Hoy es 23 de diciembre

un negocio al alza

Navantia: La reparación naval pone proa al lujo

19/04/2020 - 

 CARTAGENA. Quince años se acaban de cumplir desde que Navantia iniciara su andadura en un nuevo nicho de mercado: la reparación de mega-yates y súper-yates, en los que lujo va relacionado con glamour, ostentosidad, riqueza y pomposidad. Grandes embarcaciones de multimillonarios y famosos han atracado en las dársenas de Navantia durante meses desde el año 2005, para ser reparados y puestos a punto, sobre todo de cara a la temporada estival. Una factura que ha supuesto un negocio anual de cerca de 18 millones de euros y la llegada de 200 de estas grandes embarcaciones a aguas de Cartagena.

Yates de la familia real británica, de la Qatar, el barco del príncipe heredero saudí, o de multimillonarios como Andrey Melnichenko, el magnate de la comunicación Rupert Murdoch, el indio Ravi Ruia y el empresario alemán y coleccionista de arte Reinhold Würth, han estado varados para ser puestos a punto. Navantia ha encontrado en la reparación naval una importantísima carga de trabajo para su Negocio de Reparaciones en Cartagena.

El negocio se inició hace tres lustros, cuando se comenzó a apostar por este mercado de mega-yates y súper-yates. Así, han pasado de forma progresiva hasta el 2011 con un incremento en la contratación del 400 %. De albergar una media de 5 yates, avanzaron hasta alcanzar los 20 yates en el 2012. Esta cifra se ha mantenido prácticamente constante hasta el 2019. En estos últimos años, entre 20 y 23 son los grandes barcos que pasan por su carenero. El mercado se mueve entre los yates por encima de 60 metros de eslora, aunque no descartan ninguna petición de varada en sus instalaciones.

Las reparaciones le llevan a Navantia trabajos de varada anuales, intermedios (cada 2,5 años) y especiales (cada 5 años) y estos consisten en: acomodación; pintado de la obra muerta y superestructura; de teca; grandes refits, en los que se modifica el beach-house, cocina, salones interiores, puente de gobierno, etc. El tiempo de permanencia en las instalaciones podría estar entre los 4 y 5 meses, aunque en algunos casos se alarga hasta los 12 meses.

Para la sociedad pública representa un 70% de la carga de trabajo y facturación del Negocio de Navantia Reparaciones Cartagena. Ello supone una facturación aproximada de entre 15 y 18 millones de euros anuales.

Pero no solo el astillero cartagenero vive de estos grandes barcos, hay todo un negocio alrededor que se beneficia. Así, sus responsables gestionan durante la temporada de trabajo más de mil pernoctaciones en hoteles y servicios de comida en la ciudad anualmente, cientos de encargos de transporte a aeropuertos y decenas de contrataciones de vehículos de alquiler, asistencias hospitalarias o médicas y reservas en restaurantes o actividades deportivas como golf.

Pero, por desgracia, este 2020 no está siendo uno de sus mejores años debido a la incidencia que se ha producido con el COVID-19, tampoco lo será para ningún astillero de reparaciones en general. Mantienen, desde Navantia, la esperanza de poder remontar el año cuando el estado de alarma llegue a su fin y puedan volver a la normalidad.  

Mientras desde el astillero cartagenero tratan de posicionarse en Europa como gran taller para las reparaciones, la construcción de estos fantásticos barcos está copada, en estos momentos, por los astilleros alemanes, italianos, holandeses y franceses, que son los que controlan todavía el mercado mundial de los cruceros y de las embarcaciones de lujo. 

Azimut Benetti es la constructora de yates más grande del mundo por volumen. Las ventas anuales, medidas en valor de producción en curso, ascendieron a 900 millones de euros el año pasado.

El lujo en Cartagena

Han sido muchos los mega-yates atracados en Cartagena a lo largo de estos últimos quince años de actividad en el astillero. Aquí mostramos algunos de ellos.

