MADRID (EP). El número de parados registrados en las oficinas de los servicios públicos de empleo (antiguo Inem) subió en 76.216 desempleados en enero (+1,8%), su menor alza en este mes desde el año 2018, cuando se incrementó en 63.747 personas, según datos publicados este martes por el Ministerio de Trabajo y Economía Social. Con este repunte del desempleo, el cuarto consecutivo tras el de los meses de octubre, noviembre y diciembre de 2020, el volumen total de parados alcanzó al finalizar el primer mes del año la cifra de 3.964.353 desempleados, lo que supone 710.500 desempleados más que un año antes (+21,8%).
El Ministerio ha destacado que, pese a coincidir con un "momento delicado" de la crisis sanitaria y con medidas restrictivas de la actividad económica, el aumento del paro en enero es un 15,5% inferior al del mismo mes 2020, cuando subió en algo más de 90.000 personas. También es inferior al repunte registrado en enero de 2019, que superó los 83.000 desempleados.
De acuerdo con la serie histórica, que arranca en el año 1997, el paro ha subido en todos los meses de enero sin excepción. Su mayor alza en este mes se produjo en 2009, con caso 200.000 parados más. La de enero de este año es, según Trabajo, la cuarta menor subida del paro desde 2008.
El paro subió en enero en 15 comunidades autónomas y bajó en Galicia (-3.603 desempleados) y Baleares (-998 desempleados). Los mayores repuntes mensuales del desempleo los registraron Andalucía (+18.249 desempleados), Cataluña (+10.470 parados) y Comunidad Valenciana (+10.094 desempleados).
Por provincias, el paro bajó en siete de ellas, encabezadas por Huelva (-1.851 desempleados) y Pontevedra (-1.522), y subió en 45, especialmente en Madrid (+7.168 desempleados), Barcelona (+6.778 parados) y Valencia (+5.483).
El paro registrado entre los extranjeros subió en enero en 13.654 desempleados (+2,4%) respecto al mes anterior, hasta situarse el total de inmigrantes en desempleo en 579.034, con un repunte de 170.393 parados en el último año (+41,7%).
El dato de paro de enero, al igual que ocurrió en los meses anteriores, no incluye a los trabajadores que se encuentran en suspensión de empleo o reducción horaria como consecuencia de un ERTE, ya que la definición de paro registrado no los contabiliza como desempleados. En términos desestacionalizados, el paro registrado bajó en enero en 17.544 personas, mientras que en el último año el desempleo acumula un aumento de 710.500 personas, lo que supone un 21,8% más.
En enero se registraron 1.302.429 contratos, un 26,2% menos que en igual mes de 2020, de los que 124.191 fueron indefinidos, el 9,5% del total y un 30,6% menos que en enero del año pasado. Trabajo ha informado además de que el gasto en prestaciones alcanzó los 2.472 millones de euros en el mes de diciembre, de los que 768 millones correspondieron a prestaciones para trabajadores en ERTE.
El número de trabajadores en expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) cerró el mes de enero en 738.969 personas, lo que supone 35.625 trabajadores más que en diciembre, según ha informado este martes el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. El Departamento que dirige José Luis Escrivá ha destacado que esta cifra de casi 739.000 trabajadores en ERTE "se mantiene estable desde principios de septiembre a pesar de las mayores restricciones administrativas para afrontar la tercera ola de la pandemia".
Asimismo, el Ministerio ha resaltado que, en comparación con el máximo de trabajadores en ERTE que se alcanzó en abril, los trabajadores en ERTE se han reducido en 2,9 millones de personas, casi un 80%. Según Seguridad Social, en enero continuó produciéndose un trasvase de los antiguos ERTE a los establecidos en el nuevo esquema de protección que entró en vigor el pasado 30 de septiembre y que duraba hasta el 31 de enero. Este esquema se ha vuelto a prorrogar hasta el 31 de mayo sin muchas novedades. De esta forma, del total de trabajadores en ERTE con los que se cerró enero, 175.452 pertenecen a los 'antiguos' ERTE, sin exoneraciones a la Seguridad Social.
El decreto de prórroga de los ERTE aprobado a finales de septiembre extendía hasta el 31 de enero de manera automática los procedimientos por fuerza mayor para determinados sectores económicos, y creaba dos figuras, los ERTE de impedimento de la actividad y los ERTE de limitación de actividad, a las que pueden acogerse todas las empresas, con exoneraciones que en algunos casos llegan hasta el 100%.
Los ERTE de fuerza mayor con prórroga automática se limitan a las empresas más afectadas por la pandemia cuya actividad se clasifique en alguno de los códigos de la Clasificación Nacional de Actividades Económicas (CNAE-09) previstos en la norma, con exoneraciones de cuotas de entre el 75% y el 85%. De estas exoneraciones también pueden beneficiarse aquellas empresas que, aunque no formen parte de dichos sectores, se encuentran en su cadena de valor o cuyo negocio depende en su mayoría de ellos.
En el caso de las nuevas modalidades de ERTE vigentes, a las que pueden acogerse empresas de cualquier sector, se distinguen dos tipos: los ERTE por impedimento de actividad como consecuencia de restricciones adoptadas por las autoridades (por ejemplo, las empresas de ocio nocturno), y los ERTE de limitación de actividad, destinados a las empresas que vean alterada su actividad cuando una autoridad local, autonómica o estatal limite, por ejemplo, los aforos y los horarios. En la regulación vigente hasta el 31 de enero, los ERTE de limitación de actividad iban acompañados de exenciones de cuotas de entre el 70% y el 100%, mientras que los ERTE de impedimento de la actividad contemplaban exenciones de entre el 90% y el 100%.