CARTAGENA. El Puerto de Cartagena acogerá la primera bodega submarina de la Región de Murcia, que se situará en la zona de fondeo de las aguas portuarias cumpliendo todas las medidas medioambientales, a través de un proyecto innovador para el envejecimiento de vinos y bebidas bajo el mar.
La Autoridad Portuaria ha sometido a información pública, con un plazo de 20 días desde su publicación en el Boletín Oficial del Estado el pasado 20 de julio, el "Proyecto básico de Instalación de Bodega Marina en la Ensenada de Cartagena", para la tramitación del otorgamiento de concesión administrativa de ocupación de dominio público portuario.
Esta iniciativa abarcará una superficie de 150 metros por 150 metros, entre la isla de Las Palomas o de Los Colomos y la Punta del Moco, a unos 30 metros de profundidad, y está promovida por la empresa, Balizamientos y Obras Hidráulicas de Mazarrón, S.L, que cuenta con más de 15 años de trayectoria profesional en el sector marítimo y subacuático, y cuyo proyecto puede resultar de utilidad para el beneficio del sector de las bodegas.
La instalación, completamente desmontable, se va a ubicar en un lugar donde no afecta a la red Natura 2000 estableciéndose en la mejor ubicación y en las condiciones idóneas, contando con factores ambientales amigables y favorables para la conservación del medio marino. Con esta instalación, mediante nichos acogidos en cajones de hormigón inocuos, se promoverá la creación de biodiversidad marina, que actuará como un arrecife artificial.
Es un proyecto que apuesta por la innovación y la sostenibilidad, dentro de los compromisos de la Autoridad Portuaria, con certificación ambiental, de calidad y seguridad alimentaria. Supondrá ofrecer un producto diferenciador, dirigido a un mercado gourmet, de alto standing y muy competitivo; ahorrar tiempo al acelerar el envejecimiento de los vinos y bebidas, ahorrar gastos bajo el mar, al no ser necesarias instalaciones del cliente; reducir el consumo energético, al ser más eficiente el fondo marino que la climatización; y contribuir a la reducción de la huella de carbono, con la creación de arrecife artificial para la potenciación de la biodiversidad marina.
Además, abre la puerta a otras actividades económicas enfocada a ampliar la oferta turística de la Región o a actividades deportivas subacuáticas, ligadas al crecimiento azul.