Katara: La familia real de Catar lo estrenó en 2010 y costó 300 millones de dólares. Posee 124 metros de eslora, 20 de manga y los casi 6 de calado. El Katara ocupa una de las primeras posiciones en el ránking de yates más grandes del mundo. Y también de la lista de los más lujosos, aunque no ha trascendido imágenes del interior diseñado por el decorador argentino favorito de los multimillonarios, Alberto Pinto, fallecido en 2012

Entre los escasos detalles que sí se conocen, se sabe que el barco cuenta con una gran plataforma a popa para el baño tipo 'beach club', varios jacuzzis, un helipuerto para el helicóptero posado sobre él, sala de cine, un puente de mando que cuenta con la última tecnología, unos impresionantes salones y varios camarotes de considerable tamaño.

El enorme yate tiene espacio para albergar a 34 invitados y a una tripulación de entre 70 y 150 personas, dependiendo si está o no la familia real disfrutando de sus vacaciones en el interior.

Prince Abdulaziz. Yate de bandera saudí. El barco, botado en 1984 y con 145 metros de eslora, fue la mayor embarcación de recreo del mundo durante 22 años.

Fue encargado por Fahd bin Abdulaziz Al Saud, el rey Fahd, dentro de su etapa como monarca (1982-2005). Durante más de una década, por su delicado estado de salud, Fahd tuvo como regente a Abdullah bin Abdulaziz Al Saud, que fue rey hasta 2015. 

El Prince Abdulaziz puede albergar a una tripulación de 65 personas, teniendo capacidad para 64 pasajeros. No escatima en lujo ni en peculiaridades: un hospital, una mezquita e incluso un cine forman parte de esta ostentosa embarcación de recreo.

Yate A. Fue botado en 2008 para su propietario el multimillonario ruso Andrey Melnichenko, lo llamó A, simplemente, debido a su esposa Aleksandra, por la inicial de su nombre.

Además de lo espectacular de su diseño exterior, cuenta con un lujo interior que en muy pocos barcos se puede ver. Son casi 2.200 metros cuadrados repletos del lujo y de elementos excéntricos como muebles con piel de cocodrilo, inmensos espejos y superficies brillantes por todos los lugares del barco). La cubierta del barco dispone de varias alturas, con amplias terrazas y hasta un helipuerto

VertigoUn velero de dos palos y 67 metros de eslora, cuyo armador es Rupert Murdoch, magnate australiano que tiene bajo su poder el tabloide británico 'The Sun' y el periódico estadounidense 'The Wall Street Journal'. Valorado en 50 millones de euros, ha sido premiado como uno de los mejores barcos del 'paddock' del puerto de Mónaco.

Sunrays. Con bandera del paraíso fiscal de Islas Caimán, tiene 85 metros de eslora y pertenece al multimillonario indio Ravi Ruia. Es vicepresidente de la compañía Essar Group, que controla una gran cantidad de activos diversificados en los sectores centrales de energía, metales, minería e infraestructuras. En 2012, la revista 'Forbes nombró a los hermanos Ruia como los indios más ricos del mundo, con una fortuna de 7.000 millones de dólares.

Vibrant Curiosity, de 85 metros de eslora, es propiedad del empresario alemán y coleccionista de arte Reinhold Würth. Es dueño del imperio de la marca que fundó su padre y a la que da nombre, Würth, que es una mayorista mundial de elementos de fijación, tornillos, tacos, productos químicos, componentes electrónicos, etc...

Palladium. Este megayate de casi 100 metros de eslora es propiedad de Mijaíl Prokhorov, un oligarca ruso que es el actual propietario del equipo de la NBA Brooklyn Nets (antes llamados New Jersey Nets), cuya fortuna está valorada en 10 mil millones de dólares Un auténtico palacio flotante valorado en 200 millones de dólares.

Noticias relacionadas

next