LA VENTANA DE COLABORA MUJER RM  / OPINIÓN

Nos quieren tapar la boca

28/08/2020 - 

Dicen las autoridades que le hemos perdido el miedo a la covid-19, no estoy segura, de lo que sí estoy segura es de que hemos perdido la dignidad y el espíritu crítico. Como no hay espíritu crítico aceptamos una imposición que atenta contra nuestra dignidad.  Sé que en este punto muchos ya estarán diciendo ¡qué barbaridad, lo primero es la salud! A lo que yo respondo, ¿quiénes de los que afirma tal cosa se ha preguntado, ha cuestionado, o ha investigado sobre la eficacia sanitaria de algo tan indigno como llevar la boca tapada? 

La falta de espíritu crítico, el borreguismo (hasta nos ponen flechas para decirnos por donde caminar), el conformismo, la comodidad aceptar lo que viene impuesto por la autoridad, conduce a que personas de todo tipo y condición acepten sumisamente la indigna imposición

Si mañana alguien dice que el pelo que se desprende de la cabeza y el roce de la piel contagian la covid-19, pasado mañana nuestros gobernantes, ansiosos de dictar las normas "que mejor nos protejan", decretarán que es obligatorio llevar el pelo, el cuerpo y la cara, tapadas, y eso tiene un nombre: burka.

Observo comportamientos que me preocupan. Al aceptar sin cuestionamiento que llevar la boca tapada en todo momento protege del virus, tal como desde el púlpito de los medios de comunicación dicen nuestros gobernantes, proliferan la delación y el escarnio: clientes denunciando negocios porque el dependiente se ha quitado la mascarilla para respirar, vecinos increpando a vecinos por no llevar el bozal. 

Los agentes de la autoridad se han convertido en una especie de inquisición, persiguiendo a ciudadanos que no llevan mascarilla aunque acaben de salir de la playa cargados de sillas, sombrilla, toallas, niños y estén a 35 grados…, no es excusa. Cada vez me recuerda más a la Edad Media.

Cuando pregunto a mis conocidos porqué consienten en llevar la boca tapada, la respuesta más común es que porque es obligatorio y quieren evitar la multa, algunos dicen por civismo y responsabilidad, y pocos responden que para protegerse. 

Nadie me dice que ha investigado sobre el tema y que está convencido de que una medida tan radical, excepcional y sobre todo humillante como llevar la boca tapada en espacios abiertos y en cualquier circunstancia, sirve realmente como medida de contención ante la expansión de la covid-19, por tanto, ninguna de esas respuestas está basada en la razón.

Lo siento, pero no todo vale. Y no todo lo que dicen los ineptos de nuestros gobernantes, sean de la orientación política que sean, vale, mucho menos si atenta contra nuestra libertad y nuestra dignidad sobre la base de la opinión de unos expertos que ya sabemos que no existen, ni en el gobierno central ni en los gobiernos regionales. Porque además es mentira. No hay ninguna opinión experta que aconseje la imposición de tal medida en cualquier circunstancia como medio efectivo para frenar el contagio de la covid-19.

La OMS, en un documento llamado Recomendaciones sobre el uso de mascarillas en el contexto de la covid-19, de 5 de junio de 2020, contiene un apartado dedicado específicamente a Orientaciones sobre el uso de mascarillas por el público general (el documento al alcance de cualquiera con conexión a internet y poco de curiosidad). 

Elabora un cuadro que contiene ejemplos de situaciones o entornos donde se debe alentar (que no imponer) al público general a usar mascarilla médica o de otro tipo en zonas donde se ha confirmado o se sospecha la transmisión comunitaria, y elabora un cuadro con ejemplos de situaciones o entornos en los que debe alentarse su uso, población a la que iría destinada, finalidad del uso de mascarilla en esos casos y tipo de mascarilla que conviene utilizar en cada caso, porque no todas las mascarillas son iguales ni protegen igual. En ningún caso la OMS recomienda el uso generalizado de mascarillas por toda la población y en cualquier entorno o circunstancia incluido al aire libre.

Pero es que incluso, para estos supuestos en los que recomienda alentar el uso de mascarillas por la población, hace una enumeración de las ventajas e inconvenientes de la medida, cuya lectura me hace pensar que definitivamente, nos toman por tontos:

Las ventajas son:

  • Posible disminución del riesgo de exposición a personas infectadas antes de que estas presenten síntomas.

