CARTAGENA. "En los primeros veinte metros de agua te puedes encontrar de todo; chapas metálicas, maceteros, cientos de piedras, parachoques de coche e incluso hasta alguna moto vieja", dice Iván, dueño de la Escuela Náutica Puntaolas, ubicada en plena rambla de Las Marañas de Los Alcázares, epicentro del agua que llegaba de las fuertes tormentas de las diferentes Danas desde hace casi un año.
Tal cantidad de material supone un auténtico riesgo para los practicantes de deportes náuticos de Los Alcázares, hasta el punto que han tenido que reubicar sus puntos de salida al mar, ya que han sufrido más de un percance con las gruesas piedras que se encuentran por el camino. Añade el propietario de Puntaolas que obligan a sus alumnos a llevar escarpines y guantes. "Ya hemos tenido dos incidentes, con dos cortes en las piernas al tropezar con elementos cortantes", dice Iván.
Y para muestra, un botón. Una voluminosa chapa metálica fácilmente visible desde la arena muestra perfectamente lo que explican desdela escuela náutica. Y como las aguas del Mar Menor, especialmente en esta zona, tienen una visibilidad casi nula, el riesgo de sufrir un accidente se eleva. "Hemos hablado con el Ayuntamiento de Los Alcázares advirtiéndoles de esta situación, pero nos han dicho que las competencias son del Gobierno Regional", añade Iván, quien se lamenta del grave riesgo que corren no solo sus alumnos sino los bañistas en el momento que se quite la bandera roja de la zona. "Hay suciedad acumulada del último año que no se ha limpiado", subraya, mientras explica que en las inundaciones de 2016 hubo problemas en el mismo sentido, pero era casi todo suciedad en el agua no objetos dentro de ella. "Esta vez ha sido demasiado", admite, "creo que se les ha ido de las manos", subraya.
Este mismo jueves, unas pocas horas más tarde que Iván advirtiera a Murcia Plaza de esta situación, la Concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Los Alcázares iniciaba trabajos de reconocimiento y limpieza de los fondos marinos, con la intención de certificar si las playas que se encuentran cerradas al baño en la actualidad, cumplen con las garantías de seguridad para poder abrirlas a los usuarios.
El equipo, compuesto por 5 buzos, se trata de una unidad de submarinistas con equipos especializados en esta tarea, como detectores de metales submarinos, cámaras de fotos y vídeo, y boyas de balizamientos por si se encontraran objetos de gran tamaño, arrastrados por las sucesivas inundaciones en la localidad.
Según el concejal responsable del área, Antonio Luís López Campoy, "estos trabajos se realizan con el objetivo de garantizar la máxima seguridad en el baño, y poder abrir a la mayor brevedad posible las playas La Concha, Carrión y Manzanares".
A pesar de que estos trabajos no son competencia municipal, el equipo de gobierno en el consistorio cree "muy necesario", llevarlos a cabo para poder ofrecer a los bañistas el mejor servicio. Por ello, López Campoy reivindica que “desde el consistorio exigimos que las administraciones con competencias en el estado del Mar Menor asuman su responsabilidad de una vez para ponerle fin a la lenta muerte de la laguna".
Y es que, advierten, que desde la CARM y el Estado deben tomar medidas urgentes para salvar el Mar Menor, y tal y como comenta el edil de Medio Ambiente "dejar de pasarse la pelota de unos a otros, y actuar coordinadamente para obtener soluciones reales".
Por su parte, el alcalde Mario Cervera ha dicho al respecto que "nuestra prioridad por encima de todo es garantizar el baño para los usuarios, y además vamos a poner en marcha un importante proyecto que consiste en la instalación de un pantalán en la playa Manzanares para recuperar el estilo de baño de los balnearios, para lo que no será necesario sacar arena del mar, cumpliendo así con la responsabilidad medioambiental.”
