocencia, porque en Derecho Administrativo el contribuyente es siempre presuntamente culpable mientras no demuestre lo contrario.

Incluso le llegó una propuesta de multa de 300.000 euros (no exagero un solo euro), que finalmente quedó en nada. Bueno, quedó en que durante aquellos meses esa persona perdió bastante pelo por el estrés que todo eso le generó.

Hace dos días hice el esfuerzo –no pequeño - de ver y escuchar la videoconferencia de presentación del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Economía española. Casi una hora de palabras rimbombantes en las que sólo una vez el presidente del Gobierno se refirió a las empresas.

Independientemente de posturas ideológicas, mal planteamiento para la recuperación porque, insisto, son las empresas, y en especial las PYMES, las auténticas generadoras de empleo. Y las vamos a necesitar mucho en los próximos meses.

 

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