¿Cuál será el próximo desafío? La pandemia, que parece ya un difuso recuerdo, fue sólo el primer obstáculo: después arreciaron los problemas de las cadenas de suministro, nos golpearon las consecuencias de la guerra de Rusia en Ucrania y la inflación asfixió nuestro bolsillo. Ahora nos amenaza la bélica letanía de Oriente Próximo. En realidad, el mundo, eternamente desafiante y en permanente evolución, siempre ha sido así. ¿Cuándo hubo una época fácil y tranquila? Así que, como diría aquel ilustre personaje de Tolkien, no podemos elegir el tiempo que nos toca afrontar, pero "sí podemos decidir qué hacer con el tiempo que se nos ha dado".

Las empresas murcianas no sólo han sabido capear los temporales de los últimos años. Resilientes pero también innovadoras, han demostrado su fortaleza para prosperar con las adversidades en contra. Verbigracia: nunca vendieron tanto en el extranjero como ahora. El sector agroalimentario, emblema de la Región de Murcia, continúa pisando fuerte. Y el tejido productivo regional navega a toda vela. Las empresas avanzan a pesar de un contexto endiablado y la losa del atraso histórico de las infraestructuras, tan necesitadas todavía.

No es cuestión tampoco de caer en un triunfalismo embarazoso, cual presidente -"La economía española va como una moto"-. Si bien es una certeza que el empleo atraviesa su mejor momento desde 2008, el consumo se ha disparado -y con ello la recaudación tributaria se ha multiplicado- y el país -y la Región de Murcia- crece a buen ritmo, no son menos ciertas las dificultades de muchos trabajadores para llegar a final de mes, el encarecimiento del precio de la vivienda y la odisea del empresario por levantar la persiana y sacar adelante su negocio. Los mercados dictan el rumbo del mundo, pero la microeconomía, realmente, es la que mueve a las personas.