Es la única que me convencería en supuestos de una transmisión comunitaria grave e importante y siempre que no fuera posible mantener la distancia social o en lugares con mucha densidad de población; en ningún caso en los niveles de contagio que hemos alcanzado en Murcia, ni siquiera en los peores momentos.

            Posible reducción del estigma de las personas que usan mascarillas para no contagiar a otros (control de fuentes) o de las personas que atienden enfermos de la covid-19 en entornos que no son clínicos

O sea, que por reducir el estigma de las personas que usan mascarilla porque están enfermas o atienden a enfermos (que es a quienes la OMS recomienda usar mascarilla), todos tenemos que taparnos la boca. No soy tan buena persona, lo siento, no me parece un motivo suficiente para rebajarme de esa manera. Si quiero ser bondadosa o empática ya decidiré yo el modo.

          Hacer que las personas sientan que pueden contribuir activamente a atajar la propagación del virus.

¿Qué somos? ¿niños pequeños? ¡hacer que las personas sientan que pueden contribuir…! ¿Estamos tontos? “Señora, lleve usted la boca tapada paseando al perro por el parque, no porque sirva de nada, sino porque así sentirá que hace algo por controlar la propagación del virus y se sentirá mejor consigo misma cuando llegue a casa cierre la puerta, quítese la mascarilla y, por fin, podrá respirar”.

  • Recordar a las personas que deben observar otras medidas (por ejemplo, higiene de las manos, no tocarse la nariz ni la boca). Sin embargo, esto puede también producir el efecto contrario (véase más adelante);

Ojo al matiz: "puede producir el efecto contrario". La otra noche vi en una cafetería una mascArilla encima de una mesa y dentro de la mascarilla las gafas y las llaves del coche del tipo que estaba tomando una caña con sus amigos. La mascarilla-bolso, vamos. Verídico.

  Posibles beneficios sociales y económicos. Habida cuenta de la escasez mundial de mascarillas quirúrgicas y EPP, alentar a la gente a crear sus propias mascarillas de tela puede fomentar los emprendimientos individuales y la integración de la comunidad …

 Sin comentarios. Bueno si, uno: ¡manda huevos!, que diría un ilustre cartagenero.

Y ahora las desventajas señaladas por la OMS al uso generalizado de mascarillas por la población sana:

• Posible aumento de la contaminación de la mascarilla por el usuario debido a la manipulación de esta, seguida del tocamiento de los ojos con las manos contaminadas.

• La posibilidad de contaminación que puede ocurrir si el usuario no cambia una mascarilla que se ha humedecido o ensuciado. Esto puede crear condiciones favorables para la multiplicación de microrganismos.

• La posibilidad de dolor de cabeza o dificultades para respirar, según el tipo de mascarilla usada; 

• La posible aparición de lesiones cutáneas de la cara, dermatitis irritativa o empeoramiento del acné cuando las mascarillas se usan por muchas horas.

He subrayado la segunda desventaja porque es una de las cosas que más me sorprende. No comprendo cómo nadie ha puesto el grito en el cielo, cómo no hay ninguna voz discordante, ningún sanitario o periodista que plantee si quiera la salubridad de la medida. Todos hemos visto personas sudorosas con la boca tapada por una mascarilla, seguro que empapada en sudor. 

Eso es un foco de bacterias y hongos que esas personas están respirando directamente y metiendo en sus pulmones, y es insalubre. Dado que la eficacia real de las mascarillas de tela lavables viene a ser poco más que la de un preservativo de ganchillo, las más recomendables para no contagiar son las mascarillas quirúrgicas, que no son lavables y son de un solo uso, por lo que habría que añadir un inconveniente más a la medida: un terrible problema de contaminación medioambiental por los desechos generados por las mascarillas. En la era del plástico cero, rodeemos el planeta con mascarillas.

Pero nuestros gobernantes, todos, de uno y otro color, asesorados por sus grupos de expertos (al parecer dirigidos por el Profesor 'Cojonciano'), han decidido que la población debe usar mascarilla, taparse la boca, llevar bozal: en todo caso, en la vía pública y en espacios al aire libre.

Pero de qué nos quejamos, ellos solo quieren protegernos de todo mal y se ven obligados a taparnos la boca (ya tienen la excusa perfecta), no vaya a ser que alguien suelte una nota discordante…y contagie.

Raquel García-Valcárcel. Abogada en García-Valcárcel&Cáceres

                                                                                           www.garciavalcarcel.com

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