VALENCIA (EFE). La experta internacional en inteligencia artificial (IA) Nuria Oliver ha subrayado la urgencia de educar en esta disciplina aún tan desconocida en todos los niveles, también en la universidad, donde reivindica dar una "visión humanística" a la enseñanza de las tecnologías.
Ingeniera en telecomunicaciones y doctora por el MIT Media Lab del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), Oliver (Alicante, 1970) es una de las investigadoras más influyentes en España y es directora científica y cofundadora de la Fundación ELLIS Alicante, dedicada a la investigación en IA.
Oliver, que esta semana ha recibido el premio europeo Hipatia que entrega el Ayuntamiento de Barcelona, ha considerado positivo en una entrevista con EFE aumentar el conocimiento multidisciplinar de la IA en la formación universitaria.
En un mundo en el que "la tecnología lo impregna todo", la investigadora alicantina ha animado a sopesar que pueda haber una carrera universitaria en Inteligencia Artificial.
Pero también es clave cómo se enseña y, en este sentido, ve positivo que algunas universidades estén introduciendo cambios que cree que van a atraer más talento, especialmente el femenino.
"Hay universidades que están cambiando cómo enseñan informática: en lugar de enseñar a programar solo por la belleza de programar enseñan programación para resolver un problema que motive al alumno", ha detallado Oliver.
En esta línea, ha incidido que toda la transmisión de conocimiento en el ámbito universitario debe tener un enfoque humanístico: "Debemos humanizar los estudios tecnológicos y a la vez tecnificar las disciplinas humanísticas", ha enfatizado.
Por un lado, se debería instruir en competencias tecnológicas a los alumnos de las disciplinas humanísticas, ya que todas ellas "van a necesitar y utilizar inteligencia artificial o tecnología en general".
Y en cuanto a los estudios científico-tecnológicos, ha dicho que deben tener una "visión humanística" para promover el conocimiento de cómo la aplicación de la IA puede afectar a los derechos de los ciudadanos y a conflictos éticos.
Con estos cambios, Oliver considera que se van a mitigar los posibles impactos negativos de la IA y además va a reducir las preocupaciones que pueda tener el conjunto de la ciudadanía respecto a esta tecnología.
Y ve fundamental que la ciudadanía entienda el mundo en el que vive y que esté informada a la hora de tomar decisiones: "No hay sociedad más fácilmente manipulable que una ignorante", ha advertido Oliver.
La educación debe ser a todos los niveles, por lo que ha abogado por invertir en educación obligatoria y postobligatoria, sin olvidar a los profesionales que, pese a que hayan terminado su etapa formativa, deben "reinventarse" debido al crecimiento de la IA en todos los sectores.
“Hay muchas profesiones que existían cuando mi abuela era pequeña y que ya no existen: sereno, lamparero, el despertador humano... Y hay muchas que hace 20 años no existían: analistas de 'big data' o los 'social media managers'”, ha recordado Oliver.
Oliver ha resaltado que la educación en IA no puede esperar, porque "no es algo del futuro", sino del presente: "¿Dónde no está la IA en nuestra vida?”, se ha preguntado retóricamente.
En este sentido, ha asegurado que todas las personas interactúan continuamente con algoritmos de inteligencia artificial a través de dispositivos tecnológicos, como por ejemplo, aquellos que permiten hacer búsquedas por internet, que hacen sugerencias según los gustos del usuario o que posibilitan conversar con un 'chatbot', entre otros.
Conocer cómo funciona la tecnología y sus riesgos y bondades también es importante, según la investigadora, a la hora de entregar datos biométricos.
“Hay posibles usos fraudulentos de usurpación de identidad para hacer transacciones en tu nombre”, ha advertido en relación con la empresa que ha escaneado iris durante meses en diferentes puntos de España a cambio de criptomonedas.
"No somos conscientes del valor de nuestros datos y somos incapaces de determinar qué precio tienen", ha apuntado Oliver, quien desde hace tiempo aboga por que las empresas paguen a los ciudadanos por sus datos, lo que se denomina como “Data market”.
Si bien como a los humanos les atraen más los hechos "extraordinarios negativos”, Oliver ha apostado por poner el foco en la parte positiva de la IA: "El discurso público está desequilibrado, si fuese todo negativo, no tendría sentido que los humanos estuviésemos invirtiendo miles de millones de dólares en inventar y desarrollar la IA", ha destacado.
En este sentido, ha subrayado que "para afrontar los grandes retos del siglo XXI se necesita esta disciplina", que ha defendido que ya está ayudando y lo seguirá haciendo para hacer frente al cambio climático o a desarrollar la medicina de precisión, entre otras aplicaciones.
"La IA puede ayudarnos a acelerar la consecución de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible", ha subrayado Oliver.