MURCIA (EFE). Los sindicatos han acogido con críticas la solución acordada por la Conferencia Sectorial de Educación para finalizar el curso académico, de la que valoran que concluya en junio, pero lamentan su falta de concreción, exigen que se refuerce el próximo curso y dudan sobre la pertinencia de abrir centros en julio.
La fórmula adoptada establece que el curso termine en junio, aunque podrá haber actividades formativas voluntarias de refuerzo en los centros escolares en verano para atender al alumnado más vulnerable, la promoción de alumnos sea la norma y la repetición, la excepción.
Así, el sindicato de docentes ANPE ha exigido que el Ministerio establezca "instrucciones claras" que sean de aplicación en todas las comunidades autónomas, que la evaluación de alumnos sea flexible pero rigurosa y que el siguiente curso comience con una evaluación de diagnóstico para reforzar al alumnado que lo requiera, lo que necesitaría recursos económicos.
Desde STES consideran que las decisiones adoptadas no responden a las necesidades actuales del alumnado, que el Ministerio "anuncia medidas que nadie sabe si se podrán cumplir" y que debe atenderse antes a las necesidades de salud física y mental de los alumnos que las del aprendizaje. "Nuestra propuesta es que el verano tiene que dedicarse a descansar después de meses de confinamiento", dice STES, que aboga por evaluar en septiembre las necesidades educativas de cada alumno y a partir de ahí programar el curso y poner en marcha actuaciones de refuerzo y compensación.
También CSIF, que celebra que concluya el curso en junio y no se opte por un aprobado general, pide comenzar ya a planificar el curso que viene con un incremento de docentes y la reducción de las ratios de alumnos.
CCOO, por su parte ha solicitado una "agenda compartida, clara y contundente con las comunidades autónomas y los agentes sociales", "unidad y lealtad" a los gobiernos autonómicos y que se debatan las medidas para finalizar el curso con el profesorado.
En la misma línea, la Confederación de Padres de Alumnos (COFAPA) ha expresado que la unidad de la comunidad educativa es fundamental y ha exigido que los alumnos más vulnerables puedan disponer de los medios necesarios para superar el curso.
Si bien Save the Children considera que las medidas acordadas en la Conferencia Sectorial de Educación tienen unos objetivos adecuados, la práctica puede no serla por su falta de concreción normativa y de recursos.
A juicio del Sindicato de Estudiantes, el Ministerio de Educación "vuelve a fallar" porque sus medias no dan "una respuesta positiva a las necesidades" del alumnado y se niega a aceptar la realidad de que el curso ya ha terminado. Critica que se evalúe sobre contenidos que no se han podido impartir en condiciones de igualdad, que permita la repetición de curso y que no suspenda las pruebas de acceso a la universidad. También que no haya un plan económico de choque para "recuperar el tiempo perdido".
Al Frente de Estudiantes le parece que la propuesta es insuficiente porque "supone postergar un problema que se expresará inevitablemente" en el próximo curso y afectará a los estudiantes más vulnerables y rechaza que se abran los centros en verano.
Por parte de FeSP-UGT también se ha hecho hincapié en abordar ya las medidas del próximo curso escolar y se ha rechazado que el personal docente tenga que desarrollar las actividades de refuerzo en julio, algo que exigirá la contratación de personal.
Y la Federación de Enseñanza de USO (FEUSO) ha solicitado una respuesta coordinada a esta crisis y que se aprovechen todos los recursos disponibles para que el aprendizaje no se detenga.